Como existe una relación directa entre el grado de simpleza y nuestra sensación de felicidad. Todo apunta a que esta tendencia a complicarnos, a tener más, más elaborado, específico e intrincado es la vía más efectiva para alejarnos de lo que realmente nos sacia y satisface. Mientras, más simple, mejor. Y entendamos que la falta de complicación no implica falta de profundidad.
Tengo un prima que vive en Berlín. Su hija mayor estudia en un colegio Waldorf y en el colegio tienen la costumbre de premiar a los niños con un queque al final de la semana. En el queque viene escondida una almendra y nadie sabe a quien le tocará, pero es sin duda todo un evento cuando eso sucede. A mi sobrina le ha tocado dos veces y cuando le pregunté sobre ello, paró lo que estaba haciendo, paseó la mirada y adoptó un tono serio y solemne, como un artista que ha ganado un premio muy importante del cual no se siente merecedor.
Ella siente el encanto de la importancia como la gentileza del destino sobre su trocito de queque.
La felicidad en la simpleza: el diálogo entre lo que esperamos y lo que obtenemos
Es así que la felicidad y lo extraordinario son en distinta forma cualidades relativas de la experiencia. Es decir son la expresión del dialogo entre lo que esperamos y lo que obtenemos. Mientras más simple es nuestra vida más fácil es acceder a lo extraordinario, más sencillo tocar la felicidad. Esta última viene en la presencia misma, como tan elocuentemente lo expresa Eckhart Tolle en El Poder del Ahora.
Mientras más complejo todo es, más difícil se te hace acceder al territorio de la verdadera dicha.
Esto es totalmente lógico.
Recuerdo una charla de Tony Robbins acerca de cómo son los parámetros que tenemos, son los que construyen la sensación de lo que nos hace felices. Ponía el ejemplo de un hombre que se sentía totalmente fracasado porque no había alcanzado la meta de ganar los 100 millones de dolores que se había propuesto, si no solo 90!, o algo así. No había logrado bajar los 5 kilos, sino solo cuatro, no había logrado que su hijo entrara a Yale sino a Princeton. Su vida, para él era una larga lista de este tipo de decepciones.
Luego, se encontró con otro hombre que le dijo que su vida era la bomba, Tony le preguntó, ¿por qué?, ¿qué has conseguido? Y el respondió, Nada, solo estar sobre el suelo, ¡eso es la bomba!
Nuestra felicidad se mide por el margen que ofrecen nuestras expectativas, en otras palabras, lo que nosotros definimos como la bomba.
Claramente si tus expectativas son sencillas, tu sensación de estar rompiéndola siempre, va a ser constante.
Pero hay que decirlo, esto también puede ser una trampa. No se trata de nivelarnos hacia abajo, podríamos mal interpretar esta idea. No se trata de ponernos metas o estándares tan reducidos que siempre estemos excediendo lo esperado, porque eso nos generaría un especie de cinismo, de sensación de mediocridad, incluso de cobardía o desvalorización.
Como en todo se trata de alcanzar un equilibrio. Hay una fórmula que combina de manera nutriente y recíproca la relación entre lo que nos sentimos capaces de hacer y nuestra fuerza, expectativa y energía para lograrlo. El desafío debe estar en esta ecuación para que haya razón para celebrar. Los parámetros del desafío no son necesariamente externos, más bien diría que son siempre internos y que se expresan en alguna tarea externa solo porque funcionamos con esta necesidad de que todo sea una representación de lo que sentimos y vivimos internamente. Este es el primer truco. El segundo truco es que en realidad no hay nada que conseguir.
(Un paréntesis:)
«He estado buscando al habitante de esta casa por miles de existencias y he aquí…»
– Buddha
En última instancia no necesitas nada. Estar es la bomba, ni siquiera sobre el suelo, simplemente estar. Pero no podemos darnos cuenta, no es posible que entendamos, sintamos y apreciemos esta verdad sin haber explorado todo lo demás.
Me acordaba de este paraje en el libro el poder del ahora donde Eckhart Tolle hablaba sobre la parábola del retorno del hijo pródigo:
«Este proceso lo explica Jesús en su parábola del hijo pródigo, que deja el hogar de su padre, dilapida su fortuna, se convierte en un mendigo, y después es forzado por su sufrimiento a volver a casa. Cuando lo hace su padre lo ama más que antes. El estado del hijo es el mismo que antes, sin embargo no es el mismo. Tiene añadida una dimensión de profundidad. La parábola describe un viaje desde la perfección inconsciente, a través de la imperfección y del «mal» aparentes, hacia la perfección consciente.»
Cuando me pongo a escribir estas cosas, diciendo «has planes», «ten estrategias», «fluye» «conócete», «crea esto» «has aquello», «viaja por el mundo», bla bla bla. Todo esto es el primer truco, funcionamos así, en un eterno juego de zanahorias, persiguiendo la sensación que tenemos de felicidad para deconstruirla en cada vuelta de tuerca. Es un viaje para volver al mismo sitio donde partiste, sí. Pero hay algo en el viaje que te hace apreciar, las flores de tu jardín en una forma totalmente extraordinaria y novedosa. Es el viaje lo que te revela la verdad. De manera que si sigues persiguiendo llegará un momento en que naturalmente tu corazón dirá «basta ya, es hora de volver a casa». Hasta entonces debes ir abriéndote, buscando el pequeño equilibrio que dicta el crecimiento y que dicta que cuando crecemos necesitamos darnos cuenta de que un cambio se ha producido en nosotros. Es por eso que las dosis son necesarias para el avance. Si apuntamos demasiado alto nos perdemos en un largo periplo de demasiado éxito o demasiado fracaso, lo que hace más difícil distinguir el eje de la diferencia que hemos establecido en nosotros mismos.
(Saliendo del paréntesis)
Entonces, la felicidad es un acuerdo de satisfacción con una/o misma/o y el destino, que por lo demás tiene reglas básicas que permiten su funcionamiento, estas son:
No existe la felicidad complicada: entender que el acceso al estado de plenitud es como lanzar una flecha. Para que ésta pueda alcanzar el objetivo, sigue una linea visible y clara de un punto a otro. Sin nubes ni intrincados pasadizos. Reside en la simpleza de poder estar.
No existe la felicidad sin gratitud: La gratitud es un reconocimiento de plenitud. Es la posibilidad de experimentar la plenitud y es maravilla de maravillas, un estado que podemos entrenar. Podemos practicar la vía de la gratitud para que se vuelva un hábito que nos conduzca a la felicidad.
No existe la felicidad sin contraste: La felicidad requiere de la capacidad de distinguir, de darnos cuenta. Para darnos cuenta pasamos un largo periplo (o corto) de contrastes y polaridades, cuya única función es la de mostrarnos una dimensión cada vez más sutil y precisa de la paz del ser.
Una simplicidad que aparentemente no es fácil
Me acuerdo estar mirando la magnífica montaña en el programa de Amma en el sur de India. Un lugar en medio de un parque nacional de tigres y elefantes. Estábamos a mitad del programa y había tierra por doquier. Yo me moría por comer un pazhal puri (pallam puri), una banana frita cubierta de una masita deliciosa de la cual soy adicta cada vez que viajo a India y mirar con desazón que no había y que peor aún, quizás ya no tenía hambre de nada. Estaba cansada de comer y me sentía satisfecha. Cuando un día después los camiones se habían marchado y solo quedaban las tiendas vacías, las ollas vacías y la polvadera, el valle y la montaña se abría perfecto. No tenía nada de lo necesario para ser feliz, más bien todo lo contrario. Tenía la más pura incomodidad, insatisfacción, suciedad y así, con eso, me sentía completamente feliz. Esta es la revelación que se me vino por oleadas desde entonces: cuando se experimenta la privación de todo lo que creemos necesario para sentirnos bien, emerge un profundo sentido de satisfacción que no depende de nada más que de la actitud interna, y esto es la libertad, esto es la plenitud anhelada.
