Sábado 10 de la mañana irrumpo en una habitación con más de 100 personas que están por comenzar a meditar con una de las técnicas de Kundalini Yoga para preparar el espacio de Sat Nam Rasayan. Llego tarde a este lugar que me recuerda la charla de Jill Bolte Taylor de TED y que asocio a su «lalaland», ese lugar perceptivo donde todo se vuelve una gran unidad indiferenciada.

La experiencia que ella relataba en una charla que se ha convertido en una de las más vistas de la serie de TED con millones de visitantes de todo el mundo, es curiosamente la de un accidente vascular, dónde pudo observar desde el interior, el proceso de transformación que tuvo que sufrir al ver su hemisferio izquierdo cerebral apagarse casi completamente por causa del accidente. Con esto no quiero decir que Sat Nam Rasayan y lo que enseña  Gurudev sea como un infarto cerebral, no. Lo que quiero decir es que Jill Bolte Taylor accedió a un espacio por causas biologicas y que se vinculaba al espacio indiferenciado. Este espacio es al cual hace referencia el espacio perceptivo desde donde se produce la curaciòn en Sat Nam Rasayan.

Pero lalaland refiere para mi en este caso a otra cosa también. El corazón de esta técnica es un acceso a la experiencia meditativa que intenta romper nuestra constante necesidad de ordenar el mundo bajo el código simbólico en el cual vivimos. Lo que Gurudev ha mencionado ya varias veces: ¿Qué es la supertición y por qué no puede ser admitida en el camino espiritual de un aspirante serio/a? Gurudev define: «Superstición es interponer un símbolo entre tu y la experiencia». Es decir introducir un paradigma simbólico que te de una manera de interpretar la experiencia.

Gurudev define: Superstición es interponer un símbolo entre tu y la experiencia

Para curar en Sat Nam Rasayan debes afirnar la antena de manera que nada se interponga entre tu y la experiencia, porque es desde esa in-mediatez (falta de mediador) donde se produce la posibilidad de la curación. Más allá de eso, es de donde puedes vincularte con la realidad de manera indiferenciada. Entre tu y todo, hay nada: la experiencia de la unidad.

Lo práctico de esto, -no podemos decir lo sencillo, porque la ruta es lenta y llena de sutiles procesos de avance-, es emocionante. Para mi lo es, a un nivel de paroxismo. Todo aquel que haya indagado en espiritualidad llega a la encrucijada de profundizar en la experiencia de la indiferenciación, de la unión con todo. Poder acceder desde la cociencia y hacia la sanación, ensancha el camino dulce y hermoso a esa tierra que Bolte refirió tan cariñosamente como lalaland y que aquí asociamos juguetonamente con Sat Nam Rasayan: la relajación en el Nombre Divino.

Sat Nam!

 

 

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