Ayer veíamos el poder de la suma, del paso pequeño que nos lleva a cruzar grandes distancias. Hoy quiero hablarte de lo que sucede cuando finalmente nos sentimos en casa con un grupo de personas con toda la honestidad de lo que somos. La tarea de hoy nos lleva a observar el valor que requiere encontrar a nuestros pares, a respetarlos y crecer en ese ámbito de la sangha, la comunidad de almas afines.

Día 23 desafío

Tengo que decir que el tema de hoy ha sido para mi un gusto adquirido. Siempre he sido un poco solitaria, en parte por lo estrafalaria, en parte porque me gusta mi soledad y en parte porque ha sido lento el proceso de sentirme cómoda y feliz conmigo misma de manera que pueda realmente disfrutar con el resto. Uno de los primeros descubrimientos que tuve fue darme cuenta que en ciertos círculos se pasa bien y en otros se pasa mal. Esto te puede parecer una obviedad, pero la triste realidad para muchas personas que no conocen otra cosa, es que una gran  mayoría no sabe que hay un circulo donde se sentirán bien tan cual son. Me acuerdo perfectamente de ese video de Blind Melon, un grupo grunge de los 90, en el que una niña vestida de abeja buscaba por doquier un lugar donde se sintiera aceptada. Va de un lugar a otro y todo el mundo la mira como bicho raro, hasta que de pronto encuentra el paraíso de las abejitas desadaptadas. jijijijij. Ese video era lo máximo.

El valor de buscar

También es verdad que ser una abejita desadaptada requiere valor. También requiere un esfuerzo y un temple tremendos irse por la vida vestida de abejita cuando todo el mundo piensa que estás loca/o. Mucha gente prefiere adaptarse a sentir el dolor del rechazo. Es totalmente normal. Pero en algún momento de la vida debemos encontrar a nuestro grupo de abejas. Esas personas a las que les interesa lo mismo que a ti, que vibran con lo mismo y sobre todo que han luchado con dificultades similares. No significa que te tengas quedar con ese grupo para siempre, solo significa que cuando aceptes ciertos aspectos de ti, es bueno comparar visiones similares y crecer con lo que los demás han descubierto.

El valor de la sangha

Tuve la fortuna de encontrar puntos de comparación relativamente temprano. Recuerdo cuando me di cuenta de lo que era pasarlo bien de verdad. Siempre había vacacionado con mis primos y mi familia. Y la verdad es que no lo pasaba bien, los amaba, pero no lo pasaba bien. Como no tenía una referencia para comparar, para mí, pasarlo bien o lo más cercano a eso era ese espacio. Hasta que un verano me fui de campamento de scout y mi universo cambió totalmente, lo pasé increíble. Lo pase bien de verdad. A pesar de eso, no fue un lugar donde me quedé, pero definitivamente fue una experiencia que me recordó o me mostró qué cosas, que tipo maneras de relacionarse, era las que a mi más me gustaban y entonces pude empezar a optar.

Años más tarde encontré varios otros espacios. Entre escritores, entre políticos, entre artistas, entre cinéfilos. Y ahora, entre meditadores, terapeutas, practicantes de yoga y la mezcla en realidad de todo. Cada una de esas áreas de mi vida estan presentes y cada cual representa un aspecto importante que cada cierto tiempo reflota. Hoy definitivamente me siento más tendiente a los grupo de yoga, meditación y de creatividad consciente, y la verdad es que la sangha (la comunidad espiritual), es decir aquellas personas que comparten mis prácticas, preocupaciones y conflictos, son las que me permiten recordar que no estoy sola en un periplo que de todas maneras es bastante solitario.

El poder de muchos

Cuando finalmente nos reunimos algo mágico se produce. Ya se ha estudiado el profundo y alucinante impacto de que muchos mediten, de que muchos oren, de que muchos pidan, de que muchos se organicen, de que muchos ayuden, de que muchos sientan. El mundo depende de los muchos y de ti depende que esos muchos concentren la atención hacia la plenitud y la felicidad. Este desafío es un intento pequeño de hacer esto mismo.

Cómo hacerlo

La verdad es que todo esto suena muy bonito, pero no es llegar y encontrar a un grupo de almas afines. Si tienes uno, realmente aprecialo porque es todo un regalo. Pero definitivamente hay maneras de ir acercandote a ello.

1-. Lo primero es la honestidad. La honestidad contigo misma/o de reconocer lo que te gusta, lo que te interesa, lo que te hace feliz. Muchas veces por miedo a no desencajar no damos espacio ni hacemos cosas que realmente nos llaman la atención o nos interesan e incluso en casos extremos por el pánico al rechazo de nuestros pares, renegamos y atacamos lo que es afín con nuestra alma. Ha sido siempre triste observar que los peores atacantes de los rasgos humanos son las personas que más profundamente los ostentan. Entonces lo primero es la honestidad, es decir la verdad sobre lo que te apasiona.

2-. Busca una actividad que siempre quisiste hacer. Esto es fundamental. Es generalmente en este tipo de instancias que encontramos a nuestra versión de sangha. Si quisiste pintar, bailar, tocar música, escribir, jugar ajedrez o squash, hacer un arte marcial, correr, subir montañas. Busca un lugar donde puedas aprender y donde haya más gente como tu que quiera aprender. Ahora, puede ser que te demores en encontrar incluso en un tipo de tema el grupo que te represente o los individuos que te sean afines. Si no te sientes cómoda/o en un lugar, no te quedes, busca hasta que encuentres tu casa.

3-. Forma tu un grupo. Tienes el tema tu y conoces gente desperdigada al que ese tema le interesa, pues entonces genera reuniones en tu casa donde la gente pueda desarrollar ese tema. No esperes a que alguien más lo haga, armalo tu.

Formatos que protegen al grupo

Para que las reuniones del tipo que sean funcionen es necesario que hayan ciertas condiciones. Esto es lo más importante de todo, porque si estos elementos no se hayan presentes, es muy difícil que pueda haber continuidad.

Lo más importante siempre es el respeto y el amor. No importa lo que hagas, donde y como, si es arte, negocios, formas de compartir o expresar, sin respeto y sin amor la cosa no irá a ninguna parte.

Un lindo ejemplo

Uno de los ejemplos más hermosos de la interacción de una sangha que he visto, me lo mostraron los monjes de Plum Village. En las reuniones para compartir el dhamma, que básicamente son las instancias en las que se reunen los monjes y las personas laicas para hablar, contar sus preocupaciones, plantear dudas profundas y no tanto y simplemente compartir un estado particular es que para hacerlo hay una serie de recomendaciones.

Siempre habla de tu experiencia, no de algo que leiste te contaron, enseñaron, partiendo por la primera persona. Nunca des un consejo fuera de tu propia experiencia.

Cuando alguien habla, los demás escuchan atentamente y con presencia, con conciencia, porque no existe regalo más preciado que estar verdaderamente presente.

Nadie dirige, todos somos iguales al momento de compartir con respeto.

En fin, la tarea de hoy es esta, que te pongas el propósito de encontrar tu grupo, tu sangha, tu comunidad de almas afines para hoy y siempre.

Si no te has sumado al grupo de Facebook, hazlo. Pronto se irá activando más y más para que hagamos juntos y en compañía y este y todos los desafíos de la vida. Un abrazo.

 

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