Simplificar la vida es abrir la oportunidad de descubrir lo que realmente nos contenta. Lo que realmente nos introduce en el plano de la dicha.
Prueba a simplificar tu vida. Deshazte de las cargas innecesarias que llevas. Bota lo que no usas y practica lo que realmente te nutre y te hace feliz.
Cada parte, cada voz en nuestro interior clama por algo.
Nuestro cuerpo nos habla de todo tipo de deseos y necesidades.
Nuestras emociones otro tanto, nuestra mente, qué decir.
Y de todas estas hay una que sin embargo satisface a todas las demás.
Cuando satisfaces la necesidad de tu alma todas las otras voces felizmente se acallan.
Por eso, si has de satisfacer a una parte de tí, siempre, trata de satisfacer primero a tu alma. Todo lo demás seguirá.
Los libros y los estantes donde estaba Maya Angelou
Cuando era chica una de las cosas que más recuerdo son los objetos y especialmente los libros que veía una y otra vez en el estante de la habitación de mi mamá.
Los bordes largos y angostos con letras doradas, verdes, negras, con tipografías simples o elaboradas.
La tapa del Bhagavad ghita en inglés cuando solo era la confusa imagen de un hombre que lucía perturbadoramente como una mujer.
Recuerdo los titulos que volvían una y otra vez a mis ojos, The Other Bible, Gentle Gyants, Juan Salvador Gaviota, The god of small things y finalmente el libro de cuya autora quiero hablar hoy, I know why the cage bird sings, “Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado .
Me acuerdo cuando el jefe de mi mama de esa época le trajo este último.
Entre los cuatro o cinco textos venía este libro de bolsillo, tan poco apetecible a pesar de la novedad de su título.
John solía ser la fuente de varios de los libros que mi mama leía en las noches al llegar de la oficina y la razón por la cual varios de ellos estaban en inglés.
La lectura y mi mama tenían rituales.
No había placer mayor para ella -aún es así-, que la promesa de la lectura bajo el cobijo de las colchas en la noche. Desde mi habitación yo podía disfrutar con una sonrisa, la ocasional carcajada o el sonido infaltable de esa tos aclaratoria, una sola, que jamás ha fallado en el ritual nocturno de mi madre.
Cuando yo aún aprendía las primeras palabras y luchaba por ir desarrollando el hábito de leer, trataba de competir con el paso veloz de su lectura leyendo solo la última palabra de cada línea, muchas veces retrasándome al paso rápido de su mirada a través de las letras. Y luego de unas cuantas páginas, cuando ya era evidente que no la podría alcanzar y renunciaba al deseo de ganarle, mi mirada volvía a caer sobre el lomo de los libros y allí estaba ese, el de las letras floridas, de colores pasteles con la imagen de una señora negra que parecía una maestra de escuela con una historia poco entretenida que contar.
Solo este año, un domingo en el que retomábamos la tradición de los tallarines, luego de un viaje fugaz por USA, mi mama volvió hablarme de la mujer del libro que yo conocía tan bien por fuera, jamás por dentro.
Me daba cuenta mientras ella me hablaba de Maya Angelou, como yo curiosamente había separado al libro de su autora, como si su nombre y su creación volaran separados por imagen y sonido.
Para mi, Maya Angelou no era esa mujer en la tapa de aquella novela.
Su nombre era exótico, su imagen en esa imagen, no.
Yo pensaba todo esto, mientras mi mama hablaba entusiasmada señalando el libro sobre la mesa, la última auto biografía – después supe- de esta mujer que había sido violada a los 7 años y que había dejado de hablar por 5 luego de pensar que por pronunciar el nombre de su violador este había muerto tras repetidos golpes pocos días después.
Unas semanas antes me había encontrado un video sobre el amor.
Allí una anciana hablaba con voz pausada e hipnótica. Hablaba del amor en una forma simple e inmensa a la vez. Era así porque su relato y visión nacía de la experiencia extraordinaria que era su vida. Cuando lo vi, no sabía que se trataba de Maya.
Mi mama servía la comida y me contaba sobre la madre de Maya Angelou, y me hablaba mientras comíamos los deliciosos tallarines y mientras íbamos en el auto al cine.
Cómo yo no puedo contenerme cuando algo me fascina, mientras me hablaba en el auto, me fui buscando en el celular más información sobre esta mujer que leyó un poema en la toma de poder de Clinton el año 93 y que fue mentora de Oprah Winfrey por más de 30 años. Hasta que a mitad de camino, dí con uno de los varios artículos que Maria Popova había dedicado a la escritora. En ella, sin trucos Maya hablaba sin hablar del poder sanador de la creación humana en el contexto de su experiencia de violación cuando pequeña:
To show you … how out of evil there can come good, in those five years I read every book in the black school library. I read all the books I could get from the white school library. I memorized James Weldon Johnson, Paul Laurence Dunbar, Countee Cullen and Langston Hughes. I memorized Shakespeare, whole plays, fifty sonnets. I memorized Edgar Allen Poe, all the poetry — never having heard it, I memorized it. I had Longfellow, I had Guy de Maupassant, I had Balzac, Rudyard Kipling — I mean, it was catholic kind of reading, and catholic kind of storing.
[…]
Out of this evil, which was a dire kind of evil, because rape on the body of a young person more often than not introduces cynicism, and there is nothing quite so tragic as a young cynic, because it means the person has gone from knowing nothing to believing nothing. In my case I was saved in that muteness… And I was able to draw from human thought, human disappointments and triumphs, enough to triumph myself.
[Para mostrarte… como del mal puede surgir el bien, en aquellos cinco años leí todos los libros del la Biblioteca escolar para negros. Leí todos los libros que pude conseguir de la biblioteca escolar para blancos. Memoricé a James Weldon Johnson, Paul Laurence Dunbar, Countee Cullen y Langston Hughes. Memoricé obras completas de Shakespeare, cincuenta sonetos. Memoricé a Edgar Allan Poe, toda la poesía -sin haberla escuchado nunca, la memoricé. Tenía a Longfellow, tenía a Guy de Maupassant, tenía a Balzac, Rudyard Kipling- quiero decir, era un tipo de lectura católica, y una forma católica de hacer historias.]
[…]
[De este mal, que era un tipo de mal extremo, porque la violación en el cuerpo de una persona joven, más a menudo que no, introduce el cinismo, y no hay nada más trágico, que un joven cínico, porque significa que la persona ha pasado de no saber nada, a no creer en nada. En mi caso fui salvada por la mudez… Y fui capaz de sacar del pensamiento humano, de las desilusiones y triunfos humanos, suficiente para yo misma poder triunfar.]
Recuerdo lo mucho que me impactó esa idea de pasar de «no saber nada, a no creer en nada». Y como en ese vacío anidaba el cinismo, cuando en ella, en Maya, como si fuera una antorcha, había logrado anidar el triunfo de la fortaleza.
En mi casa se canta una canción.
Es la canción del aromo.
Es una canción folklorica que habla de un aromo solitario al que todos los otros árboles envidian por su espacio, por sus flores, sin saber el esfuerzo y la lucha que debe hacer para sobrevivir de la roca, del viento, del aislamiento. Como produce belleza de su experiencia de dolor, como hace flores de sus penas.
Maya habla de esto sin ningún rastro de derrotismo. Lo hace para demostrar que existe una gema de lo humano que puede ser extraida incluso en la peor de las oscuridades. Su vida no fue fácil. Y justamente porque su vida no fue fácil, es que cada gesto de generosidad y altruismo de su parte resulta un asombro y una joya.
