Ser intencional, tener tiempo, abrir el misterio

Ser intencional, tener tiempo, abrir el misterio

¿Qué significa ser intencional en nuestra vida y por qué puede ser realmente beneficioso? Si estas en un momento de la vida en el que sientes que no tienes idea de lo que estas haciendo y por qué estás donde estas, esta entrada te puede ayudar.

Estaba leyendo este correo de Michael Hyatt, uno de los referentes en el mundo estadounidense en el área de productividad.

La reflexión tenía que ver con la importancia de ser «intencional» en el modo de vivir la vida y desarrollar tu carrera. Hablaba de que para hacer de nuestro trabajo una experiencia plena era necesario tener tres elementos: Primero, pasión por lo que haces, que te guste, que te apasione. Segundo, ser bueno en ello. No basta con que algo te guste, tienes que entregar algo de valor, dar un aporte. Y tercero que alguien esté dispuesto a pagarte por lo que te gusta. La intersección de estas tres cosas define lo que sería una actividad o trabajo satisfactorio y pleno.

satisfacción

Y contó esta historia, una mujer, una doctora se le acercó tras una de sus conferencias para decirle que ella nunca había sido «intencional» respecto de su carrera. De hecho pensaba que se había dedicado a ser doctora porque su padre lo había sido y sentía que no había tenido otra opción. Trabajaba para una clinica privada en la que no tenía tiempo de ver a los pacientes y se sentía totalmente abrumada, como si fuera una pieza dentro de una maquinaria sin sentido. A pesar de que ganaba muchísimo dinero, se sentía completamente miserable. Mientras contaba su historia, la mujer rompió a llorar.

Más adelante, en el mismo artículo, Hyatt contaba la historia de otra mujer con una situación muy similar. Después de mucho tiempo ejerciendo como médico en una clínica corporativa, cansada de trabajar muchas horas, de no tener tiempo para ver  a sus pacientes de manera más personalizada decidió renunciar. Después de un tiempo se reencontró con su profesión, abrió una consulta privada y se dió todo el tiempo del mundo para atender a sus pacientes como siempre le hubiera gustado hacerlo.

Cuando leí la primera historia pensé. Esta mujer necesita renunciar y descubrir qué es lo que realmente quiere. Tiene que darse el tiempo. Y luego me dije, pero no todo el mundo se puede dar ese lujo. No todo el mundo puede llegar y renunciar y pensar y darse vueltas y descubrir en una epifanía su destino. De hecho, la mayoría de la gente corre desesperadamente de un lado a otro sin poder darse el lujo de cuestionar lo que se siente obligado a hacer. Para estas personas pareciera no haber tiempo, no haber espacio.

Cómo ser intencional puede abrir el tiempo

Hace un tiempo atrás cuando estaba haciendo la publicidad para el curso de meditación hice una pregunta a todos las lectoras y lectores acerca de qué harían si tuvieran más tiempo.

Aun me conmueve la cantidad de respuestas que hubo. La enormidad de personas que escribieron expresando la sensación de no tener tiempo de sentirse completamente abrumados era inmensa. La cantidad de personas queriendo tener más tiempo para su gente también. Desde entonces me empecé a preguntar cómo, como se puede hacer esto, como se le puede crear tiempo a las personas para que puedan realmente cambiar esa sensación interna. Yo se que la meditación es crucial. Lo creí entonces, y lo creo ahora y en realidad me parece que siempre lo creeré. Pero la meditación no es para todo el mundo y muchas veces no es para todas las etapas en la vida de las personas. A veces lo que necesitamos es algo más cercano a la locura en la que vivimos, para así ir creando un caminito, una ruta que nos lleve al silencio y a la paz y al tiempo y al sentido.

Así que me seguí dando vueltas en esto.

Cuando leí el articulo entonces algo me resonó. Esta idea de la intención con la que hacemos las cosas es como lazar una flecha con una cuerda atada a ella. La cuerda permite que cada vez que avanzas te acercas más al objetivo donde la flecha fue clavada. Significa que tienes una ruta, un plan un objetivo que puede servir de brújula para cuando quieres obtener algo. No digo una casa, no digo un auto, ni un viaje a la luna, ni un paseo en yate, ni el premio a la mejor bailarina, ni el nobel, ni nada estrafalario y lejano. Digo por ejemplo, tener más tiempo. Sí. Ser intencional respecto de tener más tiempo. Trazar un plan para tener más tiempo. Hacer una ruta. Crear el camino que te ate inevitablemente a horas de libertad para estar con tu gente, para dormir, para leer, para ir al cerro, para quedarte echada con la panza al sol. Más tiempo.

Pero ¿cómo se hace esto?

Ser intencional significa hacer un esfuerzo para dejar de reaccionar y empezar a decidir, proactivamente lo que quieres hacer de ante mano. Cómo puedes conseguirlo, como puedes crear esa realidad.

Primero creo que tienes que saber que es como construir una casa y que necesitas ese objetivo. Lo ideal hubiera sido que alguien nos hubiera enseñado de chicos a hacer pequeños esfuerzos que resulten en algo concreto. Que alguien nos hubiera enseñado a ser estables en nuestra intención. Mientras más estable, mientras más intensa esa intención, más posible se hace que podamos alcanzar lo que sea que queramos.

Por ahora quiero soñar con que es posible que una gran cantidad de las personas que realmente lo desean puedan tener más tiempo. Se creen un plan, generen la ruta y no sigan viviendo como que alguien, la vida, el mundo, le está robando este bien tan extraordinariamente preciado que es el tiempo.

La imagen del velero

Ahora bien. Todas estas ideas de la ser «intencional» creo que son muy importantes. Creo que son la brújula para no perderse y no terminar en cualquier parte. Pero siempre tiene que haber un poco de magia y misterio en el camino. Tampoco se trata de volvernos unos freaks del control, obsesionados con el más mínimo detalle para que nada se nos escape. Al igual como uno lo hace en un velero, tienes que sostener el timón con la noción consciente de donde vas, pero con la claridad de que estas en un barco a merced del mar. Para que el viaje sea suave y lleno de fluidez, es necesario que observemos a donde y como esta el viento y el agua que nos empuja y nos sostiene.

El ser intencional desde esta perspectiva implica que sabes donde quieres ir, pero que tienes que estar atenta/o al camino. Que debes ser capaz de adaptarte. O que si te es muy difícil identificar lo que quieres, que tienes un nivel atención de donde estás y saber si quieres o no estar ahí.

A veces es difícil, lo sé. A veces y en realidad en muchas ocasiones lo que queremos es olvidarnos porque parece muy difícil mantener el timón en curso. Pero si en verdad estas insatisfecha/o lo mínimo es que puedas sopesar hasta que nivel esto es así, para mantener el fuego andando. Al menos hasta que puedas estar bien donde sea y como sea.

La búsqueda y la intencionalidad no es más que un acuerdo con nosotros mismos para evidenciar en el tiempo que estamos comprometidos con nuestra felicidad. Y eso, eso es lo que vale oro. Eso es lo que construye el camino del misterio.

