EEM002: Desarrollo de aprendizaje, alimentación y síndromes en la temprana infancia con Adriana Vera

EEM002: Desarrollo de aprendizaje, alimentación y síndromes en la temprana infancia con Adriana Vera

 

 

Segundo Episodio de Experiencia en Magia. En esta sesión la entrevista es a Adriana Vera, Educadora con más de 27 años de experiencia, profesora de Yoga y formada en Mindfulness y con aprendizajes en Pedagogía Waldorf quién comentará sobre el impacto de la alimentación en trastornos de atención y aprendizaje, cómo afecta la tecnología al desarrollo de los niños y muchísimo más.

Temas, Autores y Expertos mencionados

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Salir de la Angustia I: entrar en la calma

Salir de la Angustia I: entrar en la calma

Hay veces en que se nos instala una sensación en el pecho, un peso o una opresión, lo sentimos de un momento a otro y no sabemos de donde ha salido, o aunque nos damos cuenta de su causa, no somos capaces de quitarlo de encima, de adentro. Considerando que llevo alrededor de 5 días con una sensación tal y portándome mal en la escritura del blog, me di cuenta cuan relevante era abordar esta desagradable sensación que tantas de nosotras/os llegamos a sentir cotidianamente.
 salir de la angustia

Primero darse cuenta de que algo está pasando

Tengo la costumbre de escuchar con mucha atención lo que me pasa, lo que siento. Esta capacidad de sentirme y mirarme me ha llevado a momentos de profunda introspección, pero también profunda angustia. Dependiendo de cuan centrada esta, de cuan ordenada esté, la misma capacidad de mirarme puede llevarme a lugares muy agradables o muy desagradables. Lo peor es cuando no puedes identificar con claridad qué es lo que te está ocasionando la sensación. Si no eres capaz de capear la ola, tienes que aprender a utilizar los medios a tu alcance para que la ola no te arrastre y termines deshecha en la playa con el traje de baño por cualquier parte y sintiendo que te vas a ahogar en la misma orilla del mar.
Si tu piensas que no tienes esa capacidad, quiero que lo pienses dos veces. Todas/os tenemos la capacidad de sentirnos, pero muchas veces y más comunmente de lo que debiera ser, las personas apagan esa función, consciente o inconscientemente. ¿Por qué? Básicamente por que sentir algo desagradable para lo que no encuentras solución inmediata o cercana, es para muchos, insoportable y prefieren por tanto distraerse o desconectarse.

Nuestras funciones de apagar el sistema

Hace muy poco leí un artículo maravilloso de Tara Brach, una psicóloga y profesora de Mindfulnes que ha sabido integrar la sabiduría de la meditación al espacio terapéutico. En el hablaba del caso de una paciente que había sido violada por su padre cuando pequeña.
El caso es detallado con total pertinencia describiendo como la chica estaba totalmente congelada emocional, física y socialmente al momento de entrar a la consulta.
A través de un trabajo terapéutico muy cauteloso Brach fue capaz de llevarla al momento en que ella había generado el mecanismo de protección para poder sobrevivir lo que estaba viviendo en su infancia.
Concretamente había anidado y encapsulado las emociones en ciertas partes de su cuerpo con la promesa de que algún día, cuando fuera otra vez seguro pudiera volverlas a sacar y sanar lo que había experimentado.
Esta experiencia le pudo hacer sentir que el hecho de haberse congelado en realidad había sido un acto más amoroso de una parte muy pura de ella misma que necesitaba ser protegida. Poco a poco, la que estaba encapsulado podía empezar a salir.
Sea cual sea la experiencia que estamos teniendo y especialmente cuando pasamos por procesos emocionales traumáticos o muy difíciles -activamos si no hay otra opción-, mecanismo que nos permitan seguir viviendo y funcionando.
El problema surge cuando una vez pasado el problema o la situación de peligro seguimos funcionando como si estuviéramos allí. Ese es el signo de que necesitamos darle más energía al tema y considerar hacer un proceso terapéutico más profundo. No es tan fácil salir del «modo emergencia», aunque no es imposible.
Por otra parte esto también se manifiesta respecto de hábitos de conducta, emocionales o físicos nocivos, que en última instancia nos pueden llegar a producir una profunda sensación de angustia.
Recuerdo cuando me encontré con esa charla de Tony Robbins en la que hablaba de que para entrar en un estado depresivo uno debía seguir un camino específico de rutinas y conductas emocionales y mentales. No era algo que se producía de la noche a la mañana, no es algo inmediato. Como cualquier otra cosa, como también lo hacen las enfermedades, tomamos una serie de pasos, decisiones y demás que nos llevan a un punto que podemos identificar como depresivo. Cada cual tiene su sistema. Todos creamos nuestros estados anímicos con un cocktail fantástico de pensamientos, acciones, situaciones que si pudiéramos agrupar secuencialmente, veríamos que se repiten de manera efectiva y precisa para producir también ciertos estados anímicos que podemos reconocer muy bien.
Algunos de esos caminos los conozco muy bien e incluso los puedo detener a tiempo, pero otros me caen encima como cachetazos rápidos y certeros que si no logro abordar a tiempo me dejan bastante rato con un mal sabor en la boca.
Ahora en este preciso momento me siento así. Pero también justo hoy logré identificar por que. Viví una situación durante el fin de semana que me dejo muy angustiada. Al día siguiente me distraje y la situación desapareció de mi vista, pero no la sensación. La sensación sigue conmigo.
Algo tengo que hacer con eso y mientras no lo haga estará allí molestándome como una mosca en el oído.
El poder de darse cuenta de qué es lo que te produce angustia, hacer algo al respecto y cambiar la dinámica es una de las mejores formas para liberar un tema, pero hay muchísimas veces que la ruta y la forma no queda tan clara y ahí es cuando podemos pasar días pasándolo mal y considerando seriamente apagar el sistema por completo o simplemente entrar en un espiral de distracción sin fin.
En esos casos es muuuuy bueno poder meditar.

Si la solución no está a la mano, hay que ir más lejos

Nuestra mente funciona la mayoría de los casos como una red de relaciones neuronales directas que mientras más transitadas, más reforzadas se encuentran.
Cuando se trata de mentalidades, es decir que tiendas por ejemplo a pensar que las causas de las cosas son siempre las mismas, tienes el problema de que rara vez te puedes liberar de una manera de pensar que siempre te lleva al mismo punto.
Necesitamos entonces algo que nos saque del camino, que nos permita pensar y más importante sentir desde otro angulo.
Visualiza tu cerebro como un vasto territorio. En él hay zonas donde hay mucho tránsito e igual que en el campo, cuando una ruta es transitada muchas veces, comienza a quedar una huella. Esa huella se vuelve más gruesa y marcada a medida que se vuelve más habitual y por supuesto cuando uno encuentra una huella en un lugar donde uno no sabe muy bien por donde ir, tiende a irse por ahí confiando en que el camino más transitado es el mejor o el más seguro.
No siempre es así.
Muchas veces necesitamos ir a ciertos lugares de nuestro cerebro para alcanzar soluciones que se encuentran muy alejados del mundo en el que habitamos normalmente. Cuando es así, entonces lo habitual no funciona y peor aún nos lleva de vuelta a lo mismo una y otra vez. Entonces como salir de la huella de comportamientos, emociones que tan cuidadosamente hemos trazado?
Si lo has intentado puedes saber con certeza que no es sencillo, que de hecho es bastante difícil desarticular un patrón de conducta al que estamos habituados a tal nivel que pensamos en él como si fuera parte de nuestra personalidad.
Los cierto es que eso no es más que un hábito y por suerte hay maneras muy eficaces de salir del mismo.
Ahora yo estoy terminando este articulo después de entender a que iba mi angustia, de tal modo que ya se como salir y de hecho está muchísimo mejor. Pero para hacerlo utilicé varias herramientas que me ayudaron a conectar con lo que no estaba viendo.
Ahora, quiero recalcar que generalmente lo que no vemos, no lo vemos porque es algo difícil o que nos duele. Si tenemos una sensación de sin salida respecto de un tema, tenderemos a huir en vez de quedarnos ahí, aceptar lo que estamos sintiendo y observar con mucha paciencia si no hay luz por ninguna parte.
Estando ahí, siempre, siempre hay algo de luz. Pero primero hay que estar ahí, y como dice Eckhart Tolle, no es una experiencia agradable, pero te traerá gran sabiduría.