Escogiendo aprender
Cuando mi mama me hablaba primero de la madre de Maya, yo imaginaba a una madre ideal. Solo después supe que como la Doctora Angelou decía, había sido una pésima madre de niños pequeños y una excelente madre de jóvenes hacia la adultez. Ese libro que mi mama me había mostrado y que Maya escribió alrededor de los 80 años, era uno de los últimos gestos de ella para entender a una mujer central en su propia vida, pero llena de contrastes. Maya tuvo la impresionante cualidad de aceptar, amar y aprender de la mujer que la abandonó en su primera infancia. Ese es uno de los impactos de esta oda del amor que pudo hacerle después y que tan bellamente se expresa en este video.
Cuando encontré el video completo de esta entrevista me la pasé llorando de emoción. Maya me hace creer que vivir desde lo más profundo de una fidelidad interna es posible. Y de todas las frases que coronaban el relato, la que más profundo me caló fue aquella del alma, que es la idea central de este texto.
Cuando Maya honra a su Madre, la mujer que la abandonó dos veces, que la salvó también, tratando de entenderla como ella dice, de crear una imagen completa de ella en este pedazo de su autobiografía, enseña una lección profunda que resuena en mi como el verdadero compromiso del amor, que siempre esta atado a la idea de la verdadera libertad, de la verdadera dicha, de la verdadera plenitud. El dolor o la irresolución es siempre una forma de alarma sobre una zona en nuestro interior que debe ser dilucidada, lavada, puesta al sol.
Es por eso que de todas las ansiedades, de todas las peticiones, de todos los deseos y necesidades, el primero y último en prioridad siempre debe ser el del alma. Solo esa petición contiene a las demás. Satisface a tu alma, y todo lo demás seguirá. Para Maya esto era hacer lo correcto. Ese es el verdadero dialogo y clamor de la via dhármica, de la vía que no genera más ataduras, más ruedas y que en última instancia lleva a la liberación.
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Todos los días estamos tratando de dilucidar como son lo demás. Qué piensan, que sienten. Sea cual sea la razón por la que te sumerges a reflexionar sobre que es lo que sucede con otro, la entrada de hoy vuelva la atención sobre lo que esta pasando dentro de ti y algunas formas diferentes de abordar la definición de lo que crees que eres.
La señora K se sentó frente al comité a exponer su caso. Explicó en detalle lo mucho que le atemorizaba relacionarse con los demás. El comité tomó el caso y comenzó la discusión del problema.
Esto resumía lo que alguien muy cercano a mi hacía cada vez que quería resolver o evaluar algún conflicto interno. Había una serie de personajes que le ayudaban a dilucidar dilemas y conflictos importantes de su vida. Me acuerdo que cuando me contó me quedé fascinada. Era una forma tan creativa de hacer dialogar a las distintas partes que habitan dentro de una/o. Todas esas visiones que discrepan y tienen argumentos contradictorios dentro de nosotras/os. Algunos le llaman a esto la batalla entre el corazón y el raciocinio. Otros distinguen solo una nube de pensamientos dispersos y otros como la persona de la que hablo crean una situación imaginaria que les ayude a aclarar las distintas visiones que normalmente tenemos de las cosas.
La imaginación tiene la extraordinaria posibilidad de ser una herramienta con infinitos usos. Pero lo cierto es que no son muchas las personas que la usan intencionalmente de manera práctica para ayudar a resolver conflictos o dilucidar problemas de su propia vida. Más bien lo contrario. Muchas veces cuando tenemos un problema, nuestra imaginación nos juega en contra y en vez de darnos soluciones nos empieza a agravar el problema. Hemos hablado un poco de este fenómeno en las entradas sobre las distintas mentes (negativa, positiva, neutral) y en general cuando hablamos de la necesidad de poder domar un poco este caballo loco que tenemos en la cabeza.
En términos de espiritualidad, la imaginación tiene un potentísimo rol liberador. Amma dentro del recomienda activamente en el Bhakti yoga, el yoga de la devoción, utilizar esta herramienta para poder sentirnos en presencia de lo divino, llevarnos a estados emocionales de profunda intensidad por medio de la imaginación. Y funciona.
Pero la entrada de hoy es sobre un uso particular de la imaginación. Te he estado hablando del Curso de Autoconocimiento y Escritura, y en él hay otra área de la que te quiero contar un poco y que tiene que ver con los personajes y el impresionante ejercicio que es crear uno para develar varias capas ocultas de nosotros mismos.
Un personaje
De alguna manera todos creamos un personaje de quién somos. Nos identificamos más o menos con una idea de lo que nos mueve, lo que nos gusta, lo que no nos gusta, de lo que tenemos miedo, nos motiva o hace soñar. Pero no muchas veces miramos con detenimiento a este personaje con el que tan firmemente estamos identificadas/os.
Cuando quieres construir un personaje para una historia debes saber exactamente quién es. Y con “quien es” me refiero a todas aquellas cosas que hacen de marco general para que alguien se comporte, sienta, piense y actúe de una manera determinada. Necesitas saber cual es su historia, como se crió, que es lo que más teme, que es lo que más ama. Cómo se viste, como habla. Todas estas cosas son importantes porque es la única manera en que sabrás como ese personaje actuará en tal o cual situación. Es importante porque lo que el personaje “es” o más bien cree ser determinará cosas fundamentales en la historia que quieras contar.
Hay algo especialmente interesante en esto y es que cuando ves a tu personaje tienes que ser brutalmente honesta/o. En sus debilidades y en sus fortalezas. En lo que oculta, en lo que sabe de si mismo. Porque esto es lo que determina si el personaje es creíble o no, si actúa de acuerdo a lo que es en todas sus dimensiones. Me acuerdo hace varios años cuando salió la película el Silencio de los Inocentes. Una de las protagonistas era encarnada por Jodie Foster quien no quiso aparecer en la segunda parte de la saga, pues sentía que el personaje que habían creado para ella no era coherente con el personaje original. El rol lo tomo Juliane Moore. Lo hizo muy bien, pero Jodie Foster tenía razón (en mi opinión). Clarice Starling en El silencio de los inocentes y en Hannibal no son la misma persona.
¿Cuál es la relevancia de esto para nosotras/os? El lograr que un personaje sea coherente en el sentido de que logremos que no traicione lo que realmente es, esta determinado por cuan bien lo conocemos, cuan bien entendemos sus contradicciones, sus tendencias y sus debilidades. Un ejemplo hermoso de como funciona bien la coherencia y la motivación de un personaje se da en la película Pulp Fiction. El personaje de Butch, personificado por Bruce Willis es introducido cuando niño con la historia del reloj de su padre. Sin esta historia inicial nosotros nunca podríamos justificar que él decida volver a su casa luego de que ha decidido traicionar al jefe de la mafia solo para buscar un reloj sea de su padre o no. La historia que nos cuentan al principio de los esfuerzos brutales que tuvieron que hacer dos hombres por traspasar el reloj a él, es lo que permite que el resto de la historia se produzca.
Nosotros al igual que los personajes tenemos códigos y coherencias que están determinados por los ejes de lo que consideramos importante y lo que nos define. En la serie policial Wallander, un personaje le aconsejaba a dicho detective sobre como se resolvía un crimen: “mi marido siempre decía que la gente mataba por amor. Tu simplemente debes descubrir que es lo que la gente ama”. Claramente esta es una interpretación suelta de lo que es el amor, pero se aplica a qué es lo más importante para la vida de alguien. Esto es lo que determinará su actuar en toda clase de cosas.
Para algunos es la comodidad, para otros la seguridad, para otros el respeto, el sentirse acogidos, tener prestigio, crecer, etc. Cada una/o de nosotros tiene un eje de motivación, algo que nos impulsa y es esencial identificarlo para poder entender nuestro movimiento en la vida y el mundo.