Los ritos son eso, los hábitos, el feedback positivo, los actos y palabras son eso. Gestos en el que se ve reflejada nuestra verdadera intención, para la conciencia, y para el misterio. Este misterio es el que te va a sostener y que va abrir el tiempo cuando tu sientas que no hay más espacio.

La importancia del sentido en el ser intencional

Algunas veces sin embargo, el misterio aparece y no nos damos cuenta. Esto tiene que ver con que si somos capaces o no de percibir y disfrutar lo que aparece. No es que tengamos un problema es solo que hemos llegado a un momento en que quizás estamos tan abrumados con lo urgente que no nos damos cuenta de los detalles, de lo suave, de lo sutil que se mueve a nuestro alrededor. El tiempo no es un valor por si mismo. Esta al servicio del sentido que le demos, del enfoque que tengamos, de dónde esté nuestra atención. Y esto es clave. Sea como sea, tienes que tener un momento del día en el que puedas darte cuenta. Idealmente dos. Antes de empezar el día y antes de terminarlo. Si eres capaz de controlar lo que sucede en los pocos momentos antes de entrar y salir de la conciencia, entonces todo lo que pasa durante la noche será como regar el árbol del cambio.

Son un sin número la cantidad de ejemplos donde se ha comprobado la fuerza de lo que sucede cuando comienzas el día y cuando lo terminas. Si tu día comienza mal, abrumado, urgente, corriendo, es mucho más difícil poder cambiarlo. No es que sea imposible, solo más difícil. Y creo que las cosas ya tienen su desafío suficiente para ponerle además otro bloque encima. Una pequeña rutina, en la que le demos prioridad a lo que realmente nos importa puede hacer una diferencia tan inmensa que no te lo puedes imaginar. A mi me toca convencerte a que lo pruebes y te convenzas por ti misma/o de que variaciones tan pequeñas pueden significar el cambio del sentido. Desde ahí se despliega todo lo demás. Y de nuevo el misterio.

Si te interesa probar como nos va con esto, vamos a hacer un experimento.

Probemos que puedes volverte intencional respecto de tu felicidad. Y más concretamente del uso de tu tiempo. Hice un pequeño material para ayudarte a pensar y crear ese espacio. Es un plan. Un plan maestro para repetir cada día y que puedas empezar a generar el tiempo que quieres para ti. Como todo plan maestro, debe ser tan sencillo que un niño lo pueda seguir. Si un niño lo puede seguir entonces tu también. Y como todo plan maestro implique que tiene resultados concretos. Simples y concretos.

Para descargar el Plan haz click aquí.

Por favor cuéntame que piensas de esto. ¿Tienes alguna idea de como hacerlo mejor?, sobre ¿qué puede abrir más y más la ventana para cambiar las rutinas y que la vida sea más holgada y con aire? ¿Qué has descubierto tu?

Lo primero y lo último: satisface a tu alma. Saludando a Maya Angelou

Lo primero y lo último: satisface a tu alma. Saludando a Maya Angelou

Cada parte, cada voz en nuestro interior clama por algo.

Nuestro cuerpo nos habla de todo tipo de deseos y necesidades.

Nuestras emociones otro tanto, nuestra mente, qué decir.

Y de todas estas hay una que sin embargo satisface a todas las demás.

Cuando satisfaces la necesidad de tu alma todas las otras voces felizmente se acallan.

Por eso, si has de satisfacer a una parte de tí, siempre, trata de satisfacer  primero a tu alma. Todo lo demás seguirá.

Los libros y los estantes donde estaba Maya Angelou

Cuando era chica una de las cosas que más recuerdo son los objetos y especialmente los libros que veía una y otra vez en el estante de la habitación de mi mamá.

Los bordes largos y angostos con letras doradas, verdes, negras, con tipografías simples o elaboradas.

La tapa del Bhagavad ghita en inglés cuando solo era la confusa imagen de un hombre que lucía perturbadoramente como una mujer.

Recuerdo los titulos que volvían una y otra vez a mis ojos, The Other Bible, Gentle Gyants, Juan Salvador Gaviota, The god of small things y finalmente el libro de cuya autora quiero hablar hoy, I know why the cage bird sings, “Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado .

Me acuerdo cuando el jefe de mi mama de esa época le trajo este último.

Entre los cuatro o cinco textos venía este libro de bolsillo, tan poco apetecible a pesar de la novedad de su título.

John solía ser la fuente de varios de los libros que mi mama leía en las noches al llegar de la oficina y la razón por la cual varios de ellos estaban en inglés.

La lectura y mi mama tenían rituales.

No había placer mayor para ella -aún es así-, que la promesa de la lectura bajo el cobijo de las colchas en la noche. Desde mi habitación yo podía disfrutar con una sonrisa, la ocasional carcajada o el sonido infaltable de esa tos aclaratoria, una sola, que jamás ha fallado en el ritual nocturno de mi madre.

Cuando yo aún aprendía las primeras palabras y luchaba por ir desarrollando el hábito de leer, trataba de competir con el paso veloz de su lectura leyendo solo la última palabra de cada línea, muchas veces retrasándome al paso rápido de su mirada a través de las letras. Y luego de unas cuantas páginas, cuando ya era evidente que no la podría alcanzar y renunciaba al deseo de ganarle, mi mirada volvía a caer sobre el lomo de los libros y allí estaba ese, el de las letras  floridas, de colores pasteles con la imagen de una señora negra que parecía una maestra de escuela con una historia poco entretenida que contar.

Solo este año, un domingo en el que retomábamos la tradición de los tallarines, luego de un viaje fugaz por USA, mi mama volvió hablarme de la mujer del libro que yo conocía tan bien por fuera, jamás por dentro.

Me daba cuenta mientras ella me hablaba de Maya Angelou, como yo curiosamente había separado al libro de su autora, como si su nombre y su creación volaran separados por imagen y sonido.

Para mi, Maya Angelou no era esa mujer en la tapa de aquella novela.

Su nombre era exótico, su imagen en esa imagen, no.

Yo pensaba todo esto, mientras mi mama hablaba entusiasmada señalando el libro sobre la mesa, la última auto biografía – después supe- de esta mujer que había sido violada a los 7 años y que había dejado de hablar por 5 luego de pensar que por pronunciar el nombre de su violador este había muerto tras repetidos golpes pocos días después.

maya

Unas semanas antes me había encontrado un video sobre el amor.

Allí una anciana hablaba con voz pausada e hipnótica. Hablaba del amor en una forma simple e inmensa a la vez. Era así porque su relato y visión nacía de la experiencia extraordinaria que era su vida. Cuando lo vi, no sabía que se trataba de Maya.

Mi mama servía la comida y me contaba sobre la madre de Maya Angelou, y me hablaba mientras comíamos los deliciosos tallarines y mientras íbamos en el auto al cine.