La paradoja de salir

«La salida es hacia adentro»
 
Quiero darte algunas de las herramientas que yo ocupo. Las formas en las que yo salgo de ese lugar donde no quiero estar y en el que me he metido a mi misma. Tengo la firme idea de que cuando las cosas llegan a angustiarte es porque han pasado una serie de cosas antes que han tratado de advertirte que algo esta pasando y que tienes que mirar o abordar. Si no hacemos algo a tiempo la cosa va subiendo el volumen y se va poniendo cada vez más desagradable hasta que se vuelve insoportable. Lamentablemente, los seres humanos tendemos a no reaccionar a menos que las cosas se pongan realmente álgidas y entonces nos vemos forzados a observar lo que estamos viviendo.
Ideal sería darnos cuenta cuando las señales son más suavecitas, pero no siempre se puede.
Entonces. Cuando ya estamos ahí, es hora de entrar. Piénsalo como el océano. Nuestro estado alterado es como la superficie, llena de olas, movimiento, fuerza, descontrol en medio de la tormenta. Pero si nos hundimos en el agua, es todo calma y silencio. Esto no quiere decir sumirse una catatónica ausencia o estado de distancia con todo lo que nos rodea, sino más bien buscar internamente el punto de calma. Salir del camino y probar algo diferente.
En concreto estas son las cosas que hago yo, para salir del camino, meterme bajo el agua y encontrar el rayito de sol o el hilito que me gue de vuelta a la calma.
  1. Hablar con alguien que te de REALMENTE una visión distinta de las cosas: la clave es tener a alguien así en la vida. Alguien que encarne eso. Alguien que te de una perspectiva diferente y que puedas conversar en profundidad esa visión. Lo que debes evitar es hablar con alguien que reconfirme tu visión o que la haga más grave. Tienes a alguien así? Si no comienza a buscarlo. No tiene que ser alguien que veas comunmente, puede ser uno de esos amigos profundos y hermosos que vemos rara vez, pero que cuando lo hacemos, es fantástico. Integral el valor de alguien así en tu vida. Si no tienes esta posibilidad continúa con las otras.
  2. Escuchar a alguien que hable desde un punto de vista más sabio que el tuyo sobre distintos temas  y que pueda abrir tu mente: Mi intento es ir una vez al año a ver a mi Maestra, pero el resto del tiempo, escucho charlas, leo, o veo videos de otros maestros que han dejado su huella por donde los pueda pillar. También voy sesiones de meditación o encuentros esporádicos. Lo que sea que me mantenga conectada con ese punto de verdad y calma (dos satsang que veo con frecuencia es las de Eckhart Tolle, Mooji y Papa ji).
  3. Meditar: Hace tiempo que no te dejo una meditación, pero creo que amerita. Kundalini Yoga tiene maravillosas meditaciones para cambiar el estado mental. Aquí una de las que más me gustan.

 

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Entre las cosas que puede que te interesen las 108 migas de pan, si lo tuyo es tener conocimiento prácticos semanales para aplicar de manera rápida y simple.
Si por otra parte te gustaría seguir un proceso de profundización más potente, te recomiendo el Programa de Felicidad Conciente. Un proceso de 30 días que cambiará completamente tu concepto de desarrollo personal.
Sacando las capas de tu personaje: imaginación y conciencia

Sacando las capas de tu personaje: imaginación y conciencia

Todos los días estamos tratando de dilucidar como son lo demás. Qué piensan, que sienten. Sea cual sea la razón por la que te sumerges a reflexionar sobre que es lo que sucede con otro, la entrada de hoy vuelva la atención sobre lo que esta pasando dentro de ti y algunas formas diferentes de abordar la definición de lo que crees que eres.

personaje

La señora K se sentó frente al comité a exponer su caso. Explicó en detalle lo mucho que le atemorizaba relacionarse con los demás. El comité tomó el caso y comenzó la discusión del problema.

Esto resumía lo que alguien muy cercano a mi hacía cada vez que quería resolver o evaluar algún conflicto interno. Había una serie de personajes que le ayudaban a dilucidar dilemas y conflictos importantes de su vida. Me acuerdo que cuando me contó me quedé fascinada. Era una forma tan creativa de hacer dialogar a las distintas partes que habitan dentro de una/o. Todas esas visiones que discrepan y tienen argumentos contradictorios dentro de nosotras/os. Algunos le llaman a esto la batalla entre el corazón y el raciocinio. Otros distinguen solo una nube de pensamientos dispersos y otros como la persona de la que hablo crean una situación imaginaria que les ayude a aclarar las distintas visiones que normalmente tenemos de las cosas.

La imaginación tiene la extraordinaria posibilidad de ser una herramienta con infinitos usos. Pero lo cierto es que no son muchas las personas que la usan intencionalmente de manera práctica para ayudar a resolver conflictos o dilucidar problemas de su propia vida. Más bien lo contrario. Muchas veces cuando tenemos un problema, nuestra imaginación nos juega en contra y en vez de darnos soluciones nos empieza a agravar el problema. Hemos hablado un poco de este fenómeno en las entradas sobre las distintas mentes (negativa, positiva, neutral) y en general cuando hablamos de la necesidad de poder domar un poco este caballo loco que tenemos en la cabeza.

En términos de espiritualidad, la imaginación tiene un potentísimo rol liberador. Amma dentro del recomienda activamente en el Bhakti yoga, el yoga de la devoción, utilizar esta herramienta para poder sentirnos en presencia de lo divino, llevarnos a estados emocionales de profunda intensidad por medio de la imaginación. Y funciona.

Pero la entrada de hoy es sobre un uso particular de la imaginación. Te he estado hablando del Curso de Autoconocimiento y Escritura, y en él hay otra área de la que te quiero contar un poco y que tiene que ver con los personajes y el impresionante ejercicio que es crear uno para develar varias capas ocultas de nosotros mismos.

Un personaje

De alguna manera todos creamos un personaje de quién somos. Nos identificamos más o menos con una idea de lo que nos mueve, lo que nos gusta, lo que no nos gusta, de lo que tenemos miedo, nos motiva o hace soñar. Pero no muchas veces miramos con detenimiento a este personaje con el que tan firmemente estamos identificadas/os.