Este ejercicio de identificar estas cosas es lo que hace que al crear un personaje te tengas que preguntar y responder una serie de interrogantes sobre lo que lo mueve para así poder explicar y predecir su comportamiento. Lo curioso es que esto escapa completamente a lo que nos preguntamos y respondemos de nosotros mismos. Claramente no nos preguntamos todos los días sobre lo que más amamos en el mundo, o que es lo que más tememos, de donde venimos y en que medida eso determina o parece determinar las desiciones que tomamos.
Recuerdo una pregunta que le hicieron a Robert Mckee sobre la necesidad de definir a los personajes para una historia y sobre cómo era importante que el mundo en el que éste se movía debía ser acotado, que no podía ser cualquier lugar en cualquier parte. Mckee lo decía clarísimo. El guionista al que estaba asesorando se resistía a la idea de que debía definir exactamente de donde en Estados Unidos era el personaje. Le decía a Mckee, “es el típico americano” (entendiendo esta cosa de decirle americano a los estadounidenses). Y Mckee lo miraba con cara de eres un estúpido, diciendo que no existe eso del típico americano. Un hombre de Nuevo México o Texas es totalmente diferente de alguien en san francisco o en nueva york, nacido en medio del desierto o en lo grandes lagos. La cualidad de acotar o definir al personaje es lo que le da realidad y verdad a lo que sea que este haga, pero sobre todo le da la posibilidad de evolucionar, de moverse, de crecer.
Cuando no somos capaces de definir con claridad eso que nos compone, por más difuso que nos parezca a nosotras/os, es como si dejáramos pasar la vida entre los dedos, sin distinguir diferencias o avances en nuestra historia. No somos capaces de sentir y ver nuestro proceso, y en eso, nuestra evolución.
Tony Robbins suele decir que la percepción de la felicidad está íntimamente ligada a la sensación de avance, de hacer progresos. Y eso requiere esencialmente tres cosas. Saber de donde partimos, a donde llegamos y si hay una diferencia entre las dos en el tiempo.
Para que puedas utilizar algunas de las herramientas de lo que vemos en el curso, te dejo, pequeños tips que requieres para conocer a un personaje, de manera que lo puedas aplicar en ti. Para saber tu progresión, para saber distinguir lo que hay detrás de esta historia que vives y para definir con toda claridad eso que regula, como lo hace de alguna manera la serie de experiencias que has tenido, define las opciones que tomas y el tipo de vida que estas viviendo.
Aclaración
Quiero aclarar tres cosas.
La primera es que tanto las experiencias que hemos vivido, como lo que nos define a nivel de estructura, no constituye la base de un determinismo social y psicológico. Estos ejercicios justamente buscan liberarte de cualquier tipo de determinismo basado en la relativa inconsciencia que puedas tener de ti misma/o. Es decir, si existe algún tipo de determinismo, ese se llama inconsciencia. Solo cuando comenzamos a conocernos es que podemos romper ese ciclo de predisposición interna a un cierto tipo de experiencias y eso es lo que queremos empezar a hacer.
La segunda es que nada de esto quiere decir que creo que uno puede controlar completamente su destino. Siempre hay un porcentaje de esfuerzo pero el factor definitivo siempre es la Gracia, ese misterioso toque de “otra cosa” en todo lo que vivimos. Lo único que podemos controlar es nuestra actitud hacia las cosas, nada más.
Tercero, una vez que conocemos lo que queda es soltar. De nada sirve conocer para quedarse pegado eternamente en lo que internalizamos de nosotros mismos. Identifica la paja y simplemente separala del trigo. No te pongas a llorar por la cantidad que tienes: focalizate en la solución.
La red del personaje:
Para poder hacer este ejercicio a cabalidad he diseñado un material específico. En él encontrarás un telar con todos los elementos que componen a un personaje y luego todos los elementos que debes llenar sobre él para tener una idea más o menos clara de lo que hay detrás. Es uno de los múltiples materiales del curso de Autoconocimiento y escritura. Descárgalo, úsalo y cuéntame que es lo que descubres.
Todos tenemos un relato, una historia que nos contamos una y otra vez sobre nosotros mismos, lo que somos, lo que no somos. Muy pocas personas son realmente conscientes del libreto que opera detrás de sus acciones, como si hubiera un direcator/a que programara su vida y sus acciones de acuerdo del programa ordenado de lo que se espera de tal o cual persona. La entrada de hoy te mostrará algunas de las técnicas que trabajamos en el Curso de Autoconocimiento y escritura y que justamente buscan, pasar ese relato que rige tu vida, al frente de tus ojos para que no siga siendo la voz dictante desconocida y misteriosa, sino el set de consejos que determinarán aquello que debes trabajar y aquello que no.
En alguna parte he hablado de la regla de 3. Esa regla que dice que cuando algo se repite 3 o más veces en tu vida es porque necesitamos prestar atención, porque en eso hay algo que observar y que aprender y que si no captamos a tiempo va a empezar a ser una verdadera molestia.
Recuerdo uno de los momentos más impactantes en los que eso sucedió. Había estado experimentando situaciones realmente fuertes con personas muy cercanas a mi, en la que se repetía un patrón que era incapaz de ver y en el que sinceramente no me veía identificada. Al escribir esto, me impacta la capacidad que tenemos de no ver las cosas más obvias cuando se trata de nosotros. Realmente eso de la paja en el ojo ajeno y el tronco en el propio es demasiado verdad. En fin. Era un tema bastante fuerte y tenía que ver con formas de trato que no eran positivas. Cuando realmente no fui capaz de evadirlo más, apareció el referente de ello. Mi mamá había vivido algunas situaciones bastante similares cuando yo había estado en su vientre.
El escalofrío que sentí al reconocer la pauta de mis propias experiencias en esos hechos fue radical. En ello se conjugaron una serie de cosas que tenían que ver con varios hechos de mi vida y que no había sido capaz de ver o enfrentar.
Cuando tomé real conciencia de ello, a pesar de que me lo había dicho antes, no fui capaz de integrarlo. Esta es una salvedad respecto de nuestro proceso personal. En realidad entendemos muchas cosas solo cuando estamos preparados para hacerlo. No importa cuanto nos repitan lo mismo, si no estamos listas/os para verlo, da exactamente lo mismo.
En la entrada de hoy, quiero hablarte de 3 técnicas que te pueden ayudar a empezar a traer esos relatos incocientes a la conciencia, para que puedas de a poco empezar a deshacerte de patrones y guías de conducta que te llevan a lugares innecesarios. La libertad nace de la conciencia, del conocimiento profundo de lo que somos y los que nos ha determinado. El periplo de la libertad es eso. Cómo adquirir un conocimiento del titiritero que mueve los hilos desde el inconciente.
Vamos allá.
#1 Autobiografía de tu relato
El proyecto de Autobiografía es una de las herramientas más poderosas y efectivas que existen para tener una noción clara de lo que yace detrás de nuestras acciones. Lo he dicho antes. El ideal es hacer esta ejercicio varias veces en la vida. No te voy a engañar. Es duro. Al menos si eres realmente honesta/o con lo que has vivido o sentido. Esto no necesariamente porque hayas vivido experiencias traumáticas (aunque quizás sí sea el caso), sino porque en última instancia puedes observar de donde viene la construcción de quién eres, cuales han sido los eventos y circunstancias que han sido pivotes de los aspectos más importantes de tu personalidad.
