Después de tanto orden 😉 y de liberarnos de todas esas cosas que pesaban toneladas, nos sentimos livianitas y llenas de aire. Como todo en el universo tiende a la entropía (amo esta palabra), vamos a aprovechar ese vuelo que busca el equilibrio para que eso que entra, sea algo que nos haga felices y riegue bien ese árbol que estamos cultivando. Cuando los niños que ya son hombres y mujeres parten de la casa de los padres, ese síndrome del nido vacío aparece. Si supieras que lo puedes llenar de luz, de amor, de inspiración, de fuerza, wow, la cosa se pondría interesante. En la tarea de hoy nos subiremos a la ola de la inspiración, la dicha del agradecimiento y ponerse a brillar. Sí, llénate de luz.

día 5 desafío

Tengo que decirlo. Todos los días, la mayoría de las personas se llenan, alimentan y nutren de cosas que no les hacen bien. Me refiero a la información que comunmente se haya disponible en la calle, la televisión, las noticias, los diarios. Incluso la música y el arte en general se han preocupado más del dolor que de la dicha. La expresión es necesaria lo se, pero también he aprendido que en las formas más sublimes de la belleza, el infinito, la sabiduría, existe una experiencia de profunda conmoción artística y humana. Recuerdo una obra de teatro que vi hace muchos años. No la pude olvidar claramente, era de una compañía francesa y terminaba en una manera expansiva, inspiradora, que se acelera mi corazón de solo acordarme. Se llamaba Cirque. Era una reflexión sobre el arte, en una manera mágica y amorosa. Se trataba de inspirar y recordar que el arte es un eje que abre, que quiere conectarnos con algo mayor a través de la belleza.

Nos alimentamos de todo los que nos rodea y lo llevamos adentro para regarnos a cada paso. Es verdad que tenemos la capacidad de filtrar, pero hoy quiero que empieces a activar la capacidad de seleccionar lo que quieres que riegue esa flor en tu alma.

Aquí 3 prácticas para llenarte de luz:

#1 Agradece:

El agradecimiento es una forma de producir felicidad instantánea. Solo piensa en un momento en que hayas sentido un profundo sentimiento de Gracias. Es hermoso! Pero es verdad que no sucede tan a menudo. Por eso, vamos a integrarlo para que crezca poco a poco y se vuelva una parte fuerte de nuestra vida. Quiero que pienses y anotes 10 cosas de las que te sientes verdaderamente agradecida/o. En las mañanas, en cuanto abras un ojo, o quizás antes de abrirlos vas a colocar tus manos en el centro del pecho y usando algunas de esas 10 cosas llénate de agradecimiento. Solo 5 minutos. Con una fuerte intención, conéctate con la emoción. Luego, al finalizar el día, y antes de dormir trata de identificar al menos una cosa que te haya sucedido en el día que agradecer. Puede ser algo pequeño, ínfimo incluso. Una mirada, un gesto, una emoción, un recuerdo. No importa cuan pequeño sea, el tema es que aprendas a reconocer en tu día al menos una experiencia que te haya aportado valor.

#2 Inspírate:

Creer que todo es posible es algo que hay que recordarse constantemente. El mundo esta lleno de repeticiones limitantes y hay que contrarrestarlas con la fuerza de una inspiración continua y poderosa. Esta práctica tiene que ver con alimentarnos de libros, películas, personas, charlas, temas, músicas, sueños, ideas, etc que nos generen ese sentimiento de inspiración, de creer que es posible porque alguien o algo nos señala con el ejemplo, con la evidencia, que es así. Para hacerlo de manera práctica intenta ir a una fuente de inspiración todos los días.

En los temas que más te interesen busca a alguien o algo que sea esa fuente para tí. Escucha podcast, lee o escucha libros, ve películas, canta mantras, lo que sea que te produzca ese efecto. (identifica al menos 5 fuentes iniciales por las que te puedas ir rotando cada día).

#3 Brilla:

Cuando estas llena/o de luz, eso se expande y otros pueden beneficiarse de ella. Esta parte de la tarea tiene que ver con la generosidad. No se trata de entrar en un espacio de creerse más grande, sino entender todo lo contrario, que tu brillo es un acto de amor, que con tu felicidad sirves al mundo y a los que te rodean. Cuando te sientas feliz sonríe más, ofrece más ayuda, sé más amable, toma un acuerdo de generosidad sutil dentro de ti y obsérvala crecer. Una de las bellezas de la generosidad que nace del amor es que se retroalimenta, crece a medida que más se expresa, pero recuerda que debe nacer del amor y de tu brillo interior. Cultiva tu felicidad, dale fuerza y comienza a repartir.

Si te gusta esta tarea no dejes de compartirla y cuéntame un poquito sobre qué cosas te inspiran, qué cosas te generan esa sensación de agradecimiento, qué cosas te hacen brillar. Un abrazo.

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