Cuando quieres construir un personaje para una historia debes saber exactamente quién es. Y con “quien es” me refiero a todas aquellas cosas que hacen de marco general para que alguien se comporte, sienta, piense y actúe de una manera determinada. Necesitas saber cual es su historia, como se crió, que es lo que más teme, que es lo que más ama. Cómo se viste, como habla. Todas estas cosas son importantes porque es la única manera en que sabrás como ese personaje actuará en tal o cual situación. Es importante porque lo que el personaje “es” o más bien cree ser determinará cosas fundamentales en la historia que quieras contar.

Hay algo especialmente interesante en esto y es que cuando ves a tu personaje tienes que ser brutalmente honesta/o. En sus debilidades y en sus fortalezas. En lo que oculta, en lo que sabe de si mismo. Porque esto es lo que determina si el personaje es creíble o no, si actúa de acuerdo a lo que es en todas sus dimensiones. Me acuerdo hace varios años cuando salió la película el Silencio de los Inocentes. Una de las protagonistas era encarnada por Jodie Foster quien no quiso aparecer en la segunda parte de la saga, pues sentía que el personaje que habían creado para ella no era coherente con el personaje original. El rol lo tomo Juliane Moore. Lo hizo muy bien, pero Jodie Foster tenía razón (en mi opinión). Clarice Starling en El silencio de los inocentes y en Hannibal no son la misma persona.

¿Cuál es la relevancia de esto para nosotras/os? El lograr que un personaje sea coherente en el sentido de que logremos que no traicione lo que realmente es, esta determinado por cuan bien lo conocemos, cuan bien entendemos sus contradicciones, sus tendencias y sus debilidades. Un ejemplo hermoso de como funciona bien la coherencia y la motivación de un personaje se da en la película Pulp Fiction. El personaje de Butch, personificado por Bruce Willis es introducido cuando niño con la historia del reloj de su padre. Sin esta historia inicial nosotros nunca podríamos justificar que él decida volver a su casa luego de que ha decidido traicionar al jefe de la mafia solo para buscar un reloj sea de su padre o no. La historia que nos cuentan al principio de los esfuerzos brutales que tuvieron que hacer dos hombres por traspasar el reloj a él, es lo que permite que el resto de la historia se produzca.

Nosotros al igual que los personajes tenemos códigos y coherencias que están determinados por los ejes de lo que consideramos importante y lo que nos define. En la serie policial Wallander, un personaje le aconsejaba a dicho detective sobre como se resolvía un crimen: “mi marido siempre decía que la gente mataba por amor. Tu simplemente debes descubrir que es lo que la gente ama”. Claramente esta es una interpretación suelta de lo que es el amor, pero se aplica a qué es lo más importante para la vida de alguien. Esto es lo que determinará su actuar en toda clase de cosas.

Para algunos es la comodidad, para otros la seguridad, para otros el respeto, el sentirse acogidos, tener prestigio, crecer, etc. Cada una/o de nosotros tiene un eje de motivación, algo que nos impulsa y es esencial identificarlo para poder entender nuestro movimiento en la vida y el mundo.

Este ejercicio de identificar estas cosas es lo que hace que al crear un personaje te tengas que preguntar y responder una serie de interrogantes sobre lo que lo mueve para así poder explicar y predecir su comportamiento. Lo curioso es que esto escapa completamente a lo que nos preguntamos y respondemos de nosotros mismos. Claramente no nos preguntamos todos los días sobre lo que más amamos en el mundo, o que es lo que más tememos, de donde venimos y en que medida eso determina o parece determinar las desiciones que tomamos.

Recuerdo una pregunta que le hicieron a Robert Mckee sobre la necesidad de definir a los personajes para una historia y sobre cómo era importante que el mundo en el que éste se movía debía ser acotado, que no podía ser cualquier lugar en cualquier parte. Mckee lo decía clarísimo. El guionista al que estaba asesorando se resistía a la idea de que debía definir exactamente de donde en Estados Unidos era el personaje. Le decía a Mckee, “es el típico americano” (entendiendo esta cosa de decirle americano a los estadounidenses). Y Mckee lo miraba con cara de eres un estúpido, diciendo que no existe eso del típico americano. Un hombre de Nuevo México o Texas es totalmente diferente de alguien en san francisco o en nueva york, nacido en medio del desierto  o en lo grandes lagos. La cualidad de acotar o definir al personaje es lo que le da realidad y verdad a lo que sea que este haga, pero sobre todo le da la posibilidad de evolucionar, de moverse, de crecer.

Cuando no somos capaces de definir con claridad eso que nos compone, por más difuso que nos parezca a nosotras/os, es como si dejáramos pasar la vida entre los dedos, sin distinguir diferencias o avances en nuestra historia. No somos capaces de sentir y ver nuestro proceso, y en eso, nuestra evolución.

Tony Robbins suele decir que la percepción de la felicidad está íntimamente ligada a la sensación de avance, de hacer progresos. Y eso requiere esencialmente tres cosas. Saber de donde partimos, a donde llegamos y si hay una diferencia entre las dos en el tiempo.

Para que puedas utilizar algunas de las herramientas de lo que vemos en el curso, te dejo, pequeños tips que requieres para conocer a un personaje, de manera que lo puedas aplicar en ti. Para saber tu progresión, para saber distinguir lo que hay detrás de esta historia que vives y para definir con toda claridad eso que regula, como lo hace de alguna manera la serie de experiencias que has tenido, define las opciones que tomas y el tipo de vida que estas viviendo.

Aclaración

Quiero aclarar tres cosas.

La primera es que tanto las experiencias que hemos vivido, como lo que nos define a nivel de estructura, no constituye la base de un determinismo social y psicológico. Estos ejercicios justamente buscan liberarte de cualquier tipo de determinismo basado en la relativa inconsciencia que puedas tener de ti misma/o. Es decir, si existe algún tipo de determinismo, ese se llama inconsciencia. Solo cuando comenzamos a conocernos es que podemos romper ese ciclo de predisposición interna a un cierto tipo de experiencias y eso es lo que queremos empezar a hacer.

La segunda es que nada de esto quiere decir que creo que uno puede controlar completamente su destino. Siempre hay un porcentaje de esfuerzo pero el factor definitivo siempre es la Gracia, ese misterioso toque de “otra cosa” en todo lo que vivimos. Lo único que podemos controlar es nuestra actitud hacia las cosas, nada más.

Tercero, una vez que conocemos lo que queda es soltar. De nada sirve conocer para quedarse pegado eternamente en lo que internalizamos de nosotros mismos. Identifica la paja y simplemente separala del trigo. No te pongas a llorar por la cantidad que tienes: focalizate en la solución.

La red del personaje:

Personaje y sus esferas

Para poder hacer este ejercicio a cabalidad he diseñado un material específico. En él encontrarás un telar con todos los elementos que componen a un personaje y luego todos los elementos que debes llenar sobre él para tener una idea más o menos clara de lo que hay detrás. Es uno de los múltiples materiales del curso de Autoconocimiento y escritura. Descárgalo, úsalo y cuéntame que es lo que descubres.