Independientemente del nivel de asociaciones que puedas hacer en el proceso de escribir sobre tu historia, el solo hecho de hacerlo te generará una serie de efectos. Algunos agradables, otros no tanto. Pero esa es la vida. Lo más importante es que puedas hacer el ejercicio y que independientemente de lo que encuentres, abordes las experiencia como en teoría lo hace un científico: por amor a la verdad y en busqueda del conocimiento.
Algunas recomendaciones
Usa este ejercicio para liberarte, no para atarte más: Algunas personas sienten que su historia define lo que son y lo que pueden ser. Es por esto que este ejercicio puede ser un arma de doble filo. Y debes tener cuidado. Conocer la historia no es por defecto aferrarse a ella. Tiene el exclusivo propósito de hacerte ver y entender tus condicionamientos para que puedas elegir cuales de las tendencias que te definen hoy son las que quieres mantener y cuales son las que quieres dejar atrás y por lo tanto empezar a trabajar en ellas.
Si tu historia de pronto se vuelve una bandera a la cual te aferras para seguir sufriendo, entonces no hagas este ejercicio. Si lo que quieres es odiar más a los que odias, sentirte más víctima de lo que ya te sientes o culpar a otros por la vida que estas viviendo, este ejercicio solo servirá para ahondar más en estas cadenas. Nada que no sirva a la Verdad, es decir a tu condición intrínsecamente libre, tiene utilidad, y nuestra actitud hacia los ejercicios debe ser siempre con esta pregunta en mente: ¿Cómo esta actividad me hará libre?
Recuerda que la libertad es en realidad la capacidad de decidir más allá de la tendencia, más allá del antojo, más allá del vaivén de la mente. La libertad es decidir desde lo que genuinamente te lleva a lugares de más paz y menos atadura.
Entonces. Haz este ejercicio para encontrar los postes desde donde te hayas atada/o. No para culpar a quien plantó el poste. No gastes energía en otra cosa que salir de la cadena.
#2 las imagenes que nos reflejan
El universo esta diseñado para ser un espejo. Para mostrar lo que hay dentro de ti. Esto esencialmente porque somos capaces de ver lo que nuestras experiencias, condicionamientos, estados y posibilidades mentales nos permiten ver. Es como el cuento de la ciudad de los ciegos. El relato dice más o menos así. En una ciudad donde solo habitaban ciegos, llegó un día un majestuoso elefante. Todos los ciudadanos se acercaron a encontrar al animal y palparon sus partes para conocerlo. Cuando el rey preguntó a sus súbditos como era el animal, uno de ellos dijo “es largo y rugoso, como el tronco de una palmera joven”. Entonces otro súbdito que había tocado al elefante dijo “No mi señor, este hombre miente, era en realidad muy flexible y delgado como una hoja inmensa”, entonces una mujer que también había conocido al animal exclamó, “mi señor, nada de eso es verdad, yo estuve allí y el elefante era grande y redondo, como la base de una gran vasija”. La tarde continuó así, cada súbdito había tenido una experiencia distinta del elefante y por lo tanto, cada cual tenía su propia idea de lo que era en efecto dicho animal.
Esta realidad parcelada nos dice que uno, vemos lo que podemos ver, y dos que aquello que vemos está íntimamente relacionado con las cosas que estamos vivenciando en el momento.
Aquí es cuando se aplica la ya mencionada regla de tres. Cuando observas que un mismo tema se repite tres o más veces es que ese tema está jugando un rol importante en tu vida. Aprender esto es fascinante. De pronto las experiencias cotidinianas se vuelve un juego.
¡Recuerdas esa película con Michael Douglas, El juego (The Game, 1997)?. Trataba de un hombre al que se le ofrecía participar en un juego diseñado a su medida que comenzaría a invadir sus experiencias cotidianas. Hay un minuto casi al principio de la película en la que el personaje recién entra al juego y se observa completamente atento a todo lo que hay a su alrededor, pues sabe que en cualquier momento puede recibir una pista de lo que debe hacer. Es como esa sensación que tenemos la primera vez que viajamos a otro país. Una especie de curiosidad se activa en nosotras/os que nos hace estar extremadamente atentas/os a todo lo que vemos.
Esta atención se apaga cuando nos acostumbramos a las experiencias o lugares. El tema es volver a activarlas para así empezar a observar como todo lo que experimentamos es de alguna manera un dialogo, un juego de revelaciones. Pueden ser conversaciones, libros, películas, encuentros, sueños, sensaciones, música. Cosas que llaman nuestra atención y que retenemos por la razón que sea. Para hacerlo más sencillo, te recomiendo que al final del día escribas un poco de tus experiencias.
A veces es rápido, otras veces nos demoramos más en encontrar el patrón del tema que vivimos. No te pongas ansiosa/o. Deja que las cosas fluyan y tu simplemente espera. Una vez que te des cuenta de cual es el tema que se está repitiendo como un conflicto o como una inquietud, simplemente obsérvalo. El 80% de las veces la resolución de un tema se relaciona con darnos cuenta, con escuchar lo que ese tema tiene que decirnos de nosotros mismos. Intenta identificar tu resistencia, lo que te cuesta de ese tema, lo que es difícil, y espera a ese momento en que lo puedas dejar ir o que por si solo se diluye.
2 formas de acelerar el ritmo y/o entender mejor tu relato
Si esto te parece demasiado difuso (y puede que lo sea un poco), hay ciertas cosas que puedes hacer para experimentar la sensación del reflejo un poco más rápido.
Una tiene que ver con empezar a anotar y conocer tu sueños. Solo anótalos con el máximo detalle posible dándote el espacio para reflexionar y asociar lo que sea que te produzca dicho sueño.
Otra tiene que ver con ejercicios de reflejo a través del arte. Existen varios ejercicios para mostrarte tu estado actual. Uno de los mejores que he encontrado, lo entregaba Deborah Marín, de OyeDeb.
Además, para complementar sobre este tema, te recomiendo el hermoso libro del autor japones sobre la ley del espejo y sobre el efecto del perdón.
Lo que importa en estas técnicas es empezar a desarrollar un ojo para leer nuestros temas actuales, nuestros propios códigos.
#3 el juego meditativo
Por último esta el rey o la reina de todas las técnicas: la meditación. Como ya sabes, vuelvo aquí, una y otra y otra vez.
En una realidad saturada de contenidos la meditación ofrece el vaciamiento, el silencio y en grado último el descanso y la paz interna.
¿Cómo? Porque produce lo mismo que cuando tiramos la cadena del baño. Todo el deshecho innecesario de nuestra mente, se va por el drenaje, dejando el espacio limpio.
La mejor imagen de esto para mi siempre viene de la idea de tratar de escuchar un sonido muy tenue en un lugar lleno de ruidos estridentes. Es prácticamente imposible. Debemos silenciar un poco el espacio para poder escuchar. Si lo que queremos es empezar a conocer un poco ese relato que se haya oculto entre todo el barullo, necesitamos despejar un poco la basura mental. Solo entonces podemos empezar de verdad a distinguir lo burdo de lo sutil.
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Existen técnicas desde tiempos antiquísimos para lograr el pretencioso título de esta entrada. Sin embargo por una u otra razón estas técnicas han quedado guardadas en el cajón de los mitos imposibles, las rarezas, las excepciones o simplemente para la actividad de genios o freaks de la naturaleza, sin nunca pasar a ser parte de la actividad del hijo de vecino, de la persona común. Hoy quiero contarte de casos y personas que están levantando la idea de que en realidad lo extraordinario, es nuestra verdadera naturaleza.
Wim Hof, un Alemán que toda la vida fue considerado el loco de la familia se encontraba haciendo otra locura cuando volvía a romper un record que el había impuesto un tiempo atrás, aumentando hasta cerca de dos horas el tiempo sumergido en una cubeta de agua con hielo.
