Hola!, aquí Francisca Villanueva
Me hace feliz servir a las personas que buscan constantemente nuevas maneras de alcanzar plenitud y felicidad. Les ofrezco herramientas para entender y a la vez practicar con facilidad formas de mejorar su salud, claridad, paz y propósito.
Para ello llevo más de 9 años trabajando y aprendiendo en diversas partes del mundo para aplicar en consulta las terapias complementarias que he aprendido y sobre 6 años con yoga, meditación y su aplicación en sanación.
Cuando no estoy haciendo esto disfruto dictando formaciones de Masaje, charlas y talleres de meditación, escribiendo o generando nuevas plataformas para dar más información sobre los temas que ayudan a mejorar la vida de las personas o aumentar su capacidad creativa y hacer este mundo un lugar mejor.
Me puedes encontrar,
1-.leyendo libros viejos y con olor a biblioteca
2-. subiendo árboles para mirar mejor el mundo
3-. andando en bicicleta por santiago a las horas más extrañas (especialmente cuando voy a sadhana a las 5 de la mañana!)
Soy un poco ermitaña, pero adicta a los cafés y las medias lunas conversando con amigos y familia. Estas son mis únicas adicciones que aún no me logro sacar.
Una de mis cosas favoritas es viajar, especialmente a centros de meditación. En parte porque me gusta viajar por fuera, pero también y especialmente, por dentro. Es por eso que con un buen amigo decidimos formar Premalilah Viajes y dar la oportunidad de conocer estos lugares maravillosos a las personas en todo el mundo. Mi otro hogar está en India y en realidad cualquier parte del camino donde pueda aprender.
Tengo una obsesión con las cosas de papelería, tener lápices y cuadernos de todos los tipos con la ilusión de algún día llenarlos de dibujos e historias.
Si quieres saber un poco más aquí te dejo un par de datos curiosos acerca de mi…
La primera vez que manejé una moto fue en los Himalayas, en el paso motorizado más alto del mundo. Recuerdo muy bien la sensación de felicidad de sacarme las ganas de manejar una moto en un lugar tan lejano.
Dormí por cuatro años en el suelo. Lo más fantástico de esto es que cuando me acostaba sobre una cama, me sentía descansando sobre una nube.
Por esos mismos años dejé de leer ficción. Algo pasó que me impedía disfrutar lo que no viniera de la realidad. Ahora estoy volviendo, pero muy de a poquito. Si me quieres recomendar un buen libro yo feliz.
Confesión: Participé de una cicletada nudista en Londres después de mi primer viaje a India. Nunca he tenido mucho tema con la desnudez, pero después de estar en India me pareció que aquello era un despliegue de alegato muy propio de la falta de problemas serios del primer mundo. Quizás no es tan así, pero después del país asiático me parecía que Inglaterra no tenía nada que alegar.
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