A nadie le han enseñado a ordenar. Es cierto que a todos nos han retado cuando eramos niños por tener la habitación desordenada, pero según un estudio son menos del 0,5 de la población los que han sido orientados de manera lógica en el arte del orden y la limpieza de los espacios. Lo cierto es que esto tiene un impacto tremendo en la manera en que nos sentimos y funcionamos. El dicho “ordenar la casa” refiriéndose a poner las cosas en orden en la propia vida es el mejor ejemplo de lo importante de este tema. Hoy aprenderemos a solucionarlo al 100% de una vez por todas.
No hace tanto tiempo encontré la historia de unos hermanos que tenían en su casa millones y millones de objetos apiñados. El espacio donde podían vivir era pequeño y abarrotado de cosas, como ese personaje de la película Laberinto que empujaba a la protagonista a llenar la búsqueda del sentido con objetos de su infancia. A la obsesión por acumular cosas se le conoce como el mal de Diógenes. Y hoy abordamos un extraordinario método para ordenar y limpiar para que ese orden y espacio permanezcan siempre.
Un libro que abre el espacio
El consejo y ejercicio de hoy lo abordaremos de manera un poco diferente pues me basaré en un libro que lleva semanas, si no meses entre los libros más vendidos en la categoría de “cómo hacer” de amazon. El libro se llama The life changing magic of tying-up: the japanese art of Decluttering and organizing (traducido como La magia del orden). La escritora es la japonesa Marie Kondo quien se dedica a viajar por Japón y el mundo ayudando a la gente a cambiar su vida con el simple arte de ordenar y limpiar sus casas. Ella no es la única que habla sobre esto claramente. Milenarios artes como el Vastu indio y el Feng shui chino abordan la importancia para la armonía del hogar de la disposición arquitectónica y decorativa en los espacios. Pero lo que veremos hoy es más específico y tiene, creo un impacto más inmediato. Kondo descubrió que la manera más efectiva de hacer un cambio definitivo en nuestros hábitos de orden es hacerlo de una sola vez siguiendo un sencillo y claro esquema de acciones para lograr el efecto deseado. Lo normal es que se proponga ir botando una cosa cada día, pero ella apunta a que este sistema no solo te lleva a estar botando y ordenando cosas para siempre, sino también an o cambiar nunca tus hábitos más profundos de orden.
El sistema hermoso amoroso
1) Dos pasos: Primero eliminas para después categorizar y organizar de un solo tirón.
2) Cuando estás en la primera parte debes juntar todas las cosas de tu casa y agruparlas por categorías, temas o áreas. Esto también es central, pues primero debes deshacerte de aquellas cosas que son más fáciles de limpiar para terminar con las más difíciles, en el siguiente orden: toda la ropa, todos los libros, todos los documentos, todos los misceláneos, y por último recuerdos y fotografías.
3) El único criterio para determinar si te quedas con algo es si te causa alegría de inmediato. Kondo plantea una hermosa manera de pensar este tema. Si el objeto no te alegra inmediatamente debes deshacerte de él agradeciéndole amorosamente por su servicio y deseándole una nueva y mejor vida con un dueño que lo sepa apreciar mejor. Este pequeño gesto de agradecer el servicio de un objeto en la propia vida es el pequeño ritual que abre el puente de la liberación.
4) Las razones por las cuales nos aferramos a cosas que ya no queremos son solo dos: miedo a perder algo del pasado o miedo a activar algo en el futuro. Por lo que todo tiene que ver con un tema de actitud mental respecto de lo que nos rodea.
5) El desgaste emocional de mantener estos objetos con nosotros porque nos pueden servir algún día, porque blablabla no son más que apegos producto de una actitud mental que es totalmente desgastadora.
6) Cuando vivimos con otras personas, no es recomendable deshacerse de cosas que no son nuestras en secreto. Puedes encargarte de los espacios comunes al final.
7) Abre el espacio. Una vez que nos hemos deshecho amorosamente de todas las cosas que no nos generan felicidad pasamos a organizar.
La idea es que todo esté visible y tenga un aspecto hermoso que resalte la felicidad que nos produce ese objeto.
La ropa debe ser apilada de manera que se encuentre a la vista (considera que todo lo que ha quedado es porque te causa felicidad).
Los documentos que, en general son muy pocos, deben ser archivados ordenadamente. Y los calcetines enrollados y colocados en cajones como los rolls de sushi en una lonchera bento.
“El interior de una casa o apartamento después de organizar tiene mucho en común con un templo Shinto… un lugar donde no hay cosas innecesarias, y donde nuestros pensamientos se clarifican”, dice Kondo. “Es un lugar donde apreciamos todas las cosas que nos apoyan. Es donde revisamos y repensamos acerca de nosotros mismos”.
Te recomiendo mucho que leas el libro completo y le des una extra vuelta al tema. Aquí te dejo el enlace del libro.*
Este tema me ha emocionado bastante, no se por qué. Espero tus comentarios sobre los efectos maravillosos de esta tarea ya sea aquí o en el grupo de Facebook del Desafío, al que puedes acceder al hacerte parte del desafío aquí. Siempre un abrazo grande.
Que hermoso Fran, en verdad también me ha emocionado bastante este tema, porque lo había pensado, pero no lo había realizado con la visión de gratitud y amor, pensando en cómo un objeto puede mantenerte pegada y cómo puede reflejar la actitud desgastadora del apego.
Muchas muchas gracias, este desafío ha sido una experiencia maravillosa y concreta, que ya en 4 días me ha mostrado lo factible de poder cambiar hábitos negativos y de liberar antiguas creencias.
Sat Nam !
Uuu carolina casi me pongo a llorar con tus tan lindas palabras. De verdad. Para mi esto es un regalo y me siento profundamente agradecida de poder compartir las cosas bellas que he ido aprendiendo. Te mando un gran abrazo y muuuuchas gracias por tus palabras. Sat Nam!
Gracias, Fran!!! <3 Hoy ordené ropa y NO cedí al impulso de botar una ropa vieja de mi hija adolescente. La dejé en una bolsa sobre su cama para que ella decida 😉 Me gustó eso de agradecerle a los objetos la alegría que me trajeron en su minuto. Seguiré mañana, tengo tendencia al diógenes…
uuuu Gracias a ti Beatriz!
A mi también me gustó agradecerle a las cosas cuando lo hice. Fue lindo. Y que bueno que le dejaste esa bolsa a tu hija! Jijijiji saludos!
Gracias Fran, excelente artículo!! Te agradezco por compartir diariamente estos desafíos, me encanta tu blog !!
Gracias Constanza! Un abrazo grande!
Francisca esto ya lo habia hecho y me reafirma la conviccion del cambio, hoy quienes me visitan sienten y encuentran mi casa muy bonita y se siente grata, yo la disfruto!!!! y tengo un rincon con los 4 elementos, gracias por estas lecciones de bienestar
saludos
Sin duda el desafío más difícil, es como si existiera una energía paralizante ante el desorden que te dice “déjame así, siempre has lidiado conmigo”, y a la vez sensación de frustración de no poder dominar nuestros propios espacios. Creo que la técnica de darse un tiempo para hacerlo todo de golpe es la solución, porque eso de ir de a poquitito es inabordable. A buena hora esta lección del día 4!!! En lo personal no hay mayor descanso que cuando todo esta recién ordenadito y con olor a limpio, jajaja. Gracias Francis!!!
oooo Vale, es muy fuerte el efecto que tiene esta tarea. Yo aún lucho con innumerables pequeños objetos que me tiranizan, me ha hecho bien re-revisar este día. Abrazos linda y vamos que se puede!