Antiguamente todas las artes estaban íntimamente relacionadas con lo sagrado. Como todo, el arte era una expresión, un recordatorio de ese espacio sin límites, de ese potencial sin fronteras yaciente en todo ser, en toda existencia. Una manifestación expepcional de arte, era una forma de alabanza. Hoy sin embargo tanto mediatizado por el artista, por el arte, por el vacío o el comercio, el arte sigue sangrando por ese cordón cortado y de esa herida continúa emanando la idea de que el artista debe sufrir para hacer buen arte. Aquella idea tan sublimada y tan odiada de culpa y martirio vinculada a la religión occidental, parece presente de forma ambiguada y disfrazada en esa relación tortuosa del artista y ese dios sanguinario y absorbente en el que se ha transformado el arte.

Que pasa entonces si empezamos a enmendar los puentes? Muchos artistas ya han entrado en ese silencio de busqueda por la paz, por la felicidad sin dejar su amor por el oficio. Sin embargo las rutas se componen poco a poco. Existe un terrible fantasma acechando al artista pleno de felicidad: la mediocridad artística. Es un cliché ya que casi no existe el artista sublime que no sufra y romper esa carga es una de las mas dificiles tareas que pudieran emprender hombre, oficio y arte.

Ante esto fue una revelación, un alivio, una esperanza encontrarme con algunas de las enseñanzas de Roerich, pintor de origen ruso del cual venía usando sin saber hacía tiempo algunas de sus pinturas como fotos de perfil. Cuando finalmente me encotré con la historia detrás de las imagenes, me senti otra vez a las puertas de la liberación del arte. Que así sea.

“El Arte Unificará toda la Humanidad. El Arte es uno e indivisible. El Arte es la manifestación de la síntesis universal. El Arte es de todos… Llevad el Arte al pueblo, a quien pertenece. Debemos tener no solo museos, teatros, universidades, bibliotecas, estaciones de tren y hospitales decorados y llenos de belleza, como también las prisiones. Cuando esto ocurra, no necesitaremos más prisiones…

La verdadera paz, la verdadera unidad, es el deseo del corazón humano… (el hombre) quiere amar y abrirse a la realización de la Sublime Belleza. En la superior comprensión de la belleza y la sabiduría todas las divisiones convencionales desaparecen… todos los símbolos de la humanidad tienen el mismo significado, la oración sagrada: Paz y Unidad.”

Aquí algunas de las imagenes que este hombre desde la luz y la paz, pudo crear.

 

Fuentes:

http://www.pensamientoconsciente.com/?p=373

http://shedsenn.files.wordpress.com/2010/05/star-of-hero-nicholas-roerich.jpg

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