Cómo yo no puedo contenerme cuando algo me fascina, mientras me hablaba en el auto, me fui buscando en el celular más información sobre esta mujer que leyó un poema en la toma de poder de Clinton el año 93 y que fue mentora de Oprah Winfrey por más de 30 años. Hasta que a mitad de camino, dí con uno de los varios artículos que Maria Popova había dedicado a la escritora. En ella, sin trucos Maya hablaba sin hablar del poder sanador de la creación humana en el contexto de su experiencia de violación cuando pequeña:

To show you … how out of evil there can come good, in those five years I read every book in the black school library. I read all the books I could get from the white school library. I memorized James Weldon Johnson, Paul Laurence Dunbar, Countee Cullen and Langston Hughes. I memorized Shakespeare, whole plays, fifty sonnets. I memorized Edgar Allen Poe, all the poetry — never having heard it, I memorized it. I had Longfellow, I had Guy de Maupassant, I had Balzac, Rudyard Kipling — I mean, it was catholic kind of reading, and catholic kind of storing.

[…]

Out of this evil, which was a dire kind of evil, because rape on the body of a young person more often than not introduces cynicism, and there is nothing quite so tragic as a young cynic, because it means the person has gone from knowing nothing to believing nothing. In my case I was saved in that muteness… And I was able to draw from human thought, human disappointments and triumphs, enough to triumph myself.

[Para mostrarte… como del mal puede surgir el bien, en aquellos cinco años leí todos los libros del la Biblioteca escolar para negros. Leí todos los libros que pude conseguir de la biblioteca escolar para blancos. Memoricé a James Weldon Johnson, Paul Laurence Dunbar, Countee Cullen y Langston Hughes. Memoricé obras completas de Shakespeare, cincuenta sonetos. Memoricé a Edgar Allan Poe, toda la poesía -sin haberla escuchado nunca, la memoricé. Tenía a Longfellow, tenía a Guy de Maupassant, tenía a Balzac, Rudyard Kipling- quiero decir, era un tipo de lectura católica, y una forma católica de hacer historias.]

[…]

[De este mal, que era un tipo de mal extremo, porque la violación en el cuerpo de una persona joven, más a menudo que no, introduce el cinismo, y no hay nada más trágico, que un joven cínico, porque significa que la persona ha pasado de no saber nada, a no creer en nada. En mi caso fui salvada por la mudez… Y fui capaz de sacar del pensamiento humano, de las desilusiones y triunfos humanos, suficiente para yo misma poder triunfar.]

Recuerdo lo mucho que me impactó esa idea de pasar de «no saber nada, a no creer en nada». Y como en ese vacío anidaba el cinismo, cuando en ella, en Maya, como si fuera una antorcha, había logrado anidar el triunfo de la fortaleza.

En mi casa se canta una canción.

Es la canción del aromo.

Es una canción folklorica que habla de un aromo solitario al que todos los otros árboles envidian por su espacio, por sus flores, sin saber el esfuerzo y la lucha que debe hacer para sobrevivir de la roca, del viento, del aislamiento. Como produce belleza de su experiencia de dolor, como hace flores de sus penas.

Maya habla de esto sin ningún rastro de derrotismo. Lo hace para demostrar que existe una gema de lo humano que puede ser extraida incluso en la peor de las oscuridades. Su vida no fue fácil. Y justamente porque su vida no fue fácil, es que cada gesto de generosidad y altruismo de su parte resulta un asombro y una joya.

Escogiendo aprender

Cuando mi mama me hablaba primero de la madre de Maya, yo imaginaba a una madre ideal. Solo después supe que como la Doctora Angelou decía, había sido una pésima madre de niños pequeños y una excelente madre de jóvenes hacia la adultez. Ese libro que mi mama me había mostrado y que Maya escribió alrededor de los 80 años, era uno de los últimos gestos de ella para entender a una mujer central en su propia vida, pero llena de contrastes. Maya tuvo la impresionante cualidad de aceptar, amar y aprender de la mujer que la abandonó en su primera infancia. Ese es uno de los impactos de esta oda del amor que pudo hacerle después y que tan bellamente se expresa en este video.

Cuando encontré el video completo de esta entrevista me la pasé llorando de emoción. Maya me hace creer que vivir desde lo más profundo de una fidelidad interna es posible. Y de todas las frases que coronaban el relato, la que más profundo me caló fue aquella del alma, que es la idea central de este texto.

Cuando Maya honra a su Madre, la mujer que la abandonó dos veces, que la salvó también, tratando de entenderla como ella dice, de crear una imagen completa de ella en este pedazo de su autobiografía, enseña una lección profunda que resuena en mi como el verdadero compromiso del amor, que siempre esta atado a la idea de la verdadera libertad, de la verdadera dicha, de la verdadera plenitud. El dolor o la irresolución es siempre una forma de alarma sobre una zona en nuestro interior que debe ser dilucidada, lavada, puesta al sol.

Es por eso que de todas las ansiedades, de todas las peticiones, de todos los deseos y necesidades, el primero y último en prioridad siempre debe ser el del alma. Solo esa petición contiene a las demás. Satisface a tu alma, y todo lo demás seguirá. Para Maya esto era hacer lo correcto. Ese es el verdadero dialogo y clamor de la via dhármica, de la vía que no genera más ataduras, más ruedas y que en última instancia lleva a la liberación.

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Sacando las capas de tu personaje: imaginación y conciencia

Sacando las capas de tu personaje: imaginación y conciencia

Todos los días estamos tratando de dilucidar como son lo demás. Qué piensan, que sienten. Sea cual sea la razón por la que te sumerges a reflexionar sobre que es lo que sucede con otro, la entrada de hoy vuelva la atención sobre lo que esta pasando dentro de ti y algunas formas diferentes de abordar la definición de lo que crees que eres.

personaje

La señora K se sentó frente al comité a exponer su caso. Explicó en detalle lo mucho que le atemorizaba relacionarse con los demás. El comité tomó el caso y comenzó la discusión del problema.

Esto resumía lo que alguien muy cercano a mi hacía cada vez que quería resolver o evaluar algún conflicto interno. Había una serie de personajes que le ayudaban a dilucidar dilemas y conflictos importantes de su vida. Me acuerdo que cuando me contó me quedé fascinada. Era una forma tan creativa de hacer dialogar a las distintas partes que habitan dentro de una/o. Todas esas visiones que discrepan y tienen argumentos contradictorios dentro de nosotras/os. Algunos le llaman a esto la batalla entre el corazón y el raciocinio. Otros distinguen solo una nube de pensamientos dispersos y otros como la persona de la que hablo crean una situación imaginaria que les ayude a aclarar las distintas visiones que normalmente tenemos de las cosas.

La imaginación tiene la extraordinaria posibilidad de ser una herramienta con infinitos usos. Pero lo cierto es que no son muchas las personas que la usan intencionalmente de manera práctica para ayudar a resolver conflictos o dilucidar problemas de su propia vida. Más bien lo contrario. Muchas veces cuando tenemos un problema, nuestra imaginación nos juega en contra y en vez de darnos soluciones nos empieza a agravar el problema. Hemos hablado un poco de este fenómeno en las entradas sobre las distintas mentes (negativa, positiva, neutral) y en general cuando hablamos de la necesidad de poder domar un poco este caballo loco que tenemos en la cabeza.

