La gran mayoría de las filosofías orientales se basa en el precepto uno del Propósito humano: adquirir un dominio sobre la herramienta más poderosa y malentendida del ser humano: LA MENTE.
Cuando niña me encantaban las películas de artes marciales. Hay clásicos inolvidables de este género del cine B, como Retroceder Nunca, Rendirse jamás, Operación Dragón, con el mítico Bruce Lee y tantas otras cuyo nombre no me acuerdo. Era una época en que los valores del héroe se deslizaban lentamente hacia ese espacio misterioso que ofrecían los maestros orientales de las artes ocultas. Había algo majestuoso y emocionante en el universo de Kung Fu, con David Caradine, que luego fuera ocupado como un guiño nostálgico en la película de Tarantino, Kill Bill. Durante toda es época, una y otra vez, y hasta en la más superficial de las películas de Karatekas, aparecía esa idea según la cual todo lo que importaba era desarrollar la mente porque allí estaba la verdadera fortaleza.
Tal como si fuera una lupa cuyo enfoque puede engrandecer o destruir, la mente humana tiene la cualidad de ser el trampolín instantáneo para el infierno o el paraíso. Dependiendo del énfasis, la misma situación puede hacer que nos sintamos totalmente plenos/as y felices o como el/la más miserable de los seres. Todo depende del foco, porque como dice la PNL, Sientes aquello en lo que te enfocas.
La importancia del desarrollo y dominio de la mente, está siendo explorada solo recientemente por la ciencia, o al menos sus descubrimientos no tienen más que unas cuantas décadas. Sin embargo estos hallazgos son alucinantes y apuntan de manera creciente y significativa a la idea de que nuestra realidad se construye fundamentalmente por aquello que sucede en nuestra mente y las cosas a las que damos importancia. No será la primera vez que repita esto, pero es una idea tan desestructurante que cuesta mucho integrarla a cabalidad, por lo que debe ser repetida, hasta que sea absorbida por completo.
Lo primero que salta a la vista de esto es que si queremos ser felices y conducir de mejor manera cómo nos sentimos y por lo tanto cuán plena es nuestra vida, necesitamos tener un cierto control de ese mecanismo de enfoque de la mente.
¿Cómo hacerlo?
Una de las personas que más ha enseñado sobre esto en occidente es Tony Robbins, la figura internacional de autodesarrollo estratégico.
A continuación las fórmulas para dominar el simple, pero no por ello sencillo arte del dominio del enfoque mental.
1-. Identificar
Lo cierto es que nuestra capacidad emocional abarca una cantidad de emociones bastante amplia, pero la gran mayoría de las personas solo utiliza un mínimo rango de unas 5 a 7 emociones, de las cuales más de la mitad son emociones negativas.
Identificar el patrón emocional, el rango de emociones por las cuales transitamos cotidianamente es el primer paso para entender cual es el circuito emocional que recorremos diariamente.
La tendencia natural de la mente es recorrer siempre las mismas rutas neuronales que implican los hábitos cotidianos que todos tenemos. Piensa un momento en tu día tipo. Te levantas y vas al baño, te tomas un café, o fruta o pan, te duchas, te lavas de tal o cual manera, prendes la televisión o la radio, o quizás lees el diario o te gusta que no haya ruidos. Luego tu camino al trabajo, si saludas o no, te sacas la chaqueta, dejas tu mochila o cartera en cierto lugar, prendes de inmediato el computador. Haces la primera llamada… y así. Si bien nos gusta pensar que somos originales, la verdad es que no solo somos extraordinariamente predecibles, si no que en general las sorpresas y cambios implican incluso biológicamente un cierto grado de estrés.
Entender esto, implica que debemos observar e identificar aquellos hábitos que nos generan las emociones principales del día.
Un ejemplo. A Juan le gusta estar informado, entonces Juan lo primero que hace en la mañana es prender la televisión con las noticias. Durante el día comenta con sus colegas y amigos el estado calamitoso del mundo y todos sus desastres. Cuando se acuesta Juan, lo último que hace, es ver las noticias.
Para nadie es una sorpresa que lo que impera en las noticias, especialmente las televisivas son las malas noticias. Nadie se queda esperanzado después de ver el noticiero. Y como a Juan que comienza y termina su día viendo desastres e ineptitudes de políticos o lo que sea, existe una multitud de personas que no pueden dejar de pensar que todo es terrible y que el mundo apesta. La emoción imperante en Juan se construye en base a su hábito y por supuesto al foco que ponga en este input. Es cierto que no todas las personas se toman las noticias de la misma manera. Juan podría ser un idealista y simplemente pensar y sentir que lo que se muestra en el noticiero es un incentivo para trabajar más duramente por los demás. Como sea, este hábito es pivote de dos emociones: por un lado la insatisfacción con el mundo que lleva a un estado emocional pesimista y cínico o uno de incentivo para la acción solidaria que alimenta la necesidad de seguir trabajando.
Esto debe ser aplicado tanto para la activación de emociones negativas como positivas. De manera que si un día te sientes increíble debes ordenar cuales fueron las acciones y situaciones, además de el enfoque que tuviste previo al momento de sensación agradable.
