Creo que lo he mencionado, pero mi primer viaje largo (1 mes y medio), lo hice sola. Y lo hice a India. Mi hermana acababa de ser destinada a Suecia y tenía una prima en Alemania. Hacía pocos meses me había enterado que Amma existía. Me habían ofrecido un trabajo fantasma y contaba con el dinero para darme la vuelta por el mundo y llegar a India para conocerla.
varanasi1
Los viajes son como portales. Algo mágico pasa. Algo inexplicable sucede, no por nada han sido siempre la masa con la que se hacen los grandes panes-relatos de transformación.
Son la pastillita roja de morfeo.
el agujero del conejo blanco.
el amado ropero de Narnia.
En fin.
Cuando inicié el viaje lo más claro y fascinante para mi fue que iría sola a un lugar donde nadie me conocía y donde todo era diferente de donde yo había vivido hasta ese entonces. Una sensación de vértigo absoluto me embargaba porque ante ese escenario se abría la posibilidad de SER cualquier cosa. No porque me lo inventara o empezara a funcionar desde la falsedad sino porque sin ataduras ni expectativas provenientes de mi entorno, podría surgir algo también desconocido de mi como respuesta.
La verdad es que me tocó ver mucha gente perdida en India. Existía una frase cliché que decían los extranjeros «this is India, anything is posible». A pesar de que esta frase podría sonar positiva, a mi siempre me sonaba a «en india podemos hacer cualquier estupidez». Y era así, para la mayoría de las veces que lo escuché. Por eso es que habían lugares donde veías a tipos de 60 años o más, pegados en horribles calles de Delhi, medios locos y colgados de alguna droga o decadencia. La posibilidad absoluta y el replantearse en profundidad la propia estructura siempre es una via con multiples direcciones, y quizás en India, más que en muchos otros lugares en el mundo, hay una sensación de laxitud estructural, que te puede llevar a lo más alto o lo más bajo.
Esto hacía que me cuidara en extremo. Asustada de alargar demasiado la cuerda, seguí mi plan como nunca y eso me permitió ir encontrando mi propia referencia, mi propio sentido de seguridad.
Esto me hace pensar en una de las meditaciones que el maestro de Sat Nam Rasayan, Guru Dev, dió en las sesiones que dirige por Livestream. Era una meditación para el sentido común y la explicó con un chiste:
Tarzan y Jane van por la selva cuando Jane se detiene y dice: «Tarzan, estamos perdidos». Tarzan la mira extrañado y responde «¿No sabes dónde estas? Estas aquí».
Si la referencia con la que te mueves en el mundo es interna, todo cambia. Jamas estas perdido. Es por eso que las palabras de J, mi antiguo terapeuta tuvieron tanto impacto en mi «no tengas miedo de cambiar, ten miedo de perderte de ti misma».
Creo que en general en la vida si estas esperando que la estructura, la verdad y la certeza sobre las cosas venga desde afuera, siempre tendrás un temor basal de perderte, de disolver tu estructura, haciéndote frágil y rígida/o.
Es por eso que India genera una respuesta tan clara en los viajeros. La madre india como se le llama, tiene esa extraordinaria capacidad de demostrarte algo muy profundo sobre ti. Y en ese proceso algunos se pierden, otros se encuentran.

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