En términos de espiritualidad, la imaginación tiene un potentísimo rol liberador. Amma dentro del recomienda activamente en el Bhakti yoga, el yoga de la devoción, utilizar esta herramienta para poder sentirnos en presencia de lo divino, llevarnos a estados emocionales de profunda intensidad por medio de la imaginación. Y funciona.

Pero la entrada de hoy es sobre un uso particular de la imaginación. Te he estado hablando del Curso de Autoconocimiento y Escritura, y en él hay otra área de la que te quiero contar un poco y que tiene que ver con los personajes y el impresionante ejercicio que es crear uno para develar varias capas ocultas de nosotros mismos.

Un personaje

De alguna manera todos creamos un personaje de quién somos. Nos identificamos más o menos con una idea de lo que nos mueve, lo que nos gusta, lo que no nos gusta, de lo que tenemos miedo, nos motiva o hace soñar. Pero no muchas veces miramos con detenimiento a este personaje con el que tan firmemente estamos identificadas/os.

Cuando quieres construir un personaje para una historia debes saber exactamente quién es. Y con “quien es” me refiero a todas aquellas cosas que hacen de marco general para que alguien se comporte, sienta, piense y actúe de una manera determinada. Necesitas saber cual es su historia, como se crió, que es lo que más teme, que es lo que más ama. Cómo se viste, como habla. Todas estas cosas son importantes porque es la única manera en que sabrás como ese personaje actuará en tal o cual situación. Es importante porque lo que el personaje “es” o más bien cree ser determinará cosas fundamentales en la historia que quieras contar.

Hay algo especialmente interesante en esto y es que cuando ves a tu personaje tienes que ser brutalmente honesta/o. En sus debilidades y en sus fortalezas. En lo que oculta, en lo que sabe de si mismo. Porque esto es lo que determina si el personaje es creíble o no, si actúa de acuerdo a lo que es en todas sus dimensiones. Me acuerdo hace varios años cuando salió la película el Silencio de los Inocentes. Una de las protagonistas era encarnada por Jodie Foster quien no quiso aparecer en la segunda parte de la saga, pues sentía que el personaje que habían creado para ella no era coherente con el personaje original. El rol lo tomo Juliane Moore. Lo hizo muy bien, pero Jodie Foster tenía razón (en mi opinión). Clarice Starling en El silencio de los inocentes y en Hannibal no son la misma persona.

¿Cuál es la relevancia de esto para nosotras/os? El lograr que un personaje sea coherente en el sentido de que logremos que no traicione lo que realmente es, esta determinado por cuan bien lo conocemos, cuan bien entendemos sus contradicciones, sus tendencias y sus debilidades. Un ejemplo hermoso de como funciona bien la coherencia y la motivación de un personaje se da en la película Pulp Fiction. El personaje de Butch, personificado por Bruce Willis es introducido cuando niño con la historia del reloj de su padre. Sin esta historia inicial nosotros nunca podríamos justificar que él decida volver a su casa luego de que ha decidido traicionar al jefe de la mafia solo para buscar un reloj sea de su padre o no. La historia que nos cuentan al principio de los esfuerzos brutales que tuvieron que hacer dos hombres por traspasar el reloj a él, es lo que permite que el resto de la historia se produzca.

Nosotros al igual que los personajes tenemos códigos y coherencias que están determinados por los ejes de lo que consideramos importante y lo que nos define. En la serie policial Wallander, un personaje le aconsejaba a dicho detective sobre como se resolvía un crimen: “mi marido siempre decía que la gente mataba por amor. Tu simplemente debes descubrir que es lo que la gente ama”. Claramente esta es una interpretación suelta de lo que es el amor, pero se aplica a qué es lo más importante para la vida de alguien. Esto es lo que determinará su actuar en toda clase de cosas.

Para algunos es la comodidad, para otros la seguridad, para otros el respeto, el sentirse acogidos, tener prestigio, crecer, etc. Cada una/o de nosotros tiene un eje de motivación, algo que nos impulsa y es esencial identificarlo para poder entender nuestro movimiento en la vida y el mundo.

Este ejercicio de identificar estas cosas es lo que hace que al crear un personaje te tengas que preguntar y responder una serie de interrogantes sobre lo que lo mueve para así poder explicar y predecir su comportamiento. Lo curioso es que esto escapa completamente a lo que nos preguntamos y respondemos de nosotros mismos. Claramente no nos preguntamos todos los días sobre lo que más amamos en el mundo, o que es lo que más tememos, de donde venimos y en que medida eso determina o parece determinar las desiciones que tomamos.

Recuerdo una pregunta que le hicieron a Robert Mckee sobre la necesidad de definir a los personajes para una historia y sobre cómo era importante que el mundo en el que éste se movía debía ser acotado, que no podía ser cualquier lugar en cualquier parte. Mckee lo decía clarísimo. El guionista al que estaba asesorando se resistía a la idea de que debía definir exactamente de donde en Estados Unidos era el personaje. Le decía a Mckee, “es el típico americano” (entendiendo esta cosa de decirle americano a los estadounidenses). Y Mckee lo miraba con cara de eres un estúpido, diciendo que no existe eso del típico americano. Un hombre de Nuevo México o Texas es totalmente diferente de alguien en san francisco o en nueva york, nacido en medio del desierto  o en lo grandes lagos. La cualidad de acotar o definir al personaje es lo que le da realidad y verdad a lo que sea que este haga, pero sobre todo le da la posibilidad de evolucionar, de moverse, de crecer.

Cuando no somos capaces de definir con claridad eso que nos compone, por más difuso que nos parezca a nosotras/os, es como si dejáramos pasar la vida entre los dedos, sin distinguir diferencias o avances en nuestra historia. No somos capaces de sentir y ver nuestro proceso, y en eso, nuestra evolución.

Tony Robbins suele decir que la percepción de la felicidad está íntimamente ligada a la sensación de avance, de hacer progresos. Y eso requiere esencialmente tres cosas. Saber de donde partimos, a donde llegamos y si hay una diferencia entre las dos en el tiempo.

Para que puedas utilizar algunas de las herramientas de lo que vemos en el curso, te dejo, pequeños tips que requieres para conocer a un personaje, de manera que lo puedas aplicar en ti. Para saber tu progresión, para saber distinguir lo que hay detrás de esta historia que vives y para definir con toda claridad eso que regula, como lo hace de alguna manera la serie de experiencias que has tenido, define las opciones que tomas y el tipo de vida que estas viviendo.

Aclaración

Quiero aclarar tres cosas.

La primera es que tanto las experiencias que hemos vivido, como lo que nos define a nivel de estructura, no constituye la base de un determinismo social y psicológico. Estos ejercicios justamente buscan liberarte de cualquier tipo de determinismo basado en la relativa inconsciencia que puedas tener de ti misma/o. Es decir, si existe algún tipo de determinismo, ese se llama inconsciencia. Solo cuando comenzamos a conocernos es que podemos romper ese ciclo de predisposición interna a un cierto tipo de experiencias y eso es lo que queremos empezar a hacer.