Accede al ejercicio

 

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Por qué conocer tu relato puede cambiar tu vida

Por qué conocer tu relato puede cambiar tu vida

Todos tenemos un relato, una historia que nos contamos una y otra vez sobre nosotros mismos, lo que somos, lo que no somos. Muy pocas personas son realmente conscientes del libreto que opera detrás de sus acciones, como si hubiera un direcator/a que programara su vida y sus acciones de acuerdo del programa ordenado de lo que se espera de tal o cual persona. La entrada de hoy te mostrará algunas de las técnicas que trabajamos en el Curso de Autoconocimiento y escritura y que justamente buscan, pasar ese relato que rige tu vida, al frente de tus ojos para que no siga siendo la voz dictante desconocida y misteriosa, sino el set de consejos que determinarán aquello que debes trabajar y aquello que no.

tu relato

En alguna parte he hablado de la regla de 3. Esa regla que dice que cuando algo se repite 3 o más veces en tu vida es porque necesitamos prestar atención, porque en eso hay algo que observar y que aprender y que si no captamos a tiempo va a empezar a ser una verdadera molestia.

Recuerdo uno de los momentos más impactantes en los que eso sucedió. Había estado experimentando situaciones realmente fuertes con personas muy cercanas a mi, en la que se repetía un patrón que era incapaz de ver y en el que sinceramente no me veía identificada. Al escribir esto, me impacta la capacidad que tenemos de no ver las cosas más obvias cuando se trata de nosotros. Realmente eso de la paja en el ojo ajeno y el tronco en el propio es demasiado verdad. En fin. Era un tema bastante fuerte y tenía que ver con formas de trato que no eran positivas. Cuando realmente no fui capaz de evadirlo más, apareció el referente de ello. Mi mamá había vivido algunas situaciones bastante similares cuando yo había estado en su vientre.

El escalofrío que sentí al reconocer la pauta de mis propias experiencias en esos hechos fue radical. En ello se conjugaron una serie de cosas que tenían que ver con varios hechos de mi vida y que no había sido capaz de ver o enfrentar.

Cuando tomé real conciencia de ello, a pesar de que me lo había dicho antes, no fui capaz de integrarlo. Esta es una salvedad respecto de nuestro proceso personal. En realidad entendemos muchas cosas solo cuando estamos preparados para hacerlo. No importa cuanto nos repitan lo mismo, si no estamos listas/os para verlo, da exactamente lo mismo.

En la entrada de hoy, quiero hablarte de 3 técnicas que te pueden ayudar a empezar a traer esos relatos incocientes a la conciencia, para que puedas de a poco empezar a deshacerte de patrones y guías de conducta que te llevan a lugares innecesarios. La libertad nace de la conciencia, del conocimiento profundo de lo que somos y los que nos ha determinado. El periplo de la libertad es eso. Cómo adquirir un conocimiento del titiritero que mueve los hilos desde el inconciente.

Vamos allá.

#1 Autobiografía de tu relato

El proyecto de Autobiografía es una de las herramientas más poderosas y efectivas que existen para tener una noción clara de lo que yace detrás de nuestras acciones. Lo he dicho antes. El ideal es hacer esta ejercicio varias veces en la vida. No te voy a engañar. Es duro. Al menos si eres realmente honesta/o con lo que has vivido o sentido. Esto no necesariamente porque hayas vivido experiencias traumáticas (aunque quizás sí sea el caso), sino porque en última instancia puedes observar de donde viene la construcción de quién eres, cuales han sido los eventos y circunstancias que han sido pivotes de los aspectos más importantes de tu personalidad.

Independientemente del nivel de asociaciones que puedas hacer en el proceso de escribir sobre tu historia, el solo hecho de hacerlo te generará una serie de efectos. Algunos agradables, otros no tanto. Pero esa es la vida. Lo más importante es que puedas hacer el ejercicio y que independientemente de lo que encuentres, abordes las experiencia como en teoría lo hace un científico: por amor a la verdad y en busqueda del conocimiento.

Algunas recomendaciones

Usa este ejercicio para liberarte, no para atarte más: Algunas personas sienten que su historia define lo que son y lo que pueden ser. Es por esto que este ejercicio puede ser un arma de doble filo. Y debes tener cuidado. Conocer la historia no es por defecto aferrarse a ella. Tiene el exclusivo propósito de hacerte ver y entender tus condicionamientos para que puedas elegir cuales de las tendencias que te definen hoy son las que quieres mantener y cuales son las que quieres dejar atrás y por lo tanto empezar a trabajar en ellas.

Si tu historia de pronto se vuelve una bandera a la cual te aferras para seguir sufriendo, entonces no hagas este ejercicio. Si lo que quieres es odiar más a los que odias, sentirte más víctima de lo que ya te sientes o culpar a otros por la vida que estas viviendo, este ejercicio solo servirá para ahondar más en estas cadenas. Nada que no sirva a la Verdad, es decir a tu condición intrínsecamente libre, tiene utilidad, y nuestra actitud hacia los ejercicios debe ser siempre con esta pregunta en mente: ¿Cómo esta actividad me hará libre?

Recuerda que la libertad es en realidad la capacidad de decidir más allá de la tendencia, más allá del antojo, más allá del vaivén de la mente. La libertad es decidir desde lo que genuinamente te lleva a lugares de más paz y menos atadura.

Entonces. Haz este ejercicio para encontrar los postes desde donde te hayas atada/o. No para culpar a quien plantó el poste. No gastes energía en otra cosa que salir de la cadena.

#2 las imagenes que nos reflejan

El universo esta diseñado para ser un espejo. Para mostrar lo que hay dentro de ti. Esto esencialmente porque somos capaces de ver lo que nuestras experiencias, condicionamientos, estados y posibilidades mentales nos permiten ver. Es como el cuento de la ciudad de los ciegos. El relato dice más o menos así. En una ciudad donde solo habitaban ciegos, llegó un día un majestuoso elefante. Todos los ciudadanos se acercaron a encontrar al animal y palparon sus partes para conocerlo. Cuando el rey preguntó a sus súbditos como era el animal, uno de ellos dijo “es largo y rugoso, como el tronco de una palmera joven”. Entonces otro súbdito que había tocado al elefante dijo “No mi señor, este hombre miente, era en realidad muy flexible y delgado como una hoja inmensa”, entonces una mujer que también había conocido al animal exclamó, “mi señor, nada de eso es verdad, yo estuve allí y el elefante era grande y redondo, como la base de una gran vasija”. La tarde continuó así, cada súbdito había tenido una experiencia distinta del elefante y por lo tanto, cada cual tenía su propia idea de lo que era en efecto dicho animal.

Esta realidad parcelada nos dice que uno, vemos lo que podemos ver, y dos que aquello que vemos está íntimamente relacionado con las cosas que estamos vivenciando en el momento.

Aquí es cuando se aplica la ya mencionada regla de tres. Cuando observas que un mismo tema se repite tres o más veces es que ese tema está jugando un rol importante en tu vida. Aprender esto es fascinante. De pronto las experiencias cotidinianas se vuelve un juego.

¡Recuerdas esa película con Michael Douglas, El juego (The Game, 1997)?. Trataba de un hombre al que se le ofrecía participar en un juego diseñado a su medida que comenzaría a invadir sus experiencias cotidianas. Hay un minuto casi al principio de la película en la que el personaje recién entra al juego y se observa completamente atento a todo lo que hay a su alrededor, pues sabe que en cualquier momento puede recibir una pista de lo que debe hacer. Es como esa sensación que tenemos la primera vez que viajamos a otro país. Una especie de curiosidad se activa en nosotras/os que nos hace estar extremadamente atentas/os a todo lo que vemos.