Puede que te haya pasado o no, pero el dicho y la descripción de estar expuesto al agua congelada es bastante elocuente: se siente como miles de cuchillos pinchando tu piel.
El mismo Wim Hof había subido sobre los 6 mil metros de altura del monte Everest y había llegado hasta la cima del Kilimanjaro usando nada más que unos shorts de vestimenta.
Pero es verdad. El mundo esta lleno de rarezas extraordinarias. Eso está permitido. Ser la excepción que confirma la regla.
Así, cuando Wim decidio el 2011 desafiar el test científico de poder manejar su sistema nervioso autonomo a voluntad, activando los mecanismos de su sistema inmunológico, la apuesta era alta. Los científicos del Hospital Radboud en Holanda inyectaron en su cuerpo una bacteria que en cualquier caso normal hubiera detonado una serie de sintomatologías desagradables pudiendo ser combatida en un lapsus de semanas de manera normal. Wim, lo logró en alrededor de un cuarto de hora. Hasta aquí decimos wow, increíble, el hombre hielo (como se le llama comúnmente) tiene una habilidad única. Los médicos decían, esto es posible por la cantidad de entrenamiento que tienes en el cuerpo, pero esto es imposible para una persona normal.
Wim Hof, estuvo en desacuerdo.
Ahora, me quiero detener un momento. En este simple desafío a la idea de que Hof era una excepción, existe una revolución de paradigma y social tácita. Estamos acostumbrados a mirar estas cosas del otro lado del cristal. No es posible más que para unos pocos elegidos. Pero ¿qué pasa si eso no es verdad? ¿Qué pasa si todas estas capacidades son sencillamente asequibles por todos nosotros? ¿Qué pasa con nuestra comodidad al otro lado del cristal?
Wim Hof dijo, yo puedo hacer que una persona sin ningún entrenamiento previo haga esto mismo en diez días. Los médicos aceptaron la apuesta. Con un grupo de 12 personas sin experiencia, logró los mismos resultados con solo 4 días de preparación!
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Aprende sobre el sistema que construye una salud inquebrantable usando modernas y milenarias técnicas con respiración y agua fría.
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Para Hof el tema es devolver la capacidad extraordinaria que tenemos como seres humanos a las personas comunes y corrientes y se ha puesto en marcha cual Juana de Arco a hacer dos cosas esenciales para que esto sea posible:
1-. Documentar y respaldar científicamente sus procedimientos (últimamente a estado trabajando con científicos de Harvard y otras universidades), y
Wim Hof dice que el método puede llevar a la solución y cura de multitud de enfermedades con un simple y sencillo programa que combina respiración y uso de baños con agua congelada y fría como principales ingredientes.
El proceso está en marcha para comprobar y dejar establecido, que el método funciona.
Y que solo basta con botar ciertos paradigmas para empezar a considerar que es verdad.
Respiración y agua fría
Esta no era la primera vez que escuchaba sobre los poderes curativos del agua fría o de la respiración.
Podría decir que el primer contacto con algunas de estas ideas lo tuve muchos años atrás cuando mi mamá decidió bajar una fiebre resistente con friegas de paño frío. Recuerdo el chock frío en mi cuerpo afiebrado y luego la transpiración curativa que le seguía, el alivio. Pero no fue hasta varios años después que entendería que el agua fría y sus usos curativos tenían una rama extensa y diversa que había sido comprobada y usada por yoguis y médicos naturalistas desde hace milenios.
En uno de los años más felices de mi vida, practiqué como nunca las recomendaciones del yoga y de mi Maestra. Entre las cosas que experimenté estuvo la de bañarme todos los días, sin importar donde estuviera ni que época del año fuera, con agua fría o a temperatura ambiente. Ya fuera en Leh, a miles de metros de altura, o en la selva de Kerala, ya fuera en Santiago, el norte o sur de Chile, el agua que me esperaba siempre era fría, siempre era para despertar.
Ishnan el baño de los yoguis
“Hoy en día la sociedad confunde peligrosamente la idea de comodidad con la de felicidad. Esta confusión ha resultado extraordinariamente perjudicial para nuestra mente y para nuestros cuerpos”. – paráfrasis conversación entre Tim Ferris y Wim Hof
El referente en el Yoga Kundalini del uso curativo del agua fría, me lo dió por primera vez una profesora de México, Jai Hari Kaur el año 2006 en mi primer festival de yoga. Esta mujer contaba las infinitas bondades del Ishnan, o hidroterapia, que el Maestro Yogui Bhajan practicaba profusamente, disfrutando de ojalá el agua más fría que pudiera encontrar. La imagen de Yogui Bhajan meditando bajo el agua congelada de la cascada de un montaña, nunca me dejó. No es que esta idea no me incomode en algún lugar, pero reconozco la admiración que me produce porque en ella veo la cualidad de la fortaleza interna y el misterio de la resistencia a alto nivel. Es una imagen que me inspira, que me da esperanza, a la vez que temor y rechazo.
Una vez que pude salir de mi espanto inicial respecto de la idea de bañarme con agua fría y de experimentar que la aplicación metódica propuesta es extremadamente benevolente, el efecto de bienestar prometido no tardó en demostrarse. No se puede negar. Si has practicado la técnica respetando sus reglas, el Ishnan es una experiencia extremadamente placentera, especialmente a medida que lo puedes dominar. Por mucho tiempo me pasó que volver al agua cálida en las ducha, no me apetecía para nada.
Además de la sensación energizante, lúcida y renovada del baño, entre los efectos prometidos estaban el constante estado de renovación total de los órganos, el sistema nervioso, capilar y tegumentario.
Tengo que decir que a pesar de haber practicado el Ishnan por el tiempo que lo hice, nunca tuve la experiencia de dejar de sentir completamente el frío. Solo una vez que probé con algunos de los planteamientos del método de Wim Hof, pude pasar a ese estado sin frío del que tanto se hablaba como el peak del Ishnan y que tiene que ver con poder controlar el termostato interno del cuerpo.
Fiebre y los baños para la purificación de la sangre
Un par de años después de la época que probé el Ishnan, entré a estudiar Naturopatía y allí encontré la fuente de esas primeras experiencias con las friegas de paño frío. El referente era un maestro del mundo de la medicina natural que es proveniente de esta tierra. Su nombre, Manuel Lezaeta Acharán, y el texto donde toda su teoría de la fiebre intestinal se expresa, Medicina Natural Al Alcance De Todos.
A pesar de que el texto tiene un claro tono moralista y octogenario, la teoría de Lezaeta es espectacular en su eficiencia y enfoque.
Uno de sus planteamientos más importantes tiene que ver con el uso de la hidroterapia en múltiples formas para mantener y prolongar la salud. También lo he probado y sin ninguna duda, funciona. Lo repito, funciona.
Lo cierto, es que tal como dice Wim Hof, la naturaleza siempre nos ha otorgado formas de curación mil veces más efectivas que aquellas que han encontrado su nacimiento en un laboratorio.
Experimentarlo solo requiere tener un espacio de conexión y noción de uso de los elementos.
Todos estos hombres han tenido la misma visión de querer transmitir el conocimiento a la persona común.
Solo basta que queramos acercarnos a él para experimentar verdaderos milagros y sistemas de vida realmente conducentes al bienestar y a la felicidad.
Lo de Wim Hof es un peldaño más a esta maravilla.
Por favor investiga y acércate al extraordinario mundo que es tu simple naturaleza corporal.
Creo que hace un par de meses empezó mi parálisis.
Todos hemos estado ahí. En ese espacio en el que a pesar de tener todas las ganas, todas las buenas intenciones, el mejor de los horizontes, te quedas estancada/o y no puedes avanzar.