La segunda es que nada de esto quiere decir que creo que uno puede controlar completamente su destino. Siempre hay un porcentaje de esfuerzo pero el factor definitivo siempre es la Gracia, ese misterioso toque de “otra cosa” en todo lo que vivimos. Lo único que podemos controlar es nuestra actitud hacia las cosas, nada más.

Tercero, una vez que conocemos lo que queda es soltar. De nada sirve conocer para quedarse pegado eternamente en lo que internalizamos de nosotros mismos. Identifica la paja y simplemente separala del trigo. No te pongas a llorar por la cantidad que tienes: focalizate en la solución.

La red del personaje:

Personaje y sus esferas

Para poder hacer este ejercicio a cabalidad he diseñado un material específico. En él encontrarás un telar con todos los elementos que componen a un personaje y luego todos los elementos que debes llenar sobre él para tener una idea más o menos clara de lo que hay detrás. Es uno de los múltiples materiales del curso de Autoconocimiento y escritura. Descárgalo, úsalo y cuéntame que es lo que descubres.

Accede al ejercicio

 

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Recuerda además que leo todos los correos y me pone muy feliz saber lo que piensas.

Por qué conocer tu relato puede cambiar tu vida

Por qué conocer tu relato puede cambiar tu vida

Todos tenemos un relato, una historia que nos contamos una y otra vez sobre nosotros mismos, lo que somos, lo que no somos. Muy pocas personas son realmente conscientes del libreto que opera detrás de sus acciones, como si hubiera un direcator/a que programara su vida y sus acciones de acuerdo del programa ordenado de lo que se espera de tal o cual persona. La entrada de hoy te mostrará algunas de las técnicas que trabajamos en el Curso de Autoconocimiento y escritura y que justamente buscan, pasar ese relato que rige tu vida, al frente de tus ojos para que no siga siendo la voz dictante desconocida y misteriosa, sino el set de consejos que determinarán aquello que debes trabajar y aquello que no.

tu relato

En alguna parte he hablado de la regla de 3. Esa regla que dice que cuando algo se repite 3 o más veces en tu vida es porque necesitamos prestar atención, porque en eso hay algo que observar y que aprender y que si no captamos a tiempo va a empezar a ser una verdadera molestia.

Recuerdo uno de los momentos más impactantes en los que eso sucedió. Había estado experimentando situaciones realmente fuertes con personas muy cercanas a mi, en la que se repetía un patrón que era incapaz de ver y en el que sinceramente no me veía identificada. Al escribir esto, me impacta la capacidad que tenemos de no ver las cosas más obvias cuando se trata de nosotros. Realmente eso de la paja en el ojo ajeno y el tronco en el propio es demasiado verdad. En fin. Era un tema bastante fuerte y tenía que ver con formas de trato que no eran positivas. Cuando realmente no fui capaz de evadirlo más, apareció el referente de ello. Mi mamá había vivido algunas situaciones bastante similares cuando yo había estado en su vientre.

El escalofrío que sentí al reconocer la pauta de mis propias experiencias en esos hechos fue radical. En ello se conjugaron una serie de cosas que tenían que ver con varios hechos de mi vida y que no había sido capaz de ver o enfrentar.

Cuando tomé real conciencia de ello, a pesar de que me lo había dicho antes, no fui capaz de integrarlo. Esta es una salvedad respecto de nuestro proceso personal. En realidad entendemos muchas cosas solo cuando estamos preparados para hacerlo. No importa cuanto nos repitan lo mismo, si no estamos listas/os para verlo, da exactamente lo mismo.

En la entrada de hoy, quiero hablarte de 3 técnicas que te pueden ayudar a empezar a traer esos relatos incocientes a la conciencia, para que puedas de a poco empezar a deshacerte de patrones y guías de conducta que te llevan a lugares innecesarios. La libertad nace de la conciencia, del conocimiento profundo de lo que somos y los que nos ha determinado. El periplo de la libertad es eso. Cómo adquirir un conocimiento del titiritero que mueve los hilos desde el inconciente.

Vamos allá.

#1 Autobiografía de tu relato

El proyecto de Autobiografía es una de las herramientas más poderosas y efectivas que existen para tener una noción clara de lo que yace detrás de nuestras acciones. Lo he dicho antes. El ideal es hacer esta ejercicio varias veces en la vida. No te voy a engañar. Es duro. Al menos si eres realmente honesta/o con lo que has vivido o sentido. Esto no necesariamente porque hayas vivido experiencias traumáticas (aunque quizás sí sea el caso), sino porque en última instancia puedes observar de donde viene la construcción de quién eres, cuales han sido los eventos y circunstancias que han sido pivotes de los aspectos más importantes de tu personalidad.

Independientemente del nivel de asociaciones que puedas hacer en el proceso de escribir sobre tu historia, el solo hecho de hacerlo te generará una serie de efectos. Algunos agradables, otros no tanto. Pero esa es la vida. Lo más importante es que puedas hacer el ejercicio y que independientemente de lo que encuentres, abordes las experiencia como en teoría lo hace un científico: por amor a la verdad y en busqueda del conocimiento.

Algunas recomendaciones

Usa este ejercicio para liberarte, no para atarte más: Algunas personas sienten que su historia define lo que son y lo que pueden ser. Es por esto que este ejercicio puede ser un arma de doble filo. Y debes tener cuidado. Conocer la historia no es por defecto aferrarse a ella. Tiene el exclusivo propósito de hacerte ver y entender tus condicionamientos para que puedas elegir cuales de las tendencias que te definen hoy son las que quieres mantener y cuales son las que quieres dejar atrás y por lo tanto empezar a trabajar en ellas.

Si tu historia de pronto se vuelve una bandera a la cual te aferras para seguir sufriendo, entonces no hagas este ejercicio. Si lo que quieres es odiar más a los que odias, sentirte más víctima de lo que ya te sientes o culpar a otros por la vida que estas viviendo, este ejercicio solo servirá para ahondar más en estas cadenas. Nada que no sirva a la Verdad, es decir a tu condición intrínsecamente libre, tiene utilidad, y nuestra actitud hacia los ejercicios debe ser siempre con esta pregunta en mente: ¿Cómo esta actividad me hará libre?

Recuerda que la libertad es en realidad la capacidad de decidir más allá de la tendencia, más allá del antojo, más allá del vaivén de la mente. La libertad es decidir desde lo que genuinamente te lleva a lugares de más paz y menos atadura.

Entonces. Haz este ejercicio para encontrar los postes desde donde te hayas atada/o. No para culpar a quien plantó el poste. No gastes energía en otra cosa que salir de la cadena.