Esta atención se apaga cuando nos acostumbramos a las experiencias o lugares. El tema es volver a activarlas para así empezar a observar como todo lo que experimentamos es de alguna manera un dialogo, un juego de revelaciones. Pueden ser conversaciones, libros, películas, encuentros, sueños, sensaciones, música. Cosas que llaman nuestra atención y que retenemos por la razón que sea. Para hacerlo más sencillo, te recomiendo que al final del día escribas un poco de tus experiencias.

A veces es rápido, otras veces nos demoramos más en encontrar el patrón del tema que vivimos.  No te pongas ansiosa/o. Deja que las cosas fluyan y tu simplemente espera. Una vez que te des cuenta de cual es el tema que se está repitiendo como un conflicto o como una inquietud, simplemente obsérvalo. El 80% de las veces la resolución de un tema se relaciona con darnos cuenta, con escuchar lo que ese tema tiene que decirnos de nosotros mismos. Intenta identificar tu resistencia, lo que te cuesta de ese tema, lo que es difícil, y espera a ese momento en que lo puedas dejar ir o que por si solo se diluye.

2 formas de acelerar el ritmo y/o entender mejor tu relato

Si esto te parece demasiado difuso (y puede que lo sea un poco), hay ciertas cosas que puedes hacer para experimentar la sensación del reflejo un poco más rápido.

Una tiene que ver con empezar a anotar y conocer tu sueños. Solo anótalos con el máximo detalle posible dándote el espacio para reflexionar y asociar lo que sea que te produzca dicho sueño.

Otra tiene que ver con ejercicios de reflejo a través del arte. Existen varios ejercicios para mostrarte tu estado actual. Uno de los mejores que he encontrado, lo entregaba Deborah Marín, de OyeDeb.

Descarga el ejercicio aquí.

Además, para complementar sobre este tema, te recomiendo el hermoso libro del autor japones sobre la ley del espejo y sobre el efecto del perdón.

Lo que importa en estas técnicas es empezar a desarrollar un ojo para leer nuestros temas actuales, nuestros propios códigos.

#3 el juego meditativo

Por último esta el rey o la reina de todas las técnicas: la meditación. Como ya sabes, vuelvo aquí, una y otra y otra vez.

En una realidad saturada de contenidos la meditación ofrece el vaciamiento, el silencio y en grado último el descanso y la paz interna.

¿Cómo? Porque produce lo mismo que cuando tiramos la cadena del baño. Todo el deshecho innecesario de nuestra mente, se va por el drenaje, dejando el espacio limpio.

La mejor imagen de esto para mi siempre viene de la idea de tratar de escuchar un sonido muy tenue en un lugar lleno de ruidos estridentes. Es prácticamente imposible. Debemos silenciar un poco el espacio para poder escuchar. Si lo que queremos es empezar a conocer un poco ese relato que se haya oculto entre todo el barullo, necesitamos despejar un poco la basura mental. Solo entonces podemos empezar de verdad a distinguir lo burdo de lo sutil.

Para ayudarte, te dejo hoy una meditación de Kundalini Yoga justamente para desarrollar la mente sensible.

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Agua fría y respiración: Cómo hacer para que tu cuerpo se cure a sí mismo

Agua fría y respiración: Cómo hacer para que tu cuerpo se cure a sí mismo

Descarga aquí el articulo en pdf y léelo cuando quieras.

Existen técnicas desde tiempos antiquísimos para lograr el pretencioso título de esta entrada. Sin embargo por una u otra razón estas técnicas han quedado guardadas en el cajón de los mitos imposibles, las rarezas, las excepciones o simplemente para la actividad de genios o freaks de la naturaleza, sin nunca pasar a ser parte de la actividad del hijo de vecino, de la persona común. Hoy quiero contarte de casos y personas que están levantando la idea de que en realidad lo extraordinario, es nuestra verdadera naturaleza.

 

 

 

Wim Hof, un Alemán que toda la vida fue considerado el loco de la familia se encontraba haciendo otra locura cuando volvía a romper un record que el había impuesto un tiempo atrás, aumentando hasta cerca de dos horas el tiempo sumergido en una cubeta de agua con hielo.

 

Puede que te haya pasado o no, pero el dicho y la descripción de estar expuesto al agua congelada es bastante elocuente: se siente como miles de cuchillos pinchando tu piel.

 

El mismo Wim Hof había subido sobre los 6 mil metros de altura del monte Everest y había llegado hasta la cima del Kilimanjaro usando nada más que unos shorts de vestimenta.

 

Pero es verdad. El mundo esta lleno de rarezas extraordinarias. Eso está permitido. Ser la excepción que confirma la regla.

 

Así, cuando Wim decidio el 2011 desafiar el test científico de poder manejar su sistema nervioso autonomo a voluntad, activando los mecanismos de su sistema inmunológico, la apuesta era alta. Los científicos del Hospital Radboud en Holanda inyectaron en su cuerpo una bacteria que en cualquier caso normal hubiera detonado una serie de sintomatologías desagradables pudiendo ser combatida en un lapsus de semanas de manera normal. Wim, lo logró en alrededor de un cuarto de hora. Hasta aquí decimos wow, increíble, el hombre hielo (como se le llama comúnmente) tiene una habilidad única. Los médicos decían, esto es posible por la cantidad de entrenamiento que tienes en el cuerpo, pero esto es imposible para una persona normal.

 

Wim Hof, estuvo en desacuerdo.

 

Ahora, me quiero detener un momento. En este simple desafío a la idea de que Hof era una excepción, existe una revolución de paradigma y social tácita. Estamos acostumbrados a mirar estas cosas del otro lado del cristal. No es posible más que para unos pocos elegidos. Pero ¿qué pasa si eso no es verdad? ¿Qué pasa si todas estas capacidades son sencillamente asequibles por todos nosotros? ¿Qué pasa con nuestra comodidad al otro lado del cristal?

 

Wim Hof dijo, yo puedo hacer que una persona sin ningún entrenamiento previo haga esto mismo en diez días. Los médicos aceptaron la apuesta. Con un grupo de 12 personas sin experiencia, logró los mismos resultados con solo 4 días de preparación!

Para Hof el tema es devolver la capacidad extraordinaria que tenemos como seres humanos a las personas comunes y corrientes y se ha puesto en marcha cual Juana de Arco a hacer dos cosas esenciales para que esto sea posible:

 

1-. Documentar y respaldar científicamente sus procedimientos (últimamente a estado trabajando con científicos de Harvard y otras universidades), y

 

2-. Masificar sus métodos para que el que quiera, en cualquier lugar del mundo los pueda poner a prueba (véase su curso de 10 días para dominar la técnica).

 

Wim Hof dice que el método puede llevar a la solución y cura de multitud de enfermedades con un simple y sencillo programa que combina respiración y uso de baños con agua congelada  y fría como principales ingredientes.

 

El proceso está en marcha para comprobar y dejar establecido, que el método funciona.

 

Y que solo basta con botar ciertos paradigmas para empezar a considerar que es verdad.

 

Respiración y agua fría

 

Esta no era la primera vez que escuchaba sobre los poderes curativos del agua fría o de la respiración.

 

Podría decir que el primer contacto con algunas de estas ideas lo tuve muchos años atrás cuando mi mamá decidió bajar una fiebre resistente con friegas de paño frío. Recuerdo el chock frío en mi cuerpo afiebrado y luego la transpiración curativa que le seguía, el alivio. Pero no fue hasta varios años después que entendería que el agua fría y sus usos curativos tenían una rama extensa y diversa que había sido comprobada y usada por yoguis y médicos naturalistas desde hace milenios.