Hay distintos niveles para cuando una/o se siente paralizada/o. Hay algunas que duran un día, otras que duran semanas y otras que pueden durar meses o más. La parálisis sostenida te puede llevar fácilmente por el camino de la depresión. Y en realidad no es de extrañar, pues estar estancada/o significa esencialmente que no estamos abordando lo que tenemos que resolver, hacer o terminar, lo que a su vez genera una sensación de presión y estrés silencioso que no hace más que crecer con el tiempo.
Si no somos capaces de hacer algo, o si por alguna razón la situación no se resuelve por si misma, entonces podemos entrar en ese estado parálisis prolongada que puede ser la causa de que acabemos deprimidas/os. Ese eterno estado de posponer, de tratar de dilatar y extender el plazo ad eternum, es como observar la bola de nieve que crece desde un lugar congelado e inactivo.
Este fenómeno es extraordinariamente común y es muy probable que lo hayas vivido más de una vez. La procastrinación es uno de sus primeros signos. El arte de vivir posponiendo.
Es curioso, pero es tan común que incluso se manifiesta en la costumbre del snooze. Queremos quedarnos un poquito más dentro de las sábanas y posponer nuestro comienzo del día. Por alguna razón muchas veces estamos viviendo en este constante momento de aplazar, de no estar, de no abordar lo que nos pasa y lo que vivimos.
Recuerdo que hace un par de meses cuando comenzó esta sensación de estar paralizada, me dije: “me gustaría escribir una entrada sobre esto”, principalmente porque quería poder resolver el asunto o al menos arrojar algunas luces sobre el problema para que la solución ayudara en algo a los demás. Pero claramente, como yo misma me encontraba en el meollo del asunto, difícilmente iba a poder encontrar una solución y mucho menos escribir sobre ello de manera que aportase.
Hoy no es que tenga el problema resuelto, pero poco a poco he ido descubriendo algunas cosas interesantes sobre como funciona.
La parálisis es un mecanismo y por tanto es un hábito de resolución o de creer que se esta solucionando algo porque al posponer nos engañamos respecto de quitarnos de encima la urgencia. Es como poner la mugre debajo de la alfombra. El verdadero problema surge cuando de tanto evadir lo que debemos solucionar, dejamos de verlo, lo mimetizamos con el entorno y sin darnos cuenta empezamos a arrastrar un problema que somos incapaces de percibir. Este es el estadio más peligroso. Nos acostumbramos a sentir una sensación de agobio, presión y estrés que no podemos puntualizar con claridad y que a la larga se puede convertir en un verdadero problema.
Hace unas días estaba leyendo el libro de Marie Kondo sobre la capacidad sanadora del orden de los espacios. Y decía, “Mucha gente siente la necesidad de limpiar cuando está bajo presión, como justo antes de presentar un examen. Pero esta urgencia no ocurre porque quieran ordenar su habitación. Ocurre porque necesitan poner en orden ”algo más“. (…) En realidad, el acto de desordenar es un reflejo instintivo que distrae nuestra atención del meollo de un problema. SI no puedes sentirte relajado en un cuarto limpio y ordenado, enfrenta tu sentimiento de ansiedad. Bien podría arrojar luz sobre lo que en verdad te aqueja. Cuando tu habitación esta limpia y organizada, no te queda más opción que examinar tu estado interior. Puedes ver cualquier problema que hayas evitado y te obligas a enfrentarlo. Tan pronto como empieces a organizar, te siente obligado a reajustar tu vida. Como resultado, tu vida empieza a cambiar” (p. 29).
Existe quizás un numero infinito de razones y estímulos que pueden generar en nosotros esa reacción de evasión. Pueden ser problemas emocionales, pueden ser problemas en el trabajo, puede ser la ansiedad por concretar una tarea importante, puede ser la aprensión a que nos vaya bien o a que nos vaya mal. Pero en general lo que hay detrás de ese sinnúmero de estímulos y razones es un mismo sentimiento: el miedo.
La verdadera piedra angular radica en identificar a qué exactamente le tenemos miedo, ya que una vez que hemos podido distinguir la causa especifica, se produce un efecto casi mágico de anulación del sentimiento. Eso es lo curioso. Cuando puntualizamos y miramos nuestro temor, la gran mayoría de las veces, éste se anula y el resto de las veces pierde su fuerza. El efecto es tremendamente positivo.
Como dice Marie Kondo en su libro, ese desorden, ya sea sea material o psicológico o una mezcla de los dos, simplemente ilustra ese estado de apilar algo que posponemos, que no situamos o ubicamos en su lugar de inmediato y que mientras más tiempo pasa, mas grave se pone.
Lo que he terminado por descubrir sobre el tema, tiene que ver con el primer paso y quizás uno de los más importantes en el proceso de salir de la parálisis. Y que tiene que ver con el orden y la claridad.
Aquí, te quiero dejar tres pasos que te pueden permitir adquirir esa claridad para puntualizar y sacarte de encima la presión de un tema sin resolver y que además se vincula con uno de los pasos que investigamos cuando hicimos la cuarentena para empezar el año sin miedo. Vamos a ellos.
Paso 1: Fuera de la mente, en el papel
Muchas personas hablan sobre los infinitos beneficios de escribir las cosas que nos preocupan. Sacarlas de la cabeza y acotarlas para que dejen de ser una idea difusa y poco clara que vuelve una y otra vez a nuestra mente. Necesitamos aclarar, esto es esencial.
Aquí me quiero detener un instante. Te pido que lo pruebes. En este mismo momento, toma un papel y un lápiz y escribe lo que has estado posponiendo.
Para ilustrarte cuan importante es este paso quiero hablarte sobre algo que se ha descubierto acerca de los procesos de aprendizaje. Esta comprobado que cuando estamos leyendo algo y pasamos por una palabra que no comprendemos en su uso en el contexto en el que se encuentra, inmediatamente nuestro cerebro deja de comprender lo que le sigue a continuación. Imagina estas estudiando y de pronto hay una palabra que no conoces. La pasas de alto y sin darte cuenta llegas al final de la página comprendiendo que no has entendido o no has absorbido nada de lo leído a partir de ese punto. Esto ha llevado a desarrollar técnicas de aprendizaje que te entrenan para darte cuenta del momento exacto en que has dejado de comprender para abordar esos conceptos o palabras y de esa manera mantener tu nivel de atención y concentración a lo largo del estudio.
Lo mismo sucede respecto de acciones o eventos, situaciones o tareas que debemos realizar. Si de pronto no sabemos como hacerlo, una parte de nuestro cerebro reacciona bloqueando lo que viene a continuación. Y sin darnos cuenta hemos entrado en la parálisis. Por lo tanto lo primero que debemos hacer como un ejercicio diario es aclarar exactamente cuales son las cosas que sentimos debemos hacer y que hemos estado posponiendo por la razón que sea. Luego de escribir la lista de estas cosas, debes brindar al menos una solución o paso a seguir para sacar la lista de tus tareas o temas pendientes. Esto es lo primero.
Entonces el primer paso se resume en dos partes:
1-. Escribe la tarea, tema, situación, etc que sientes debes resolver y has pospuesto hasta ahora.
2-. Escribe que paso debes realizar para empezar a resolverlo.
Paso 2: Desglosar la limpieza y el orden
Sacate la mochila de encima. No pospongas más, no procastrines. Genera un plan de acción que te permita sacarte el tema, la situación, el asunto de encima. Como dice el segundo Sutra de la era de Acuario “Cuando el tiempo esté sobre ti, comienza y la presión desaparecerá”. Confía en estas palabras y hazlo de una manera inteligente, efectiva. Para eso establece pasos pequeños que te hagan fácil resolver el problema. Todo asunto tiene su desafío, pero nada es tan difícil como un conflicto imaginario que no ha llegado a enfrentarse. Ese es un monstruo que no se puede vencer, porque en la mente es simplemente una actualización de su no resolución. Necesitamos llevarlo a la acción.