#2 las imagenes que nos reflejan

El universo esta diseñado para ser un espejo. Para mostrar lo que hay dentro de ti. Esto esencialmente porque somos capaces de ver lo que nuestras experiencias, condicionamientos, estados y posibilidades mentales nos permiten ver. Es como el cuento de la ciudad de los ciegos. El relato dice más o menos así. En una ciudad donde solo habitaban ciegos, llegó un día un majestuoso elefante. Todos los ciudadanos se acercaron a encontrar al animal y palparon sus partes para conocerlo. Cuando el rey preguntó a sus súbditos como era el animal, uno de ellos dijo “es largo y rugoso, como el tronco de una palmera joven”. Entonces otro súbdito que había tocado al elefante dijo “No mi señor, este hombre miente, era en realidad muy flexible y delgado como una hoja inmensa”, entonces una mujer que también había conocido al animal exclamó, “mi señor, nada de eso es verdad, yo estuve allí y el elefante era grande y redondo, como la base de una gran vasija”. La tarde continuó así, cada súbdito había tenido una experiencia distinta del elefante y por lo tanto, cada cual tenía su propia idea de lo que era en efecto dicho animal.

Esta realidad parcelada nos dice que uno, vemos lo que podemos ver, y dos que aquello que vemos está íntimamente relacionado con las cosas que estamos vivenciando en el momento.

Aquí es cuando se aplica la ya mencionada regla de tres. Cuando observas que un mismo tema se repite tres o más veces es que ese tema está jugando un rol importante en tu vida. Aprender esto es fascinante. De pronto las experiencias cotidinianas se vuelve un juego.

¡Recuerdas esa película con Michael Douglas, El juego (The Game, 1997)?. Trataba de un hombre al que se le ofrecía participar en un juego diseñado a su medida que comenzaría a invadir sus experiencias cotidianas. Hay un minuto casi al principio de la película en la que el personaje recién entra al juego y se observa completamente atento a todo lo que hay a su alrededor, pues sabe que en cualquier momento puede recibir una pista de lo que debe hacer. Es como esa sensación que tenemos la primera vez que viajamos a otro país. Una especie de curiosidad se activa en nosotras/os que nos hace estar extremadamente atentas/os a todo lo que vemos.

Esta atención se apaga cuando nos acostumbramos a las experiencias o lugares. El tema es volver a activarlas para así empezar a observar como todo lo que experimentamos es de alguna manera un dialogo, un juego de revelaciones. Pueden ser conversaciones, libros, películas, encuentros, sueños, sensaciones, música. Cosas que llaman nuestra atención y que retenemos por la razón que sea. Para hacerlo más sencillo, te recomiendo que al final del día escribas un poco de tus experiencias.

A veces es rápido, otras veces nos demoramos más en encontrar el patrón del tema que vivimos.  No te pongas ansiosa/o. Deja que las cosas fluyan y tu simplemente espera. Una vez que te des cuenta de cual es el tema que se está repitiendo como un conflicto o como una inquietud, simplemente obsérvalo. El 80% de las veces la resolución de un tema se relaciona con darnos cuenta, con escuchar lo que ese tema tiene que decirnos de nosotros mismos. Intenta identificar tu resistencia, lo que te cuesta de ese tema, lo que es difícil, y espera a ese momento en que lo puedas dejar ir o que por si solo se diluye.

2 formas de acelerar el ritmo y/o entender mejor tu relato

Si esto te parece demasiado difuso (y puede que lo sea un poco), hay ciertas cosas que puedes hacer para experimentar la sensación del reflejo un poco más rápido.

Una tiene que ver con empezar a anotar y conocer tu sueños. Solo anótalos con el máximo detalle posible dándote el espacio para reflexionar y asociar lo que sea que te produzca dicho sueño.

Otra tiene que ver con ejercicios de reflejo a través del arte. Existen varios ejercicios para mostrarte tu estado actual. Uno de los mejores que he encontrado, lo entregaba Deborah Marín, de OyeDeb.

Descarga el ejercicio aquí.

Además, para complementar sobre este tema, te recomiendo el hermoso libro del autor japones sobre la ley del espejo y sobre el efecto del perdón.

Lo que importa en estas técnicas es empezar a desarrollar un ojo para leer nuestros temas actuales, nuestros propios códigos.

#3 el juego meditativo

Por último esta el rey o la reina de todas las técnicas: la meditación. Como ya sabes, vuelvo aquí, una y otra y otra vez.

En una realidad saturada de contenidos la meditación ofrece el vaciamiento, el silencio y en grado último el descanso y la paz interna.

¿Cómo? Porque produce lo mismo que cuando tiramos la cadena del baño. Todo el deshecho innecesario de nuestra mente, se va por el drenaje, dejando el espacio limpio.

La mejor imagen de esto para mi siempre viene de la idea de tratar de escuchar un sonido muy tenue en un lugar lleno de ruidos estridentes. Es prácticamente imposible. Debemos silenciar un poco el espacio para poder escuchar. Si lo que queremos es empezar a conocer un poco ese relato que se haya oculto entre todo el barullo, necesitamos despejar un poco la basura mental. Solo entonces podemos empezar de verdad a distinguir lo burdo de lo sutil.

Para ayudarte, te dejo hoy una meditación de Kundalini Yoga justamente para desarrollar la mente sensible.

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Si ese material te ha servido, ayúdame a difundir y comparte en las redes sociales o por correo. Y recuerda que siempre me interesa saber tu opinión y como te va con los ejercicios. Deja un comentario!

La importancia de tu carta natal

La importancia de tu carta natal

La gran mayoría de las personas creen que las cartas natales (astrales, numerológicas, tarot) son formas de arte adivinatorio u oráculos. Nada más alejado de la realidad. Hoy quiero hablarte de la verdadera función e importancia de las cartas natales y por qué considerar hacerse una al menos una vez en la vida puede ser un gran aporte para tu proceso personal.

carta natal b

La verdad es que siempre me ha generado un rechazo pensar en que me lean el futuro. Instintivamente me ha parecido siempre una forma de manipulación de mi percepción y del mismo modo he podido entender porqué en lo más profundo de las doctrinas espirituales ha habido siempre un cierto resquemor respecto del arte de leer el futuro. Quizás te parezca una contradicción, desde la ignorancia del dogma se pensó que las cartas natales no eran más que una forma de expresión de carácter negativo, pero como se transmiten costumbres sin reflexionar, lo mismo pasa cuando no nos preguntamos cual es el problema con que nos lean el futuro. La respuesta es porque el futuro no existe. Solo existe el presente y lo que ha de suceder después se decide momento a momento. Mi ataque inicial con el tema es básicamente porque tengo una enorme resistencia a que me predispongan inconsciente o conscientemente a un resultado. Sin hablar de que me empiecen a meter miedo. Pero bueno, no me quiero desviar. Lo cierto es que el tarot, la numerología y la carta astral no son en su origen formas de adivinación. Eso como muchas cosas es un largo periplo de mal entendidos y mal usos de herramientas que buscan ninguna otra cosa más que entender y aclara el presente.