 

En uno de los años más felices de mi vida, practiqué como nunca las recomendaciones del yoga y de mi Maestra. Entre las cosas que experimenté estuvo la de bañarme todos los días, sin importar donde estuviera ni que época del año fuera, con agua fría o a temperatura ambiente. Ya fuera en Leh, a miles de metros de altura, o en la selva de Kerala, ya fuera en Santiago, el norte o sur de Chile, el agua que me esperaba siempre era fría, siempre era para despertar.

 

Ishnan el baño de los yoguis

 

 

 

“Hoy en día la sociedad confunde peligrosamente la idea de comodidad con la de felicidad. Esta confusión ha resultado extraordinariamente perjudicial para nuestra mente y para nuestros cuerpos”. – paráfrasis conversación entre Tim Ferris y Wim Hof

 

El referente en el Yoga Kundalini  del uso curativo del agua fría, me lo dió por primera vez una profesora de México, Jai Hari Kaur el año 2006 en mi primer festival de yoga. Esta mujer contaba las infinitas bondades del Ishnan, o hidroterapia, que el Maestro Yogui Bhajan practicaba profusamente, disfrutando de ojalá el agua más fría que pudiera encontrar. La imagen de Yogui Bhajan meditando bajo el agua congelada de la cascada de un montaña, nunca me dejó. No es que esta idea no me incomode en algún lugar, pero reconozco la admiración que me produce porque en ella veo la cualidad de la fortaleza interna y el misterio de la resistencia a alto nivel. Es una imagen que me inspira, que me da esperanza, a la vez que temor y rechazo.

 

Una vez que pude salir de mi espanto inicial respecto de la idea de bañarme con agua fría y de experimentar que la aplicación metódica propuesta es extremadamente benevolente, el efecto de bienestar prometido no tardó en demostrarse. No se puede negar. Si has practicado la técnica respetando sus reglas, el Ishnan es una experiencia extremadamente placentera, especialmente a medida que lo puedes dominar. Por mucho tiempo me pasó que volver al agua cálida en las ducha, no me apetecía para nada.

 

Además de la sensación energizante, lúcida y renovada del baño, entre los efectos prometidos estaban el constante estado de renovación total de los órganos, el sistema nervioso, capilar y tegumentario.

 

Si quieres ver como funciona ve al enlace donde está explicación de la técnica.

 

Tengo que decir que a pesar de haber practicado el Ishnan por el tiempo que lo hice, nunca tuve la experiencia de dejar de sentir completamente el frío. Solo una vez que probé con algunos de los planteamientos del método de Wim Hof, pude pasar a ese estado sin frío del que tanto se hablaba como el peak del Ishnan y que tiene que ver con poder controlar el termostato interno del cuerpo.

 

Fiebre y los baños para la purificación de la sangre

 

Un par de años después de la época que probé el Ishnan, entré a estudiar Naturopatía y allí encontré la fuente de esas primeras experiencias con las friegas de paño frío. El referente era un maestro del mundo de la medicina natural que es proveniente de esta tierra. Su nombre, Manuel Lezaeta Acharán, y el texto donde toda su teoría de la fiebre intestinal se expresa, Medicina Natural Al Alcance De Todos.

 

A pesar de que el texto tiene un claro tono moralista y octogenario, la teoría de Lezaeta es espectacular en su eficiencia y enfoque.

 

Uno de sus planteamientos más importantes tiene que ver con el uso de la hidroterapia en múltiples formas para mantener y prolongar la salud. También lo he probado y sin ninguna duda, funciona. Lo repito, funciona.

 

Lo cierto, es que tal como dice Wim Hof, la naturaleza siempre nos ha otorgado formas de curación mil veces más efectivas que aquellas que han encontrado su nacimiento en un laboratorio.

 

Experimentarlo solo requiere tener un espacio de conexión y noción de uso de los elementos.

 

Todos estos hombres han tenido la misma visión de querer transmitir el conocimiento a la persona común.

 

Solo basta que queramos acercarnos a él para experimentar verdaderos milagros y sistemas de vida realmente conducentes al bienestar y a la felicidad.

 

Lo de Wim Hof es un peldaño más a esta maravilla.

 

Por favor investiga y acércate al extraordinario mundo que es tu simple naturaleza corporal.

 

Enlaces:

 

Tedx Brona

 

Tedx Amsterdam

 

Entrevista Tim Ferris a Wim Hof (inglés)

 

Medicina Natural Al Alcance De Todos de Manuel Lezaeta Acharán

 

 

 

 

Salir de la parálisis interna: el simple arte de clarificar

Salir de la parálisis interna: el simple arte de clarificar

Creo que hace un par de meses empezó mi parálisis.

Todos hemos estado ahí. En ese espacio en el que a pesar de tener todas las ganas, todas las buenas intenciones, el mejor de los horizontes, te quedas estancada/o y no puedes avanzar.

Hay distintos niveles para cuando una/o se siente paralizada/o. Hay algunas que duran un día, otras que duran semanas y otras que pueden durar meses o más. La parálisis sostenida te puede llevar fácilmente por el camino de la depresión. Y en realidad no es de extrañar, pues estar estancada/o significa esencialmente que no estamos abordando lo que tenemos que resolver, hacer o terminar, lo que a su vez genera una sensación de presión y estrés silencioso que no hace más que crecer con el tiempo.

salir de la parálisis

Si no somos capaces de hacer algo, o si por alguna razón la situación no se resuelve por si misma, entonces podemos entrar en ese estado parálisis prolongada que puede ser la causa de que acabemos deprimidas/os. Ese eterno estado de posponer, de tratar de dilatar y extender el plazo ad eternum, es como observar la bola de nieve que crece desde un lugar congelado e inactivo.

Este fenómeno es extraordinariamente común y es muy probable que lo hayas vivido más de una vez. La procastrinación es uno de sus primeros signos. El arte de vivir posponiendo.

Es curioso, pero es tan común que incluso se manifiesta en la costumbre del snooze. Queremos quedarnos un poquito más dentro de las sábanas y posponer nuestro comienzo del día. Por alguna razón muchas veces estamos viviendo en este constante momento de aplazar, de no estar, de no abordar lo que nos pasa y lo que vivimos.

Recuerdo que hace un par de meses cuando comenzó esta sensación de estar paralizada, me dije: “me gustaría escribir una entrada sobre esto”, principalmente porque quería poder resolver el asunto o al menos arrojar algunas luces sobre el problema para que la solución ayudara en algo a los demás. Pero claramente, como yo misma me encontraba en el meollo del asunto, difícilmente iba a poder encontrar una solución y mucho menos escribir sobre ello de manera que aportase.

Hoy no es que tenga el problema resuelto, pero poco a poco he ido descubriendo algunas cosas interesantes sobre como funciona.

La parálisis es un mecanismo y por tanto es un hábito de resolución o de creer que se esta solucionando algo porque al posponer nos engañamos respecto de quitarnos de encima la urgencia. Es como poner la mugre debajo de la alfombra. El verdadero problema surge cuando de tanto evadir lo que debemos solucionar, dejamos de verlo, lo mimetizamos con el entorno y sin darnos cuenta empezamos a arrastrar un problema que somos incapaces de percibir. Este es el estadio más peligroso. Nos acostumbramos a sentir una sensación de agobio, presión y estrés que no podemos puntualizar con claridad y que a la larga se puede convertir en un verdadero problema.