La clave es identificar, primero los hábitos que sostienen un cierto patrón un efecto específico. Para esto, por favor, toma una hoja y haz la lista de 5 emociones negativas y 5 emociones positivas que son parte de tu día a día. Luego escribe como has producido esa emoción. Cual ha sido la ruta de acciones, hábitos, pensamientos, interacciones que te han llevado a ese punto.
2-. Interrumpir y Modificar
Una vez identificados los patrones debemos comenzar a intervenir.
Imagina lo siguiente. Te vas de la ciudad porque ya estas cansado/a de tu estilo de vida y te construyes una cabaña en el medio de un bosque. Cada día debes ir a recolectar leña para tu chimenea. Al principio el bosque no tiene senderos, es un terreno virgen, pero luego de un tiempo ya que has empezado a transitar cotidianamente por ahí, comienzas a pisar las hierbas en los mismos lugares y los senderos empiezan a aparecer hasta que después de unos meses, las rutas son claras y definidas.
El cerebro funciona de la misma manera. Y esto es también respecto a las emociones: sigues un patrón emocional con tanta frecuencia, que al final fortaleces esas vías neuronales, esos receptores, esos químicos, haciendo que la tendencia de tu cerebro, incluso aunque no lo pienses o desees, mantenga la misma ruta. He ahí la importancia de la Plasticidad Neuronal, de hacer pequeñas variaciones en tu rutina y he ahí también el origen de tantos dichos como ese de “Es difícil enseñar a un perro viejo, nuevos trucos”. El hábito que es difícil de romper tiene la raíz en este símil.
Así con los ritos emocionales que sostenemos cíclicamente día a día. Para variar entonces, necesitamos interrumpir el ciclo. Cómo? bueno, primero debes encontrar un gesto, acción, dicho, lo que sea que cuando estés entrando en tal o cual patrón, te saque de inmediato, te distraiga. La sorpresa o descontexto de dicho gesto hará que la ruta se interrumpa. Ejemplo: Tony Robbins uno de los exponentes más exitosos en el uso de estas técnicas, hablaba de los distintos trucos que ha utilizado para interrumpir una secuencia emocional. Una mujer comienza a hablar de su marido e inmediatamente empieza a llorar. Robbins le lanza, de la nada, un vaso de agua del que bebía, la mujer se queda atónita, mientras Robbins le pide que continúe. Este es uno de los típicos trucos utilizados por Pearl en la Gestalt. Para llegar a ciertos estados emocionales se hace necesario seguir estos caminitos de asociación que nos permiten llorar, reír, sentirnos orgullosos etc. Cuantas personas conoces que repiten la misma historia, casi exactamente para terminar con la conclusión que desean: felicidad, orgullo, depresión, etc. Necesitas romper el patrón y si para ello debes saltar de tu asiento y bailar por unos pocos momentos ula ula, mover los brazos como gallina, cantar una canción, lo que sea, hazlo, porque mientras más repitas la interrupción de la secuencia, mayor será el debilitamiento del patrón.
Ahora escoge 5 maneras en las que puedes interrumpir tu patrón emocional cuando logres identificarlo.
Una vez que interrumpes queda modificar. Como ya identificaste tus patrones positivos y negativos ahora necesitas poder reemplazar los negativos con algunos elementos de los positivos.
[tweetthis]Una emoción se sostiene con el modo en que hablamos, nos movemos, respiramos y con nuestra postura corporal.[/tweetthis]
Así es que una de las formas más efectivas de cambiar de patrón, es modificando estos elementos. Puede bastar con un cambio de postura para que comiences con un patrón de satisfacción, de seguridad, de entretenimiento, de asombro, para que ese camino lentamente se pueda marcar.
Otra manera es concentrarnos en aquellas cosas que nos dan dichas emociones positivas y una de las maneras más fáciles de enfocarnos en aspectos positivos es mediante preguntas. Al final de la entrada te dejaré el enlace para que puedas descargar la hoja con 5 preguntas que pueden cambiar completamente tu manera de comenzar el día.
3-. Flexibilizar y practicar
Ya estas tomando acción identificando, interrumpiendo y modificando, pero de pronto te das cuenta que las modificaciones que has hecho no están funcionando. Entonces qué hacer? No te desanimes. Como todo en la vida se trata de ir aprendiendo y perfeccionando. Si algo no funciona, entonces simplemente sé flexible y haz un cambio, prueba otra cosa. De la misma manera que un niño que intenta caminar, inténtalo una y otra vez.
El resultado de dominar y crear la instancia de romper un hábito que te perjudica es quizás una de las experiencias más increíbles que existen.
Por tanto tiempo las personas creyeron que no era posible cambiar, porque la “vida es así”, porque “yo soy así y no puedo/quiero cambiar”. Lo cierto es que siempre ha sido posible, pero las herramientas para hacerlo no estaban al alcance. Hoy la ciencia puede respaldar lo que los antiguos maestros supieron desde un comienzo. Todo esta en la mente y en el enfoque que le das a las cosas. Aprende a manejar dicho enfoque, cambia tus hábitos y experimenta la libertad de actuar como decidas.