El uso original

Antiguamente y hoy en algunos lugares del mundo como India, China y otros, las cartas natales no eran más que herramientas para ayudar al desarrollo de las personas desde el momento de su nacimiento. En general las cartas natales, tal como el eneagrama, el tarot, la numerología, las astrologías védicas, occidentales y tibetanas buscan la compresión de la tendencia predominante en una persona. Como un test de personalidad que viniera impreso en los astros al momento de nuestro nacimiento, en nuestra configuración energética y en nuestros números. Un test que podría dar luces a nuestra compatibilidad con nuestros padres, a nuestros intereses, a aquellas cosas que nos permiten desarrollarnos con mayor rapidez o mayor lentitud. Un mapa de las más grandes dificultades y dones con los que cada persona se encuentra armada/o a lo largo de su vida. Imagina esto. Tu hijo, tu hija tiene un mapa escondido que dice lo que más le cuesta, que herramientas tiene para sobrepasar las dificultades y que cosas puedes hacer tú como su madre/padre para orientarlo sin violentar su naturaleza. ¿Te gustaría tener una acceso a ese mapa? Se que todo padre/madre que creyera en esa posibilidad no se lo pensaría dos veces. Ahora, claro, esta el tema de si creemos o no. En nuestra cultura, esto esta muy cerca de la charlatanería, especialmente cuando hay muchas personas que lo ocupan con funciones no apropiadas. Pero si somos cuidadosos no es tan difícil encontrar a alguien que nos haga una buena lectura.

Recientemente, mientras aprendía un poco de numerología me enteraba de cosas que me ha costado años comprender y asimilar de mi misma y pensé «que útil habría sido saber esto cuando pequeña». Por eso quise escribir esta entrada. Creas o no en estas herramientas vale la pena investigar un poco con los ojos correctos. Busca entender tu tendencia, busca entender tu dificultad para desarrollarte en esas áreas donde te sientes débil.

Todo esta relacionado

Pero, ¿cómo?¿Cómo es posible que los números, los astros o las cartas, por más bonitas y elabaradas que sean, puedan darnos alguna información sobre nosotros?

En los casos de las cartas numerologicas, astrologicas o de eneagrama, lo que hay es esencialmente una definición de configuración energética. Sin ponerme demasiado «esotérica» para hablar, me refiero a la tendencia que tenemos todos los seres humanos a distribuir nuestra energía, expresándose en la forma de nuestro cuerpo (somos macizos, atleticos o desgarbados), nuestra personalidad (tímidos, extrovertidos, concentrados, expansivos, etc), nuestra conducta, nuestras debilidades, nuestros temores. Todas estas cosas a pesar de lo que diga la gente, son clarísimas incluso en nuestros primeros meses de vida.

El año pasado me tocó ir hacer un servicio al Sename cuidando a bebes de menos de un año. Habían alrededor de 15 bebes en esa sala y recuerdo como si fuera ayer la fuerte impresión que me causó el ver lo marcadas que estaban sus personalidades aún así de pequeñitos. Lo mismo me sucedió hace muchos años cuando haciendo un trabajo fui a tomar una prueba a un colegio. Habían unos 30 niños de menos de 10 años. Y lo mismo, las personalidades como si fueran estos adultos en miniatura, exactamente como serían al crecer.

Las cartas natales en cualquiera de sus formas son un apoyo impresionante para contrarrestar las dificultades que pueda enfrentar un niño o una manera de darle fuerza a sus herramientas intrínsecas. Pensar que todos los niños pueden ser tratados iguales, o que con todos va a funcionar lo mismo es una ilusión que las personas con más de un hijo aclaran con mucha facilidad.

Considera darte luces con estas herramientas. Y reflexionar sobre aquellas cosas que siempre han estado ahí y que quizás has tenido que esforzarte mucho por clarificar.

Por el momento solo te dejo algunos títulos de libros para investigar un poco más el tema que da para mucho. Pronto iniciaremos el podcast de Premalilah y en uno de las primeras sesiones hablaremos con una excelente representante de la numerología tántrica. Si quieres saber algo específico de este tema puedes dejar algún comentario para ver si hay preguntas que recogeremos durante la entrevista. Hasta entonces busca, busca.

Textos para dar una vuelta

Si tienes alguna recomendación de textos, compártela en los comentarios.

Más allá de la frustración

Más allá de la frustración

Siempre pensé que no me importaba el resultado de las cosas. Pensaba eso porque siempre fui excelente para dejar las cosas a medio camino, sin terminar. Yo me decía a mi misma, no me importa lo suficiente como para hacer el esfuerzo. Pero la verdad era que me pasaba justo lo contrario. Mi tolerancia a la frustración era casi nula y eso hacía que cuando me enfrentaba con una dificultad, mi tendencia era a decir internamente “filo” y entregar las cosas a medio camino. Prefería hacer algo que era claramente un error a dar lo mejor de mi y que resultara mal.

más allá de la frustración

Este tema tiene mucho que ver con nuestro entrenamiento a aceptar que a veces las cosas no resultan como esperamos, que salen mal, que no reciben la aprobación que habíamos proyectado.

En mi caso, me costó más de 30 años el darme cuenta que en mi caso no es que fuera distraída o desconectada de la realidad o que me solo me importaban cosas más elevadas, sino que simplemente no tenía tolerancia a la frustración porque muy dentro de mi tenía metido un chip de perfeccionismo y competitividad, que hacía que a la primera que las cosas no salían como yo creía que debían salir, entraba en pánico y prefería tirar la casa por la ventana.

Es por eso que fue tan significativo encontrarme con el trabajo de Brene Brown. Creo que esta fue la primera vez que escuché sobre el condicionamiento pasivo que muchas veces colocamos a los niños cuando celebramos lo que hacen asociándolo con su identidad y no con su actividad. UUu eso sonó complicado déjame ponerte un ejemplo para que se entienda.

Cuando una/un niña/o se saca una buena nota en el colegio tendemos a decirle “que inteligente”. Esta es es una afirmación de identidad, porque básicamente le estamos diciendo “te sacaste una buena nota porque ERES inteligente”. El problema es que cuando hacemos una afirmación de identidad ponemos un grave problema de autoestima en la/el niña/o a futuro.  Te preguntarás por qué. Básicamente porque cuando esa/e niña/o se saca una mala nota, porque no estudió lo suficiente su lógica más profunda le está diciendo, “te sacaste una mala nota, eso quiere decir que no eres inteligente”. Esa contradicción puede ser extremadamente desconcertante. Es por eso que los estudiosos de la conducta están empezando a decir que es mucho mejor decirle a la/el niña/o cuando llega con una buena nota “que bien, se nota que has hecho un gran trabajo estudiando”, lo que focaliza la atención en el proceso y no en la identidad. Lo cierto es que cuando hacemos afirmaciones de identidad estamos dando una característica inamovible que no tiene nada que ver con lo que la persona haga o no. Lo que importa es que la persona sepa que a veces logramos resultados excelentes y otras veces logramos resultados mediocres y que esto tiene que ver con el ámbito de lo que hacemos y no con el de lo que somos.