Ante todo problema, cuando nos toca enfrentar hay solo dos opciones: o lo resuelves o lo aceptas.
Entonces, arma tu plan y deshazte del tema pendiente.
Resumiendo:
1-. Haz un plan para abordar el tema.
2-. Desglósalo en pequeños y simples pasos.
Paso 3: Reconócete a ti misma/o en este mecanismo.
Una de las cosas más importantes que debemos aprender es a identificar nuestros propios mecanismos de estancamiento y de salida. Para cada persona estos operan diferente y vienen acompañados muchas veces por sensaciones especificas que no pueden ser transmitidos de una persona a otra como fuera una receta al estilo de las recomendaciones del paso 1 y 2. Es por eso que cada persona tiene que aprender a identificar sus propios códigos, sus propias alarmas. Para ayudarte a ir definiendo y reconociendo tu propia manera de abordar el tema quiero que te respondas las siguientes preguntas:
¿Cómo me siento cuando estoy presionada/o? (Describe tus sensaciones físicas, en donde se producen en tu cuerpo, como son?
¿Qué emociones puedes asociar a esa sensación de presión? Escribe que emociones acompañan a la sensación de sentirte presionada/o.
¿Hay recuerdos o imagenes asociados?¿Cuales? Describe con el máximo detalle sin preocuparte de la coherencia.
¿Cómo se siente cuando empiezas a encontrar una salida? ¿Qué sensaciones físicas hay allí? ¿Qué emociones e imágenes?
Intenta hacerte estas preguntas a menudo. Idealmente cada semana y a veces, especialmente en momentos de crisis, cada día. Deja que las respuestas aparezcan y observa los cambios y los elementos comunes. Desarrolla tu capacidad de reconocer tus propias señales.
Con esto espero que puedas reconocer y de verdad empezar a dominar la parálisis. Me encantaría saber tu experiencia con estos ejercicios y en general con el proceso completo de entender como te sientes y si reconoces tus mecanismos. Cuéntame en los comentarios.
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La gran mayoría de las personas creen que las cartas natales (astrales, numerológicas, tarot) son formas de arte adivinatorio u oráculos. Nada más alejado de la realidad. Hoy quiero hablarte de la verdadera función e importancia de las cartas natales y por qué considerar hacerse una al menos una vez en la vida puede ser un gran aporte para tu proceso personal.
La verdad es que siempre me ha generado un rechazo pensar en que me lean el futuro. Instintivamente me ha parecido siempre una forma de manipulación de mi percepción y del mismo modo he podido entender porqué en lo más profundo de las doctrinas espirituales ha habido siempre un cierto resquemor respecto del arte de leer el futuro. Quizás te parezca una contradicción, desde la ignorancia del dogma se pensó que las cartas natales no eran más que una forma de expresión de carácter negativo, pero como se transmiten costumbres sin reflexionar, lo mismo pasa cuando no nos preguntamos cual es el problema con que nos lean el futuro. La respuesta es porque el futuro no existe. Solo existe el presente y lo que ha de suceder después se decide momento a momento. Mi ataque inicial con el tema es básicamente porque tengo una enorme resistencia a que me predispongan inconsciente o conscientemente a un resultado. Sin hablar de que me empiecen a meter miedo. Pero bueno, no me quiero desviar. Lo cierto es que el tarot, la numerología y la carta astral no son en su origen formas de adivinación. Eso como muchas cosas es un largo periplo de mal entendidos y mal usos de herramientas que buscan ninguna otra cosa más que entender y aclara el presente.
El uso original
Antiguamente y hoy en algunos lugares del mundo como India, China y otros, las cartas natales no eran más que herramientas para ayudar al desarrollo de las personas desde el momento de su nacimiento. En general las cartas natales, tal como el eneagrama, el tarot, la numerología, las astrologías védicas, occidentales y tibetanas buscan la compresión de la tendencia predominante en una persona. Como un test de personalidad que viniera impreso en los astros al momento de nuestro nacimiento, en nuestra configuración energética y en nuestros números. Un test que podría dar luces a nuestra compatibilidad con nuestros padres, a nuestros intereses, a aquellas cosas que nos permiten desarrollarnos con mayor rapidez o mayor lentitud. Un mapa de las más grandes dificultades y dones con los que cada persona se encuentra armada/o a lo largo de su vida. Imagina esto. Tu hijo, tu hija tiene un mapa escondido que dice lo que más le cuesta, que herramientas tiene para sobrepasar las dificultades y que cosas puedes hacer tú como su madre/padre para orientarlo sin violentar su naturaleza. ¿Te gustaría tener una acceso a ese mapa? Se que todo padre/madre que creyera en esa posibilidad no se lo pensaría dos veces. Ahora, claro, esta el tema de si creemos o no. En nuestra cultura, esto esta muy cerca de la charlatanería, especialmente cuando hay muchas personas que lo ocupan con funciones no apropiadas. Pero si somos cuidadosos no es tan difícil encontrar a alguien que nos haga una buena lectura.
Recientemente, mientras aprendía un poco de numerología me enteraba de cosas que me ha costado años comprender y asimilar de mi misma y pensé «que útil habría sido saber esto cuando pequeña». Por eso quise escribir esta entrada. Creas o no en estas herramientas vale la pena investigar un poco con los ojos correctos. Busca entender tu tendencia, busca entender tu dificultad para desarrollarte en esas áreas donde te sientes débil.
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Pero, ¿cómo?¿Cómo es posible que los números, los astros o las cartas, por más bonitas y elabaradas que sean, puedan darnos alguna información sobre nosotros?
En los casos de las cartas numerologicas, astrologicas o de eneagrama, lo que hay es esencialmente una definición de configuración energética. Sin ponerme demasiado «esotérica» para hablar, me refiero a la tendencia que tenemos todos los seres humanos a distribuir nuestra energía, expresándose en la forma de nuestro cuerpo (somos macizos, atleticos o desgarbados), nuestra personalidad (tímidos, extrovertidos, concentrados, expansivos, etc), nuestra conducta, nuestras debilidades, nuestros temores. Todas estas cosas a pesar de lo que diga la gente, son clarísimas incluso en nuestros primeros meses de vida.
El año pasado me tocó ir hacer un servicio al Sename cuidando a bebes de menos de un año. Habían alrededor de 15 bebes en esa sala y recuerdo como si fuera ayer la fuerte impresión que me causó el ver lo marcadas que estaban sus personalidades aún así de pequeñitos. Lo mismo me sucedió hace muchos años cuando haciendo un trabajo fui a tomar una prueba a un colegio. Habían unos 30 niños de menos de 10 años. Y lo mismo, las personalidades como si fueran estos adultos en miniatura, exactamente como serían al crecer.
Las cartas natales en cualquiera de sus formas son un apoyo impresionante para contrarrestar las dificultades que pueda enfrentar un niño o una manera de darle fuerza a sus herramientas intrínsecas. Pensar que todos los niños pueden ser tratados iguales, o que con todos va a funcionar lo mismo es una ilusión que las personas con más de un hijo aclaran con mucha facilidad.
Considera darte luces con estas herramientas. Y reflexionar sobre aquellas cosas que siempre han estado ahí y que quizás has tenido que esforzarte mucho por clarificar.
Por el momento solo te dejo algunos títulos de libros para investigar un poco más el tema que da para mucho. Pronto iniciaremos el podcast de Premalilah y en uno de las primeras sesiones hablaremos con una excelente representante de la numerología tántrica. Si quieres saber algo específico de este tema puedes dejar algún comentario para ver si hay preguntas que recogeremos durante la entrevista. Hasta entonces busca, busca.
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