Hace unas días estaba leyendo el libro de Marie Kondo sobre la capacidad sanadora del orden de los espacios. Y decía, “Mucha gente siente la necesidad de limpiar cuando está bajo presión, como justo antes de presentar un examen. Pero esta urgencia no ocurre porque quieran ordenar su habitación. Ocurre porque necesitan poner en orden ”algo más“. (…) En realidad, el acto de desordenar es un reflejo instintivo que distrae nuestra atención del meollo de un problema. SI no puedes sentirte relajado en un cuarto limpio y ordenado, enfrenta tu sentimiento de ansiedad. Bien podría arrojar luz sobre lo que en verdad te aqueja. Cuando tu habitación esta limpia y organizada, no te queda más opción que examinar tu estado interior. Puedes ver cualquier problema que hayas evitado y te obligas a enfrentarlo. Tan pronto como empieces a organizar, te siente obligado a reajustar tu vida. Como resultado, tu vida empieza a cambiar” (p. 29).

Existe quizás un numero infinito de razones y estímulos que pueden generar en nosotros esa reacción de evasión. Pueden ser problemas emocionales, pueden ser problemas en el trabajo, puede ser la ansiedad por concretar una tarea importante, puede ser la aprensión a que nos vaya bien o a que nos vaya mal. Pero en general lo que hay detrás de ese sinnúmero de estímulos y razones es un mismo sentimiento: el miedo.

La verdadera piedra angular radica en identificar a qué exactamente le tenemos miedo, ya que una vez que hemos podido distinguir la causa especifica, se produce un efecto casi mágico de anulación del sentimiento. Eso es lo curioso. Cuando puntualizamos y miramos nuestro temor, la gran mayoría de las veces, éste se anula y el resto de las veces pierde su fuerza. El efecto es tremendamente positivo.

Como dice Marie Kondo en su libro, ese desorden, ya sea sea material o psicológico o una mezcla de los dos, simplemente ilustra ese estado de apilar algo que posponemos, que no situamos o ubicamos en su lugar de inmediato y que mientras más tiempo pasa, mas grave se pone.

Lo que he terminado por descubrir sobre el tema, tiene que ver con el primer paso y quizás uno de los más importantes en el proceso de salir de la parálisis. Y que tiene que ver con el orden y la claridad.

Aquí, te quiero dejar tres pasos que te pueden permitir adquirir esa claridad para puntualizar y sacarte de encima la presión de un tema sin resolver y que además se vincula con uno de los pasos que investigamos cuando hicimos la cuarentena para empezar el año sin miedo. Vamos a ellos.

Paso 1: Fuera de la mente, en el papel

Muchas personas hablan sobre los infinitos beneficios de escribir las cosas que nos preocupan. Sacarlas de la cabeza y acotarlas para que dejen de ser una idea difusa y poco clara que vuelve una y otra vez a nuestra mente. Necesitamos aclarar, esto es esencial.

Aquí me quiero detener un instante. Te pido que lo pruebes. En este mismo momento, toma un papel y un lápiz y escribe lo que has estado posponiendo.

Para ilustrarte cuan importante es este paso quiero hablarte sobre algo que se ha descubierto acerca de los procesos de aprendizaje. Esta comprobado que cuando estamos leyendo algo y pasamos por una palabra que no comprendemos en su uso en el contexto en el que se encuentra, inmediatamente nuestro cerebro deja de comprender lo que le sigue a continuación. Imagina estas estudiando y de pronto hay una palabra que no conoces. La pasas de alto y sin darte cuenta llegas al final de la página comprendiendo que no has entendido o no has absorbido nada de lo leído a partir de ese punto. Esto ha llevado a desarrollar técnicas de aprendizaje que te entrenan para darte cuenta del momento exacto en que has dejado de comprender para abordar esos conceptos o palabras y de esa manera mantener tu nivel de atención y concentración a lo largo del estudio.

Lo mismo sucede respecto de acciones o eventos, situaciones o tareas que debemos realizar. Si de pronto no sabemos como hacerlo, una parte de nuestro cerebro reacciona bloqueando lo que viene a continuación. Y sin darnos cuenta hemos entrado en la parálisis. Por lo tanto lo primero que debemos hacer como un ejercicio diario es aclarar exactamente cuales son las cosas que sentimos debemos hacer y que hemos estado posponiendo por la razón que sea. Luego de escribir la lista de estas cosas, debes brindar al menos una solución o paso a seguir para sacar la lista de tus tareas o temas pendientes. Esto es lo primero.

Entonces el primer paso se resume en dos partes:

1-. Escribe la tarea, tema, situación, etc que sientes debes resolver y has pospuesto hasta ahora.

2-. Escribe que paso debes realizar para empezar a resolverlo.

Paso 2: Desglosar la limpieza y el orden

Sacate la mochila de encima. No pospongas más, no procastrines. Genera un plan de acción que te permita sacarte el tema, la situación, el asunto de encima. Como dice el segundo Sutra de la era de Acuario “Cuando el tiempo esté sobre ti, comienza y la presión desaparecerá”. Confía en estas palabras y hazlo de una manera inteligente, efectiva. Para eso establece pasos pequeños que te hagan fácil resolver el problema. Todo asunto tiene su desafío, pero nada es tan difícil como un conflicto imaginario que no ha llegado a enfrentarse. Ese es un monstruo que no se puede vencer, porque en la mente es simplemente una actualización de su no resolución. Necesitamos llevarlo a la acción.

Ante todo problema, cuando nos toca enfrentar hay solo dos opciones: o lo resuelves o lo aceptas.

Entonces, arma tu plan y deshazte del tema pendiente.

Resumiendo:

1-. Haz un plan para abordar el tema.

2-. Desglósalo en pequeños y simples pasos.

Paso 3: Reconócete a ti misma/o en este mecanismo.

Una de las cosas más importantes que debemos aprender es a identificar nuestros propios mecanismos de estancamiento y de salida. Para cada persona estos operan diferente y vienen acompañados muchas veces por sensaciones especificas que no pueden ser transmitidos de una persona a otra como fuera una receta al estilo de las recomendaciones del paso 1 y 2. Es por eso que cada persona tiene que aprender a identificar sus propios códigos, sus propias alarmas. Para ayudarte a ir definiendo y reconociendo tu propia manera de abordar el tema quiero que te respondas las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo me siento cuando estoy presionada/o? (Describe tus sensaciones físicas,  en donde se producen en tu cuerpo, como son?
  • ¿Qué emociones puedes asociar a esa sensación de presión? Escribe que emociones acompañan a la sensación de sentirte presionada/o.
  • ¿Hay recuerdos o imagenes asociados?¿Cuales? Describe con el máximo detalle sin preocuparte de la coherencia.
  • ¿Cómo se siente cuando empiezas a encontrar una salida? ¿Qué sensaciones físicas hay allí? ¿Qué emociones e imágenes?

Intenta hacerte estas preguntas a menudo. Idealmente cada semana y a veces, especialmente en momentos de crisis, cada día. Deja que las respuestas aparezcan y observa los cambios y los elementos comunes. Desarrolla tu capacidad de reconocer tus propias señales.


Con esto espero que puedas reconocer y de verdad empezar a dominar la parálisis. Me encantaría saber tu experiencia con estos ejercicios y en general con el proceso completo de entender como te sientes y si reconoces tus mecanismos. Cuéntame en los comentarios.