Puedo recordar mientras escribo estas palabras, todos los momentos en que me dijeron cuan inteligente era cuando pequeña. Yo se que los adultos que hicieron eso, lo hicieron con la mejor de las intenciones, con verdadero amor y orgullo en el corazón, pero también se que por muchos años me fue completamente incompatible conciliar mi “inteligencia” con los muchos momentos en los que no “era” inteligente, no hacía un buen trabajo, “era” completamente mediocre.

Solo en los últimos años he llegado a sentir que todo se trata del proceso, de que igual como se hace cuando meditamos, que debemos volver una y otra, y otra y otra vez al mismo punto, la excelencia, y lograr exactamente lo que queremos requiere de constancia y de aprender a levantarse. Sobre todo volver a levantarse. El aprender esto no solo ha significado que finalmente haya logrado perseverar de manera sostenida en los proyectos, sino también a encontrar una hermosa forma de alegría y de sabiduría en el observar ese vaivén de los días, de los esfuerzos, de los resultados.

Como aquella bella historia del hombre que repetía, «no puedo saber si es bueno o malo, cada día simplemente tiene su afán.»

Una vez que tuve ese primer chispazo respecto de mi intolerancia a la frustración, muchas cosas que nunca había logrado entender del todo de mi misma comenzaron a hacer sentido. Si no tenía el registro de como superar la frustración, de no desmoronarme o renunciar por los problemas, de perseverar y creer que realmente hay días buenos y días malos, la causa no estaba perdida, simplemente tenía que empezar a practicarlo.

Perfeccionismo, frustración y autocontención

 

Hablando con un amigo la semana pasada, él me hablaba de su hija y de cómo veía la necesidad de ponerle límites entre otras cosas para que ella pudiera aprender a lidiar con que las cosas no fueran a su modo. Esto parece una obviedad, pero hoy en día hay tantos padres que no quieren exponer a sus hijos a una negativa o a ellos mismos a tener que ponerla.

Mientras trataba de ordenar estas ideas me encontré con una entrevista entre Brian Johnson de Philosophers Notes y Matthew Syed, autor de Bounce: The Myth of Talent and the Power of Practice. Ambos desglosaban hermosamente este libro sobre los secretos del éxito. Pero no ese éxito vacío y superficial que produce tanto resquemor, sino aquel que se refiere al proceso profundo de irse perfeccionando y creciendo en alguna actividad por la cual sentimos verdadera pasión. Lo interesante es que la propuesta de Syed, es que investigando a algunas de las figuras más importantes del deporte y de otras áreas, lo que encontró era simplemente una enorme cantidad de constancia y trabajo, pero sobre todo,  y esto es muy importante, un verdadero sentido de la compasión en la forma de autocontención.

No es posible sostenerse en el gran camino sin compasión, sin amor hacia lo que hacemos y hacia nosotros mismos. Sin esto, sin diversión, sin pasión, sin alegría y sin trabajo arduo que lo acompañe, no es posible avanzar.

Parece ser que la combinación perfecta es una triada entre pasión, constancia y verdadera autocontención. Probablemente porque tenemos que tener esa voz que sí tiene la/el niña/o en un comienzo que le hace levantarse una y otra vez cuando intenta caminar. En su pequeña mente aún no existe un significado para la caida, solo existe la fuerza que le lleva a levantarse una y otra vez.

Resumiendo

La entrada de hoy tiene que ver esencialmente con observar aquello que nos impide avanzar en nuestro propio crecimiento. Entender que quizás tenemos tan internalizado que “somos” de cierta manera porque nos lo repitieron muchas veces cuando niños que ni siquiera osamos intentar algo que pueda poner en cuestión esa noción de lo que somos. Hazte la pregunta, revisa tu historia y libérate si es que hay algo con lo que te hayas identificado aunque sea algo “bueno” si es que te impide desarrollarte en profundidad. A veces es mejor hacer el “tonto” si es que eso te permite revelar tu verdadera naturaleza.

También tiene que ver con fijarnos en la manera en que nos dirigimos a los demás y especialmente hacia los niños cuando usamos palabras que afirman un sentido de identidad, cuando en realidad siempre debemos fortalecer hábitos, acciones, procesos, ya que eso es algo que el niño o la persona puede cambiar, modificar, mejorar. La identidad es independiente e inamovible , la actitud es flexible y depende enteramente de ti.

Y por último tiene que ver con fortalecer aquellas actividades que nos generan pasión y llevarlas con constancia y autocontención, con amor y paciencia hacia nosotras/os mismas/os, porque allí está la clave de la perseverancia sostenida y la verdadera gratificación que es saber que hemos avanzado de manera importante en nuestro intento.

 

Comienza el Año sin Miedo

Comienza el Año sin Miedo

 

No me parece nada mejor que partir el año eliminando una buena parte de aquellas cosas que nos impiden de manera más efectiva ser felices. Así que mañana comenzaremos con la meditación prometida.

Es una práctica muy simple de la tradición de Kundalini Yoga, con la que trabajaremos a partir de mañana viernes 19 de febrero abordando en 40 días todos los ángulos del miedo. Si te quieres sumar estaremos subiendo tips diarios en el grupo de facebook con todo la experiencia y lo que vaya sucediendo en este proceso. Serán 40 días 11 minutos diarios. Nada más. No te dejes desanimar con cosas pequeñas. Establece una firme determinación y pregúntate por un momento lo que puede significar para tu vida el botar una buena parte de tus temores. El resto es historia.

La meditación

La postura es de tranquilidad y humildad y permite al Creador, al Desconocido, cubrirte y protegerte. Se conocía como la Postura del Mendigo. Siéntate en posición fácil con la columna recta y las piernas cruzadas. Haz una copa con las manos, con ambas palmas hacia arriba y la mano derecha descansando sobre la mano izquierda. Los dedos se cruzarán unos sobre los otros. Coloca esta copa abierta al nivel del centro del corazón. Los hombros permanecen relajados a los lados. Tus ojos están ligeramente abiertos y mirando hacia abajo, hacia las manos. Inhala profundamente, de una manera lenta y estable, a través de la nariz. Exhala en un torrente a través de los labios en forma de círculo. Sentirás el aire sobre las manos. Deja que cualquier pensamiento o deseo que sea negativo o persistentemente distractor, venga a tu mente a medida que respiras. Inhala el pensamiento y sentimiento y exhálalo hacia afuera con la respiración. Después de hacerlo de 11 a 31 minutos, exhala completamente y suspende la respiración fuera mientras metes el punto umbilical. Concéntrate en cada vértebra de la columna hasta que puedas sentir la columna en toda su extensión, desde la base, tan tiesa como una vara. Entonces inhala poderosamente, exhala por completo y vuelve a concentrarte en tu columna. Repite esta respiración final de 3 a 5 veces y luego relájate completamente. La duración de la meditación es de 11 a 31 minutos.

mente negativa

* Fuente: Libro La Mente de Yogui Bhajan.

Nota: Para iniciar la meditación canta el Mantra ONG NAMO GURU DEV NAMO 3 veces. Y para finalizar, SAT NAM 3 veces también.

Nota 2:Esta es una entrada pasajera. Durará lo que dure la práctica de meditación para eliminar el miedo.

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