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Más allá de la frustración

Más allá de la frustración

Siempre pensé que no me importaba el resultado de las cosas. Pensaba eso porque siempre fui excelente para dejar las cosas a medio camino, sin terminar. Yo me decía a mi misma, no me importa lo suficiente como para hacer el esfuerzo. Pero la verdad era que me pasaba justo lo contrario. Mi tolerancia a la frustración era casi nula y eso hacía que cuando me enfrentaba con una dificultad, mi tendencia era a decir internamente “filo” y entregar las cosas a medio camino. Prefería hacer algo que era claramente un error a dar lo mejor de mi y que resultara mal.

más allá de la frustración

Este tema tiene mucho que ver con nuestro entrenamiento a aceptar que a veces las cosas no resultan como esperamos, que salen mal, que no reciben la aprobación que habíamos proyectado.

En mi caso, me costó más de 30 años el darme cuenta que en mi caso no es que fuera distraída o desconectada de la realidad o que me solo me importaban cosas más elevadas, sino que simplemente no tenía tolerancia a la frustración porque muy dentro de mi tenía metido un chip de perfeccionismo y competitividad, que hacía que a la primera que las cosas no salían como yo creía que debían salir, entraba en pánico y prefería tirar la casa por la ventana.

Es por eso que fue tan significativo encontrarme con el trabajo de Brene Brown. Creo que esta fue la primera vez que escuché sobre el condicionamiento pasivo que muchas veces colocamos a los niños cuando celebramos lo que hacen asociándolo con su identidad y no con su actividad. UUu eso sonó complicado déjame ponerte un ejemplo para que se entienda.

Cuando una/un niña/o se saca una buena nota en el colegio tendemos a decirle “que inteligente”. Esta es es una afirmación de identidad, porque básicamente le estamos diciendo “te sacaste una buena nota porque ERES inteligente”. El problema es que cuando hacemos una afirmación de identidad ponemos un grave problema de autoestima en la/el niña/o a futuro.  Te preguntarás por qué. Básicamente porque cuando esa/e niña/o se saca una mala nota, porque no estudió lo suficiente su lógica más profunda le está diciendo, “te sacaste una mala nota, eso quiere decir que no eres inteligente”. Esa contradicción puede ser extremadamente desconcertante. Es por eso que los estudiosos de la conducta están empezando a decir que es mucho mejor decirle a la/el niña/o cuando llega con una buena nota “que bien, se nota que has hecho un gran trabajo estudiando”, lo que focaliza la atención en el proceso y no en la identidad. Lo cierto es que cuando hacemos afirmaciones de identidad estamos dando una característica inamovible que no tiene nada que ver con lo que la persona haga o no. Lo que importa es que la persona sepa que a veces logramos resultados excelentes y otras veces logramos resultados mediocres y que esto tiene que ver con el ámbito de lo que hacemos y no con el de lo que somos.

Puedo recordar mientras escribo estas palabras, todos los momentos en que me dijeron cuan inteligente era cuando pequeña. Yo se que los adultos que hicieron eso, lo hicieron con la mejor de las intenciones, con verdadero amor y orgullo en el corazón, pero también se que por muchos años me fue completamente incompatible conciliar mi “inteligencia” con los muchos momentos en los que no “era” inteligente, no hacía un buen trabajo, “era” completamente mediocre.

Solo en los últimos años he llegado a sentir que todo se trata del proceso, de que igual como se hace cuando meditamos, que debemos volver una y otra, y otra y otra vez al mismo punto, la excelencia, y lograr exactamente lo que queremos requiere de constancia y de aprender a levantarse. Sobre todo volver a levantarse. El aprender esto no solo ha significado que finalmente haya logrado perseverar de manera sostenida en los proyectos, sino también a encontrar una hermosa forma de alegría y de sabiduría en el observar ese vaivén de los días, de los esfuerzos, de los resultados.

Como aquella bella historia del hombre que repetía, «no puedo saber si es bueno o malo, cada día simplemente tiene su afán.»

Una vez que tuve ese primer chispazo respecto de mi intolerancia a la frustración, muchas cosas que nunca había logrado entender del todo de mi misma comenzaron a hacer sentido. Si no tenía el registro de como superar la frustración, de no desmoronarme o renunciar por los problemas, de perseverar y creer que realmente hay días buenos y días malos, la causa no estaba perdida, simplemente tenía que empezar a practicarlo.

Perfeccionismo, frustración y autocontención

 

Hablando con un amigo la semana pasada, él me hablaba de su hija y de cómo veía la necesidad de ponerle límites entre otras cosas para que ella pudiera aprender a lidiar con que las cosas no fueran a su modo. Esto parece una obviedad, pero hoy en día hay tantos padres que no quieren exponer a sus hijos a una negativa o a ellos mismos a tener que ponerla.

Mientras trataba de ordenar estas ideas me encontré con una entrevista entre Brian Johnson de Philosophers Notes y Matthew Syed, autor de Bounce: The Myth of Talent and the Power of Practice. Ambos desglosaban hermosamente este libro sobre los secretos del éxito. Pero no ese éxito vacío y superficial que produce tanto resquemor, sino aquel que se refiere al proceso profundo de irse perfeccionando y creciendo en alguna actividad por la cual sentimos verdadera pasión. Lo interesante es que la propuesta de Syed, es que investigando a algunas de las figuras más importantes del deporte y de otras áreas, lo que encontró era simplemente una enorme cantidad de constancia y trabajo, pero sobre todo,  y esto es muy importante, un verdadero sentido de la compasión en la forma de autocontención.

No es posible sostenerse en el gran camino sin compasión, sin amor hacia lo que hacemos y hacia nosotros mismos. Sin esto, sin diversión, sin pasión, sin alegría y sin trabajo arduo que lo acompañe, no es posible avanzar.

Parece ser que la combinación perfecta es una triada entre pasión, constancia y verdadera autocontención. Probablemente porque tenemos que tener esa voz que sí tiene la/el niña/o en un comienzo que le hace levantarse una y otra vez cuando intenta caminar. En su pequeña mente aún no existe un significado para la caida, solo existe la fuerza que le lleva a levantarse una y otra vez.

Resumiendo

La entrada de hoy tiene que ver esencialmente con observar aquello que nos impide avanzar en nuestro propio crecimiento. Entender que quizás tenemos tan internalizado que “somos” de cierta manera porque nos lo repitieron muchas veces cuando niños que ni siquiera osamos intentar algo que pueda poner en cuestión esa noción de lo que somos. Hazte la pregunta, revisa tu historia y libérate si es que hay algo con lo que te hayas identificado aunque sea algo “bueno” si es que te impide desarrollarte en profundidad. A veces es mejor hacer el “tonto” si es que eso te permite revelar tu verdadera naturaleza.

También tiene que ver con fijarnos en la manera en que nos dirigimos a los demás y especialmente hacia los niños cuando usamos palabras que afirman un sentido de identidad, cuando en realidad siempre debemos fortalecer hábitos, acciones, procesos, ya que eso es algo que el niño o la persona puede cambiar, modificar, mejorar. La identidad es independiente e inamovible , la actitud es flexible y depende enteramente de ti.

Y por último tiene que ver con fortalecer aquellas actividades que nos generan pasión y llevarlas con constancia y autocontención, con amor y paciencia hacia nosotras/os mismas/os, porque allí está la clave de la perseverancia sostenida y la verdadera gratificación que es saber que hemos avanzado de manera importante en nuestro intento.

 

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